¿Qué pasa con las armas de la policía? En la provincia de Santa Fe los y las integrantes de las fuerzas de seguridad pierden o le sustraen, en promedio, un arma de fuego cada siete días.
En el Ministerio de Seguridad indicaron que el número mejoró respecto a los años previos, ya que “hasta el 2019 la cifra era de un arma cada cuatro días”, según le detalló a AIRE Joel Theytaz, subsecretario de la Agencia Provincial de Prevención de la Violencia con Armas de Fuego.
Por otra parte, se refirió a cómo funcionó el mecanismo de marcaje aplicado para evitar las “filtraciones” de pistolas y municiones oficiales.
Con los datos actuales, en promedio desaparecieron 52 armas por año, mientras que con las cifras anteriores el número asciende a 91. “Hay distintos hechos por los cuales desaparecen las armas, una es que efectivamente se pierdan y las otras son el robo o el hurto. Ante esa situación lo que se hace es descontarle al policía del recibo de sueldo el valor del arma, es patrimonio de la provincia y es su responsabilidad cuidarla”, afirmó el funcionario.
En la cartera de Seguridad explican que están trabajando en un protocolo para que la denuncia de extravío o robo se investigue a través de la Agencia de Investigación Criminal en conjunto con la Agencia de Control Policial. El balance que hacen sobre la evolución de la pérdida de municiones o armas es positivo ya que entienden que las políticas implementadas fueron dando resultado.
En qué consiste el marcaje de armas y municiones
Con el objetivo de mejorar los controles de las armas de fuego y balas que utiliza la policía, desde febrero de 2021, la provincia implementó un nuevo control. Se comenzó a estampar en las pistolas la leyenda “Policía de la Provincia de Santa Fe”, el escudo de la provincia y el año en que se compró y en las municiones la sigla “P.S.F” y el año en que fueron adquiridas.
"Desde que se comenzó con ese tipo de control “no se encontraron elementos policiales en ningún allanamiento o balacera”, detalló Theytaz.
Hasta el momento, según datos oficiales de Seguridad, fueron estampadas 1.500.000 balas 9mm, 20.000 municiones de calibre 762, 8.400 pistolas y 640 armas largas. “Al tener el estampe y saber de dónde vienen, reducís mucho la investigación. Hay trazabilidad. Las que no tienen el marcaje ya sabemos que no vienen de la policía por eso queremos que se apunte a un mayor control a los legítimos usuarios”, indicó el subsecretario.
Por otra parte, Theytaz le relató a AIRE que “con los datos mencionados pudimos ir a esos organismos que nos decían que controlemos a la policía, decirles lo que hicimos y que nosotros controlamos y tuvimos muy buenos resultados”.
A su vez, agregó que “ahora deberían fijarse qué pasa con los legítimos usuarios y con los usuarios comerciales porque las municiones que siguen apareciendo no son recargadas, ni son de la policía”.
Formularios y triple control
Otro control administrativo que se implementó es la utilización de tres tipos de formularios para solicitar municiones: uno para capacitación (prácticas de tiro), uno para prueba o reparación de armas y otro de reposición de municiones. Lo tiene que firmar el o la policía que hace la solicitud, el jefe o jefa de la persona que hace la solicitud y el armero o armera de la Unidad Regional.
“El seguimiento de estas solicitudes es en conjunto entre la Agencia de Prevención de la Violencia de Armas de Fuego, la agencia de control y la división de armamento, y equipos del departamento de logística de la policía”, detalla el subsecretario.
Por otra parte, explica que lo que se hizo es centralizar la información en un solo responsable que es la división de armamentos y equipos policiales.
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