Una vez terminados sus estudios, se dedica a viajar y es allí donde se adentra más en la vida monástica y la literatura cristiana.
LEER MÁS► Por qué es feriado el 30 de septiembre en Santa Fe: conocé si es no laborable y si habrá clases
Santa Fe celebra cada 30 de septiembre a San Jerónimo, patrón de la ciudad, recordando su legado como sabio, escritor y monje de gran influencia.
Santa Fe celebra cada 30 de septiembre a San Jerónimo, patrón de la ciudad, recordando su legado como sabio, escritor y monje de gran influencia.
En el año 375 se encuentra en el desierto de Calcis y se hace hombre de desierto; su vida es de ayuno, vigilias y oración. Terminada esta experiencia es ordenado sacerdote. El Papa Dálmaso, conocedor de su gran sabiduría y santa vida, lo llama, en el año 382, para que lo guíe en algunas cuestiones doctrinales y lo consulta sobre temas bíblicos. También traduce el santo libro al latín.
El 30 de septiembre de 419 (algunos sostienen que en 420) muere tranquilo, es enterrado en Belén, lugar donde vivió el último tiempo. Su cuerpo fue trasladado a Roma, finalmente.
San Jerónimo queda perpetuado en la memoria colectiva, ya que su fama de santidad hizo que su nombre se plasme en varios Institutos o Congregaciones de vida religiosa. Es uno de los cuatro grandes santos padres de la Iglesia en occidente, Patrono de los bibliotecarios y, en Argentina, de las ciudades Santa Fe, Coronda y Córdoba.
La historia de la elección del Patrono de Santa Fe
Si bien no existen documentos que precisen la oportunidad y la fecha en que San Jerónimo fuera señalado Santo patrono de Santa Fe; se presume que en actas perdidas del Cabildo puedan haberse consignado tales datos. No obstante, es muy probable que dicha elección para el patronazgo se haya realizado por sorteo, modalidad muy habitual en la época, donde se preparaban cédulas para que el azar decidiera a cuál santo encomendar la protección de la ciudad.
La primera noticia que se posee sobre la celebración, la registra el acta capitular del 16 de septiembre de 1590. Para esa fecha -en que la ciudad aún no poseía la Iglesia Mayor- los regidores acordaron hacer todas las cosas necesarias para regocijar la fiesta del patrono San Jerónimo.
La celebración incluía la realización de corridas de toros con puyas -acto que organizaba el mayordomo de la ciudad-, la Santa Misa, el paseo solemne del estandarte real y la salida procesional del santo, constituían parte de los oficios. Y todos los 30 de septiembre se renovaban los rituales. La Santa Sede reconoció este patronazgo el 8 de julio de 1949.