Tras el brote histórico de dengue del 2020, el Gobierno de Santa Fe se puso como objetivo el autoabastecimiento de repelente de insectos para su distribución gratuita en el sistema público de salud. Hoy el Laboratorio Industrial Farmacéutico de la Provincia fabrica casi 20.000 unidades por mes para ser distribuidas en operativos de prevención de todo el territorio santafesino. Se refuerza entonces la soberanía sanitaria de la provincia que hoy sostiene una vigilancia activa de la enfermedad viral, transmitida por el mosquito Aedes Aegypti, en medio de la pandemia del coronavirus.
“El repelente no era un producto que se producía en el LIF. Cuando iniciamos la gestión, allá por febrero del 2020, en una visita el Gobernador Omar Perotti nos pidió que se produjera repelente ya que en ese momento la prioridad era el dengue en toda la provincia y no habíamos comenzado con la pandemia por coronavirus. Quería tener uno propio para poder dar respuesta”, recordó en diálogo con Aire Digital Analía San Román, una de las integrantes del directorio del laboratorio público provincial que tiene más de 70 años de historia.
En pleno brote histórico de dengue en la provincia con más de 5.000 infectados al mes de junio –cuando se dio por finalizado-, el doble del mayor número registrado hasta ese momento en 2016 (2.464), el área de desarrollo del LIF se abocó a trabajar en una fórmula propia de repelente de insectos de larga duración, tomando como base los que estaban en el mercado.
La producción
Para eso debieron tramitar la habilitación provincial para fabricar productos de cosmética, rubro en el que está encasillado el repelente y con el que no contaba el LIF que solo fabricaba medicamentos.
Luego llegó el momento del escalado a planta donde se montó una línea de producción nueva. Para eso San Román comentó que debieron adquirir una embazadora para líquido, con la cual no contaban. Finalmente el producto recibió la aprobación de la Dirección de Inspección de Farmacia de la provincia.
La producción comienza con la selección y mezcla de principios activos -algunos de ellos importados- que luego se fraccionan en los envases y se etiquetan. “Una vez que Control de Calidad da el ok con los controles, se le asigna un número de lote y vencimiento y se distribuye de manera gratuita a las cinco regiones de Salud de la provincia”, agregó la integrante del directorio de laboratorio provincial.
En octubre del 2020 el LIF informó la producción de las primeras 5.000 unidades del repelente en su presentación de spray de 150 mililitros. La capacidad operativa les permite garantizar una producción de hasta 20.000 frascos mensuales que se determinan según la demanda del sistema sanitario público.
Soberanía sanitaria
Que el laboratorio público pueda producir repelente significa un ahorro y la garantía de que el producto va a estar garantizado para los más vulnerables y equipos sanitarios que trabajan en la campaña de lucha contra el dengue. De esta manera el Estado logra obtenerlo a un costo menor, estimado en un 50%, al que ofrecen los productores de marcas comerciales, garantizando la provisión y evitando los incremento estacionales que suele tener este en épocas de mosquitos.
"Al contar con este repelente estamos dando un paso a la soberanía sanitaria en cuanto a la accesibilidad. De esta manera el estado se asegura contar con este producto y ponerlo a disposición de la ciudadanía, además de significar un importante ahorro en los costos y regular el precio del mercado", manifestó San Román en relación a este logro del LIF.
Efectividad
El repelente del LIF es de alta duración y efectividad y se compara con los de etiqueta verde del mercado. Su principio activo es el DEET –cuyo nombre químico es NN-diethyl-meta-toluamide-, que es el ingrediente sintético más utilizado en los repelentes, y se encuentra en una concentración del 25% y promete una protección de ocho horas. "La fórmula cumple con todos los controles de calidad, eficacia, toxicidad necesarios para insertar este producto en el mercado", indicó la bioquímica e integrante del directorio del LIF. Incluso el envase indica que no solo brinda protección para las picaduras de mosquitos, sino también de jejenes, tábanos, bichos colorados y otros insectos.
Sobre el destino del mismo explicó que fue pensado para un uso "protocolizado" del sistema de salud pública de la provincia de Santa Fe. "Se distribuye en el marco de un protocolo de dengue en casos positivos a la casa, manzana y región correspondientes y a efectores de salud, asistentes sociales y agentes territoriales que trabajan en la lucha contra el dengue y van domicilio por domicilio buscando que las medidas de seguridad y prevención se cumplan", detalló.
Uso
Consultada sobre el uso del repelente en general, la médica infectóloga y miembro del equipo de Epidemiología de la provincia de Santa Fe, Fernanda Ferrer, sostuvo que su aplicación debe ser "controlada y supervisada". Lo recomendó para los espacios al aire libre, sobre todo en horas del amanecer y al atardecer que es cuando circula el mosquito del dengue y recordó que además existen otras barreras físicas para evitar las picaduras, como mosquiteras en puertas y ventanas o tules en cunas.
La duración del repelente depende de la concentración y recomendó seguir las indicaciones de los envases para evitar su uso en exceso. Dijo que se debe utilizar solo sobre la piel sana, nunca pulverizar por debajo de la ropa -siempre por encima- ya que puede provocar reacciones alérgicas y que si se va a utilizar junto a protectores solares se debe colocar siempre al menos 15 minutos después.
Ferrer indicó que si bien hay fórmulas caseras o naturales para repeler las picaduras de mosquitos, "la evidencia científica está a favor del DEET contra el Aedes" y que su mayor efectividad es en concentraciones superiores al 21%. Agregó además que este principio activo es seguro para las mujeres embarazadas y advirtió que en el caso de los bebés el uso de este repelente se debe consultar al médico pediatra.
Vigilancia activa y prevención
Hoy en la provincia de Santa Fe no hay circulación de dengue autóctono, pero el verano y el otoño son las épocas de mayor transmisión y casos de la enfermedad. Hasta el momento se detectó un caso importado en Rosario, de una mujer con antecedente de viaje a Formosa en el que los equipos sanitarios actuaron rápidamente en el bloqueo, evitando otros contagios. A pesar de esto, alertan sobre el riesgo de un brote epidémico que podría complicar al sistema sanitario abocado hoy principalmente a la pandemia del coronavirus.
Desde el ministerio de Salud están atentos y realizan una vigilancia activa de la enfermedad a la par de las estrategias de diagnóstico de coronavirus. "Veníamos trabajando en vigilancia de dengue y covid-19, lo que se agrega desde el punto de vista epidemiológico es que, como estamos en verano, hay mayor población de mosquitos y empezaron las lluvias y debemos estar más alertas. Si se sospechan las dos se van a descartar ambas", explicó la integrante del equipo de Epidemiología de la cartera sanitaria y dijo que trabajan en la capacitación del personal sanitario.
Esto significa que todos los síntoma febril inespecífico que tienen signos y síntomas compatibles con dengue o coronavirus, u otras enfermedades como leptospirosis o hantavirus, son estudiados para ser descartados o confirmados. Incluso desde el inicio de los programas de diagnóstico y prevención lanzados en la pandemia, a mediados del 2020, también se trabajó en la prevención del dengue con información a los vecinos. Hoy incluso en los puestos de "Verano Seguro" se entregan folletos relacionados y hasta repelente de insectos del LIF.
La especialista hizo hincapié en la importancia de la prevención temprana y llamó a la ciudadanía a la responsabilidad y acción. "La población debe comprender que estamos en riesgo de que comience a circular dengue. Es el momento que cada ciudadano revise su casa, para realizar el descacharrado, pero no son solo los reservorios de agua sino también la basura, el desmalezamiento para mejorar las condiciones de saneamiento ambiental", sentenció.
Recordó que los brotes epidémicos no son algo asilado y uno de los factores importantes para que se den es la migración de personas. Actualmente Paraguay y Brasil son los países de la región que mayor circulación de dengue presentan aunque hoy la circulación de viajeros es menor por la pandemia y eso podría ser positivo, aunque el riesgo está latente. Por eso es las campañas de prevención se centran en la eliminación del mosquito transmisor de la enfermedad, el Aedes Aegypti, que se cría en recipientes de plástico pequeños con agua semilimpia.
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