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Ricardo Calanchini, el artista que despertó el interés de los santafesinos: "Logré mi cometido, que el arte trascienda el museo"

Más allá de su excéntrica estética, llevar el arte como bandera en sus 40 años de trayectoria lo consagraron como uno de los artistas plásticos más importantes de la región. En una entrevista con AIRE, Ricardo Calanchini contó su historia, opinó sobre el movimiento artístico en la ciudad y confesó su mayor deseo: lograr una gran obra que trascienda en el tiempo.

El diferencial del artista Ricardo Calanchini fue sacar la obra del ámbito institucional, para llevarla a lugares donde frecuentan personas que no son de ese ámbito específicamente. Más allá de que su excéntrica estética, que lo volvió una personalidad muy reconocida en Santa Fe, atravesar momentos difíciles con el arte como bandera y sus 40 años de trayectoria lo consagraron como uno de los artistas plásticos más importantes de la región. En una entrevista con AIRE, Calanchini contó su historia, opinó sobre el movimiento artístico en la ciudad y confesó su mayor deseo.

“Soy un artista de tiempo completo”, comenzó la entrevista Calanchini y contó que desde siempre tuvo esa vocación por lo que lo tomó como una profesión. “Toda mi vida trabajé como si estuviera en una fábrica o en el ámbito público. De 8 a 10 horas por día, pero con el placer de hacer lo que me gusta”, dijo victorioso, consciente de que no todas las personas tienen ese privilegio.

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“Soy un artista de tiempo completo”, dijo Ricardo Calanchini.

“Soy un artista de tiempo completo”, dijo Ricardo Calanchini.

Luego de toda una vida dedicada al arte, considera que cumplió su propósito, que era salir de los museos para vender arte a personas de otros ámbitos. “Ese fue mi gran aporte, porque mucha gente empezó a ir mis muestras, se empezaron a interiorizar más, a estudiar. Logré mi cometido: que el arte trascienda el museo”, sostuvo.

El éxito para Calanchini es ver una obra suya colgada en la casa de algún vecino de la ciudad. Pero consideró que su mayor deseo es crear una "gran obra", diferente, que trascienda en el tiempo, que conmueve a la gente. “Todos los días me levanto y espero que aparezca esa gran obra. Tengo la convicción de que si me preparo todos los días para hacer eso, va a suceder. Y si no, voy a morir con la conciencia de haberlo intentado todos los días de mi vida”.

Pero para lograrlo y hoy poder vivir de lo que le gusta, recorrió un arduo camino que le implicó años de trabajo en los que tuvo que atravesar dificultades económicas. Su estética, su look, su forma de andar y su personalidad diferente también lo ayudaron a tener un nombre en la ciudad.

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Ciudades como Barcelona, Carolina del Norte, Miami, entre otras, le abrieron las puertas a Calanchini y se hizo un nombre en el mundo del arte internacional.

Ciudades como Barcelona, Carolina del Norte, Miami, entre otras, le abrieron las puertas a Calanchini y se hizo un nombre en el mundo del arte internacional.

Su oficio le permitió viajar por muchos lugares del mundo. Ciudades como Barcelona, Carolina del Norte, Miami, entre otras, le abrieron las puertas y se hizo un nombre en el mundo del arte internacional. Pero su mayor diferencial fue sacar la obra del ámbito institucional. "Me gusta exponer en restaurantes, clubes de música o en la calle misma”, dijo. “Los museos en la ciudad se quedaron en el tiempo y los habita un grupo minúsculo de gente, que son los mismos de siempre”, criticó.

Al exponer sus obras en otros ámbitos, llegó a muchísima gente que quizás no tiene un interés específico por el arte. “Lo ve muchísima gente de una manera más distendida y agradable. Así me hice de renombre con personas de muchas edades”, dijo.

De qué se tratan las obras de Ricardo Calanchini

La obra mutó en muchos lugares. En el año 90 vivió en el Puerto de Santa Fe, época en la que su pintura tenía colores más parecidos al río: ocres, óxido, marrones. Cuando vivió en Miami, los colores del cielo, del mar, la energía del lugar, viraron sus obras a tonos más intensos y luminosos. “El contexto te lleva a modificar tus situaciones, la temáticas eran siempre similares, pero la paleta cambiaba”, dijo.

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El mayor deseo de Calanchini es lograr una

El mayor deseo de Calanchini es lograr una "gran obra que trascienda en el tiempo".

Hoy su vida es diferente. Si bien vive en Santa Fe, se la pasa viajando por el mundo, por lo cual consideró que “ya no me invade la ciudad, estoy más cosmopolita”. Contó que en este momento trabaja en una obra grande para presentar en Santa Fe, una muestra para Roma, otra para Ibiza, otra para Honduras, Guatemala y Panamá. “Vivo Santa Fe, pero viajo y todo eso me lleva a otro estadío distinto al de los años 90 cuando vivía en el Puerto solo con mis circunstancias”, dijo.

El significado de su obra consideró que es muy “cortito”, pero que lo acompaña desde el comienzo. Se trata de, en palabras del entrevistado, ”la soledad del ser y sus circunstancias”. Es por eso que aparecen los peces, que los considera sinónimo de libertad; los barcos, que representan los viajes; las islas que representan a las mujeres; las nubes con los que significa los pensamientos que lo acompañan permanentemente; las escaleras como imagen de los proyectos frustrados; y el piso blanco y negro, que para él significa el ajedrez en la vida.

Qué opina Ricardo Calanchini del arte en Santa Fe

Calanchini aseguró que está “decepcionado” con el movimiento de arte plástico en Santa Fe, porque “no veo a nadie nuevo”, aunque reparó en que variaron los soportes ya que sí encuentra, por ejemplo, buenos tatuadores. “Cambiaron el lienzo por la piel y ahí veo grandes profesionales. También en la música veo muchos chicos jóvenes muy bien”, sostuvo.

En este sentido, agregó que el tema es muy complejo porque cualidades tienen todas las personas, pero lo importante es llegar a un punto y mantenerse en el tiempo, por eso muchas personas con muchas condiciones desaparecieron de la escena. “Ser artista es una profesión difícil, en general hay que buscar el dinero por otro lado. Todo eso conlleva a una tentación de tener un trabajo fijo en el que tenés un sueldo, pero dejas de ser artista. No perduran en el tiempo porque prefieren tener un trabajo estable”, analizó.

En su experiencia, no caer en la tentación de tener un trabajo más estable “fue extremadamente difícil, pero tenía una convicción, era esa mi meta y me mantuve firme. Trabajé todos los días de mi vida alegre aunque pasé momentos durísimos económicamente y sabía que iba a revertir la situación. Pegar con el mismo martillo en el mismo clavo, te va a dar un resultado”, concluyó.