La innovación fue presentada en la revista científica Nature y representa un avance notable en medicina cardiovascular, ya que permite estimular el corazón sin cables ni baterías visibles, minimizando el trauma y el riesgo quirúrgico para los pacientes. El dispositivo se acopla a una unidad externa portátil que detecta irregularidades cardíacas y, mediante luz infrarroja, activa el sistema implantado para restablecer el ritmo normal del corazón.
Un marcapasos inalámbrico, biodegradable y pensado para bebés
El estudio fue liderado por el ingeniero en bioelectrónica John A. Rogers y el cardiólogo Igor Efimov, quienes destacaron que el desarrollo responde a una necesidad urgente: alrededor del 1% de los recién nacidos en el mundo presentan malformaciones cardíacas. Para muchos de ellos, un marcapasos temporal puede ser clave tras una cirugía.
La diferencia es que este nuevo dispositivo no requiere de una intervención posterior para ser retirado. Su diseño lo hace biodegradable: al concluir su vida útil, se disuelve de manera natural en los fluidos del cuerpo, evitando complicaciones y procedimientos adicionales.
“Nuestra motivación fueron los niños. Ahora podemos colocarlo sin cirugía, estimular el corazón y dejar que el cuerpo haga el resto”, destacó Efimov.
Impulsado por el cuerpo y activado por la luz
Una de las mayores innovaciones del marcapasos es su sistema de alimentación: en lugar de una batería convencional, utiliza una celda galvánica, que genera electricidad a partir de la química natural de los fluidos corporales. Esto reduce aún más su tamaño y complejidad.
Además, el sistema externo aprovecha la capacidad del cuerpo humano de conducir luz infrarroja, que penetra el esternón y activa un pequeño diodo dentro del dispositivo implantado. Este mecanismo permite controlar los latidos del corazón sin intervención directa.
Tecnología médica al servicio de la infancia
El proyecto se enmarca en una línea de investigación iniciada en 2021, cuando Rogers y Efimov presentaron el primer marcapasos totalmente reabsorbible. Aquella versión también eliminaba la necesidad de baterías y cables, marcando un precedente para este nuevo avance.
Hasta ahora, los marcapasos temporales requerían cables que salían del cuerpo del paciente, lo que aumentaba el riesgo de infecciones y complicaciones al momento de retirarlos. Esta nueva versión permite un procedimiento seguro, eficaz y no invasivo, lo que representa un cambio radical en el tratamiento cardiológico neonatal.