La aprehensión del futbolista Brian Fernández este miércoles en barrio Yapeyú de la ciudad de Santa Fe volvió a encender las alarmas en torno a la salud del jugador, víctima de su adicción al consumo de drogas.
¿Qué efectos produce el consumo de cocaína en el cerebro de un adicto?, ¿es posible lograr un recuperación total en algún momento con el tratamiento adecuado?
El Dr. Carlos Damin, jefe de toxicología del Hospital Fernández de la ciudad de Buenos Aires, explicó en AIRE que el consumo de drogas afecta el cerebro de los adictos no solo en el corto plazo, sino también a lo largo del tiempo.
Si bien Damin aclaró que no conoce el caso del futbolista Brian Fernández, dijo que en términos generales "a cocaína provoca una vasoconstricción de los vasos sanguíneos, es decir, disminuye el flujo de sangre al cerebro. Esto genera disminuciones de oxígeno y es lo que llamamos pequeños infartos. Cuando uno mira una tomografía de un consumidor, lo que tiene son muchos pequeños infartos, lo que termina produciendo un deterioro neurocognitivo muy importante y a largo plazo habrá un deterioro en su comportamiento".
En el programa Creo, que conduce José Curiotto cada mañana en Aire de Santa Fe, Damin advirtió que "muchas veces pacientes en estos pacientes existe una patología previa. Una enfermedad de base que un cuadro de consumo termina descompensando y afectando su estado de conciencia. Esto es muy frecuente en cuadros de intoxicación aguda. Especialmente sucede con el consumo de cocaína, pero también puede pasar con el consumo ocasional del LSD o de éxtasis".
La cocaína produce daños irreversibles
El especialista remarcó que, si bien "siempre es posible recuperar a una persona de un cuadro de adicciones", suelen existir daños cerebrales o en el resto del cuerpo que son irreversibles: "Cuanto más temprano se trate a una persona frente a los primeros síntomas de descontrol por drogas, más posibilidades habrá de encontrar una solución".
"Pero el consumo de cocaína achica las arterias, disminuye el flujo de sangre. Termina generando pequeñas disminuciones de oxígeno que producen pequeños infartos en el cerebro. Estos producen un deterioro de la inteligencia, de lo intelectual, de lo neurocognitivo muy importante. En el largo plazo habrá un deterioro de la persona en su comportamiento, en su forma de hablar, en su pensamiento, en su capacidad de discernir. Lisa y llanamente, va perdiendo inteligencia. Y cuanto más dure este período de adicción, peor será", explicó.
Damin reconoció que, "si bien siempre se puede salir -de la adicción-, hay daños que son permanentes. Probablemente, nunca se logre recuperar la capacidad cerebral e intelectual".
El consumo de cocaína no solo afecta la inteligencia del adicto, sino también su conducta: "Se altera el lóbulo frontal del cerebro, donde residen las capacidades superiores, lo que nos diferencia de otras especies animales".
Para el jefe de Toxicología del Hospital Fernández, centro médico de referencia a nivel nacional, lo que más preocupa en estos momentos es el consumo de alcohol, que a su vez facilita el ingreso al consumo de otras sustancias: "La edad promedio del inicio del consumo de alcohol en Argentina está en 13,5 años. Es un verdadero problema. No solo para el que consume, sino también para la sociedad. Sobre todo en los menores porque están en proceso de desarrollo del cerebro".
"Como el alcohol facilita el ingreso a otras sustancias, vemos nichos de consumos de marihuana y de cocaína muy tempranos. Esto producirá un deterioro de la sociedad en 25 ó 30 años. De eso no hay dudas", resaltó Damin.
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