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A solas con Leymah Gbowee, la mujer que inició la revolución feminista en África

En su paso por Santa Fe, la líder liberiana y Premio Nobel de la Paz mantuvo una enriquecedora entrevista con Aire Digital en la que habló de su historia, su presente y los desafíos que enfrenta el movimiento de mujeres a nivel global.

Leymah Gbowee nació en Liberia en la década del 70, sufrió abusos en un campo de refugiados, los golpes de un marido violento y vio correr la sangre de un país en guerra. Supo sobreponerse a todas esas situaciones gracias a su infinita capacidad de resiliencia. Ícono del feminismo actual a nivel global, en 2011 ganó el Premio Nobel de la Paz. Tiene 47 años, ocho hijos y vive entre su país y Nueva York, aunque viaja por todo el mundo transmitiendo su mensaje. Esta semana estuvo por primera vez en Argentina, invitada en el marco del ciclo Santa Fe Debate Ideas, organizado por el gobierno de la Provincia. Leymah está convencida que la lucha feminista es imprescindible para lograr un mundo más igualitario y pacífico: “No vamos a combatir la violencia si no nos ocupamos de que las mujeres tengan los mismos derechos que los varones”, sentenció ante el auditorio colmado en el Centro Cultural Provincial.

Un rato antes de su presentación en nuestra ciudad, dialogó con Aire Digital. Sus palabras son claras y contundentes y habla con una fluidez y seguridad que no imaginaba a sus 20 años, cuando se separó de un marido violento, regresó al hogar materno con sus hijos a cargo y volvió a estudiar para terminar la escuela secundaria. En esa época, un profesor desaprobó su monografía sin leerla siquiera. Cuando lo interpeló, él le respondió que como nunca había hablado en clase, pensó que ella no tenía nada para decir. El docente se comprometió a volver a corregir el trabajo y tuvo que retractarse de su primera calificación: al día siguiente, Leymah volvió de clases con un 10 como nota y con la convicción de que nunca más iba a permanecer en silencio. Fue el primer paso en un camino de concientización y activismo que la llevaría al galardón otorgado por el instituto sueco ocho años atrás.

Leymah Gbowee con Mariana Carabajal y Griselda Tessio_marca.jpg
Leymah Gbowee junto a Griselda Tessio y Mariana Carabajal en Santa Fe Debate Ideas

Leymah Gbowee junto a Griselda Tessio y Mariana Carabajal en Santa Fe Debate Ideas

Algunos años después de ese episodio en la escuela y ya recibida como Asistente Social, Leymah sintió la necesidad de generar un movimiento que buscara el fin de la guerra civil en la que Liberia estaba sumida. Casi todos los varones, incluso algunos niños, estaban involucrados en el conflicto armado. La salida, entonces, estaba en manos de las mujeres, pensó la activista. Junto a compañeras con las que compartía el trabajo social diario, buscaban formas pacíficas de reclamo por la paz. Pero esas iniciativas no funcionaron. Hasta que idearon la abstinencia sexual como arma de lucha, y fue así como las mujeres de todo el país se sumaron a una huelga sexual para interpelar a los hombres. Para algunas fue difícil, muchos esposos reaccionaron abusando de ellas, pero muchos otros entendieron el mensaje.

De esta manera, y siempre vestidas de blanco para simbolizar la paz, lograron contarle al mundo la situación que se vivía en Liberia, y se logró un acuerdo de paz que en 2003 puso fin a la segunda guerra civil del país. Leymah también lideró la elección de Ellen Johnson como presidenta en 2006 -era la primera vez que una mujer llegaba a ese puesto- y junto a ella y la yemení Tawakkul Karman obtuvieron en 2011 el Premio Nobel de la Paz.

Tawakkul Karman _ Leymah Gbowee _ Ellen Johnson Sirleaf _Nobel Peace Prize 2011
Tawakkul Karman (izq.), Leymah Gbowee (centro) y Ellen Johnson recibieron el Premio Nobel de la Paz en 2011

Tawakkul Karman (izq.), Leymah Gbowee (centro) y Ellen Johnson recibieron el Premio Nobel de la Paz en 2011

Aunque fue su primera vez en Argentina, Leymah ya había estado en Sudamérica en otras oportunidades. Anteriormente había visitado Chile, Brasil, Perú, Ecuador y Colombia. Consultada respecto a si las problemáticas de las mujeres que observa en este continente son similares a las que se viven en África, considera que “si bien los contextos son distintos, la realidad de las mujeres es la misma. Los problemas de base son la violencia doméstica, la violencia sexual y la falta de autonomía para decidir sobre la integridad de nuestros cuerpos. Por eso en muchos países alrededor del mundo, y no sólo en Argentina, la gente aún pelea por políticas públicas de control de natalidad, aborto y planificación familiar”.

“Tenemos problemas similares”, insiste y continúa: “Cuando uno mira la composición de los sectores de liderazgo, vemos que las mujeres están ausentes. No sólo aquí o en Liberia, sino en todo el mundo. Los problemas de las mujeres no tienen fronteras ni barreras idiomáticas: son los mismos a lo largo y ancho del planeta”.

Entrevista a Leymah Gbowee 2

Leymah es muy crítica con la monopolización que hacen los hombres de los problemas que atañen a las mujeres: “La gente que discute estos temas son principalmente políticos y principalmente hombres, y eso es algo muy complicado”, afirma y destaca que por eso es tan importante empoderar a las mujeres para que ocupen lugares de decisión.

En esta línea de argumentación, la entrevistada pone como ejemplo el debate en torno a la aberrante práctica de la mutilación genital femenina (FGM por sus siglas en inglés).

Leer más ► Qué es la Mutilación Genital Femenina, la práctica que afecta a 200 millones de niñas

“En mi país actualmente hay una problemática en torno a la mutilación genital femenina, una práctica en la que cortan el clítoris de las niñas, causándoles un dolor atroz, infecciones, problemas de salud e incluso la muerte. Queremos prohibir esa práctica, y quienes lo impiden son los hombres, aunque no se trata de sus cuerpos“, advierte.

Algunos países de África han tomado la delantera en eliminar la FGM, y sirven de ejemplo a los que aún no lo han conseguido. En Liberia, la ahora expresidenta Johnson (terminó su mandato en enero de 2018) dictó un decreto antes de dejar el cargo y prohibió la FGM por un año. “Ahora estamos luchando para que esa prohibición sea permanente”, explica.

Entrevista a Leymah Gbowee _1

Leymah es optimista a la hora de hacer un balance de lo que ya se ha conseguido y de lo que todavía falta lograr en materia de igualdad de género. “Creo que hemos hecho muchos progresos. En Liberia 20 años atrás nadie hablaba de la FGM en público, porque era un rasgo cultural demasiado fuerte, entonces no se lo discutía ni en la radio ni en los ámbitos gubernamentales. Hoy en día, tenemos sesiones en el Parlamento en el que hay legisladores que dicen ‘esta práctica está mal’ y hay mujeres que van y dan su testimonio, y cuentan cómo las afectó la FGM. Eso es progreso”, sostiene con una amplia sonrisa, satisfecha por los logros obtenidos.

En el mismo sentido, y ya en un plano más global, recuerda que “años atrás no se hablaba de la situación y de los derechos de la comunidad LGBTI, en cambio hoy todo el mundo está hablando de eso. Quizás no tanto como se quisiera, pero el debate y la conversación están en la escena pública. Esos temas que estaban ocultos cuando yo empecé mi trabajo, hace 26 años, ya salieron a la luz“, destaca.

Mis hijas ya no tendrán que pelear por esas cuestiones. Hay muchas cosas todavía por las que luchar, pero ellas pueden tomarlo de aquí en adelante. Pero eso no significa que esté por retirarme pronto, sólo tengo 47 años” bromea, y su risa y espontaneidad contagian a todos los presentes.

Leymah Gbowee en el Centro Cultural Provincial
Leymah Gbowee ante el auditorio colmado, en el Centro Cultural Provincial

Leymah Gbowee ante el auditorio colmado, en el Centro Cultural Provincial

Las recomendaciones y consejos de Leymah Gbowee para las mujeres que luchan se resumen en tres puntos: ser persistentes, saber enfocarse y buscar aliados.

“Sean consistentes y enfocadas en su lucha: si hoy están luchando contra los femicidios, no traigan otros diez temas a la vez, sepan decir ‘esto es lo que queremos'”, afirma.

Además recomienda “encontrar aliados, también entre los hombres, porque no todos los hombres son enemigos. Y esos aliados pueden tener otros aliados, lo que conforma una red muy necesaria”, opina. “En Liberia la gente se pregunta cómo puedo hacer tantas cosas aunque no estoy los 365 días en mi país, y puedo hacerlo porque tengo muchos aliados, tanto en la sociedad civil como en las instancias gubernamentales. Cuando pasa algo y necesito ayuda, puedo levantar el teléfono y decir ‘tengo este problema, ¿me puedes ayudar?’. Esa es una de mis fortalezas”, valora la entrevistada.

Finalmente, Leymah se toma un minuto para dirigir un mensaje a las feministas más jóvenes: “Aunque crean que son más sofisticadas y que tecnológicamente lo tienen todo, no renieguen de las feministas viejas. Hay muchas cosas que pueden aprender de las feministas de trayectoria: su historia es la que inspira la lucha de hoy para lograr el cambio que desean“.

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