La historia de Felipe y Luca: unidos para siempre gracias a la donación de órganos
Felipe recibió su nuevo corazón el 18 de junio. Pero no fue cualquier trasplante: el órgano llegó desde Luca, otro niño neuquino que, por esas coincidencias inexplicables de la vida, había compartido habitación con Feli durante su internación. Ambos se conocieron en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica (UTIP), donde sus madres —Pamela y Paula— formaron un lazo mientras acompañaban a sus hijos.
“Estábamos en camas contiguas, solo nos separaba una cortina”, contó Pamela en diálogo con el programa Cuál es el plan de AIRE. El vínculo entre las familias creció, incluso cuando Luca fue dado de alta. Mantuvieron el contacto por WhatsApp, hasta que una recaída llevó a Luca de nuevo al hospital. Un virus respiratorio complicó su estado, y finalmente, los médicos les comunicaron a sus padres que no había más que hacer.
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En medio del dolor más profundo, Paula y su pareja tomaron una decisión que les cambió la vida a muchas otras personas: donaron los órganos de su hijo. Felipe, que estaba primero en la lista de emergencia, era compatible en tamaño y grupo sanguíneo. Y así, el corazón de Luca empezó a latir en el cuerpo de Feli.
“Me duele que haya sido él, pero sé que mi hijo lo va a llevar con orgullo y vamos a honrar su nombre todos los días”, dijo Pamela entre lágrimas.
Felipe, de un año, recibió el corazón de Luca, de dos, en un trasplante inédito que marcó un hito en la medicina argentina.
Felipe, de un año, recibió el corazón de Luca, de dos, en un trasplante inédito que marcó un hito en la medicina argentina.
El procedimiento que se utilizó para el trasplante también marcó un precedente en la medicina latinoamericana. Se trató de una donación en asistolia controlada, una técnica innovadora que permite donar órganos incluso cuando la muerte es por paro cardíaco y no por muerte cerebral, como era tradicionalmente requerido. Es la primera vez que se realiza en América Latina, y el equipo del Hospital Italiano fue pionero en implementarlo.
“Ese corazón se detuvo, fue certificado el fallecimiento, y después volvió a latir fuera del cuerpo. Late fuerte, con fuerza de guerrero”, relató Pamela con emoción. Además, gracias a la rapidez del procedimiento, los órganos no sufrieron, y Felipe evoluciona de forma extraordinaria.
Hoy, Feli sigue en recuperación, pero ya sonríe, juega y vuelve a conectar con el mundo después de meses difíciles. “Ayer dijimos: volvió nuestro Feli. Desde el primer paro cardíaco no sonreía. Y ahora se ríe a carcajadas, aunque aún tiene traqueotomía”, contó su mamá.
El lazo entre las familias no terminó con el trasplante. Paula y Nicolás, los padres de Luca, siguen en contacto diario con Pamela. “Nos dijeron que quieren ser parte de la vida de Felipe. Nosotros también queremos ser parte de la suya. Siempre serán los papás del corazón”, expresó.
Pamela, que desde antes militaba por la donación de órganos pediátricos, ahora lo hace con más fuerza. “Mi bandera llevará la cara de Luca. Voy a honrar su vida y su lucha, y seguiré hablando de donación para que se salven más vidas”, afirmó.
Esta historia, atravesada por el dolor, la solidaridad y el amor más profundo, es también un llamado a la conciencia: donar salva vidas. Hoy Felipe tiene dos cumpleaños: el 20 de mayo, cuando nació, y el 18 de junio, cuando volvió a nacer gracias al corazón de su amigo.