Esta nota fue producida y realizada por alumnos de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UCSF.
“Chiques”, “amigues”, “todxs” son algunas de las palabras que se escuchan o se leen entre los jóvenes, y no tanto. Hay quienes están de acuerdo y quienes no, por lo que se genera polémica. Pero estas modificaciones en la forma de comunicarse para los especialistas deben ser más extendidas para hablar de cambios en la lengua y, al final, es cuestión de tiempo.
El lenguaje inclusivo, según la ONU, es la forma de expresarse sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular, y sin perpetuar estereotipos de género. Una de las maneras en que esto se consigue gramaticalmente es reemplazando la marca de género de las palabras por el uso de la e y la x ; aunque va más allá de reemplazar una vocal.
Este lenguaje no binario, que responde a las demandas de las personas que tienen diferentes tipos de identidades de género que quieren sentirse identificadas a través del sistema lingüístico, se extiende a diferentes idiomas y es un tema de debate en varios países del mundo.
En Argentina la polémica se reavivó hace algunas semanas luego de que en Caba se prohibiera su uso en los ámbitos escolares y se plantearan opiniones encontradas entre las que subyace -entre otras- una pregunta que solo pueden responder los especialistas: ¿cómo cambia la lengua?
En los últimos días, se le consultó respecto del lenguaje inclusivo al director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, quien bajó el tono de la polémica y dijo que “es la sociedad, son los hablantes, quienes deciden cómo evoluciona su lengua”.
Luisina Piovano es profesora en Letras, becaria doctoral del Conicet y docente del Profesorado Universitario en Enseñanza Superior de Lengua y Literatura, de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF). En una entrevista con AIRE explicó que el cambio en el lenguaje “no es algo que se vea muy claro”.
“Los hablantes no lo percibimos activamente y tampoco es fruto de personas individuales. Todo el tiempo estamos incorporando términos y léxicos nuevos, como una especie de diccionario mental”, indicó.
Escuchá a Luisina Piovano
Piovano sostiene que “la lengua es autónoma de los sujetos hablantes”; y recordó que para el padre de la Lingüística moderna, Ferdinand de Saussure, la lengua es “inmutable”, por lo que una persona o un grupo de personas no poseen la capacidad de modificarla. “La lengua no es susceptible de ser coaccionada. No puede venir un grupo de hablantes y determinar que tal forma de lenguaje se tiene que aplicar o dejar de usar”, sentenció.
Lo que sí reconoció es que el lenguaje se puede regular y dijo que esa es la razón por la que existen la RAE, la Academia Argentina de Letras, etc; pero señaló que esto no limita ni produce los cambios. “Es necesario porque necesitamos una estandarización del español, pero muchas veces los elementos que estandarizan a la lengua van a tener que adaptarse a los cambios que el lenguaje vaya presentando. Pero esos cambios siempre se van a dar de manera pasiva y es cuestión de tiempo”, cerró.
Paola D'Angelo, profesora en Letras y traductora de Inglés, también afirma que la norma va siempre detrás del uso, y cuando la primera se quiere sobreponer a la segunda, la sociedad puede negarse al cambio.
Escuchá a Paola D'Angelo
En el caso del lenguaje inclusivo no binario, la especialista indicó que se trata de un cambio a nivel morfológico y lo comparó a modo de ejemplo con el voseo. “Nosotros en Argentina usamos el «vos» en vez del «tú» durante años. Me acuerdo, yo tengo 44 años; iba a la escuela y en los manuales de primaria no figuraba en el paradigma verbal el vos. Incluso antes, cuando yo no había nacido, estuvo prohibido durante mucho tiempo el voseo en los países que lo utilizamos porque se consideraba que no era el uso adecuado y que era una deformación. A pesar de eso, se siguió usando el vos y fue aceptado”, detalló en diálogo con AIRE.
Para Norma Verde, coordinadora de Licenciatura en Letras de la UCSF -profesora de Castellano, Literatura y Latín, licenciada en Administración y Gestión de la Educación y con postítulo de Actualización Académica para Profesores de Profesorados, “el lenguaje es una construcción social que establece realidades e identidades”.
Resalta que es un sistema, y como tal, si se afecta a una parte, se altera su totalidad. Por lo tanto, si a los sustantivos se les agrega “e”, a los adjetivos deberían agregarlo también, y así con las demás funciones gramaticales; porque de lo contrario, usar el lenguaje inclusivo en algunos casos y en otros no “establecería un problema de concordancia y complicaría su aprendizaje”.
Escuchá a Norma verde
Verde aclara que es “complejo modificar el lenguaje a niveles académicos o en el diccionario”, ya que para que esto tenga lugar debe tener aceptación con un uso por parte de la mayoría de los hablantes y ser practicado durante un largo período de tiempo. Y acepta que “todo es cuestión de tiempo, y de ver cómo evoluciona”.
El profesor de Lingüística y Comunicación de la UCSF, Horacio Dotti, también considera que los cambios en la lengua son largos. “Desde una perspectiva más teórica, los cambios en el lenguaje no son porque un grupo se proponga realizar un cambio, sino que son fenómenos que ocurren a lo largo del tiempo; que llevan mucho tiempo y no responden necesariamente a una inquietud”, indicó a AIRE en relación con Lenguaje Inclusivo, sobre el cual destaca que lo más “interesante” es lo que expresa en lugar de lo que modifica en términos gramaticales.
Escuchá a Horacio Dotti
Los especialistas coinciden en que los cambios en la lengua no se dan de la noche a la mañana y que son los hablantes, todos, quienes lo definen. Es cuestión de tiempo y evolución.
Nota de la Redacción: este artículo y sus elementos complementarios fueron producidos, redactados y realizados por alumnos del segundo año de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica de Santa Fe. Se trata de Paulina Asencio, Joaquín Cura, Milagros Giusti, Lucía Lafourcade, Guillermo Lizarraga, Guillermina Puigjane, Franco Rucci, Jazmín Seibel. La actividad se desarrolló en el marco de la cátedra Periodismo Electrónico, a cargo de los licenciados Milagros Vigil y Marcelo Bertone, y bajo la coordinación y edición de AIRE DIGITAL.
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