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Política Monotributo | Alberto Fernández | Sergio Massa

Lo inventó Cavallo y lo usufructuaron todes: el problema del monotributismo

El régimen simplificado para pequeños contribuyentes que originó el monotributo se creó en 1998 y abarca al 13% de los aportantes al sistema previsional, unos 4.100.000 personas. Es un monstruo grande y –en pandemia e instancias pre-electorales- grita fuerte, pero el problema sigue siendo el 0,1%.

En noviembre de éste año, el llamado monotributismo cumplirá 23 años desde que el cuadro orgánico más persistente e influyente (mentor y funcionario de Bignone, Menem y De La Rúa) del neoliberalismo colonial, Domingo Felipe Cavallo, lo implementase para incorporar a millones de trabajadores sin relación de dependencia, aportes jubilatorios ni cobertura de salud. Por debajo y esencialmente, se convirtió en una de las modalidades más comunes y extendidas del fraude laboral, usufructuado por empleadores públicos y privados para encubrir relaciones de dependencia muy prolongadas y que deberían formalizarse con todas las de la ley.

Este régimen representa en la actualidad a unos 4.100.000 argentines en sus dos versiones: puros (sólo perciben ingresos por lo que facturan) e impuros (facturan en condición de monotributistas y poseen un empleo en relación de dependencia que realiza los aportes jubilatorios y de obra social). Por cierto que no hay datos precisos sobre cuántos son los que prestan servicios contra factura y desde hace mucho más que cinco años en dependencias del gobierno nacional, estructuras estatales provinciales y municipales, donde el recurso “preferible a un changarín y casi tan barato como un plan” ha adquirido una extensión notable y que debería ser combatida en línea con el precepto de eliminar (el Estado al frente de esa cruzada) el fraude y la flexibilización laboral en nuestro país, por razones de dignidad individual y para mejorar la recaudación impositiva.

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Hay más de cuatro millones de argentinos que son monotributistas.

Hay más de cuatro millones de argentinos que son monotributistas.

Es un colectivo complejo y con diversidad de fauna, con realidades disímiles por montos facturados y afectaciones regulatorias muy complejas, que exigirían –en principio- una revisión integral del sistema y -en el mediano y largo plazo -una reforma tributaria progresiva que se concentre en recaudar más y mejor, no sobre el 0,3% del monotributismo, sino a ese 10% de la población que concentra el 34% de la riqueza.

El presidente en campaña prometió una reforma tributaria de éste tipo, pero asumimos que la toma de conciencia sobre las correlaciones de fuerzas realmente existentes, el desgaste producido por la gestión de una pandemia que se prolonga y agrava en olas sucesivas y la mezquindad resiliente de los millonarios argentinos (ciudadanos de la Argentina Offshore en su gran mayoría), han reordenado las prioridades que fueron promesas de campaña.

Los niveles de adhesión y perspectivas recaudatorias del Aporte Solidario de las grandes fortunas, son un excepcional botón de muestra de que otro país y otra estructura tributaria es posible, incluso dentro de las restricciones que lo definieron como un aporte extraordinario y no impuesto regular, pero “algo” es “mucho” en ésta coyuntura.

¿Mercedes Marcó del Pro?

La probidad técnica y capacidad de gestión de la actual directora de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, es indudable, como así también su adhesión al proyecto político de Néstor y Cristina Kirchner durante 12 años en los que fue diputada, presidenta del Banco Nación y del Banco Central. Fue durante su gestión al frente del BCRA que se tomó una de las medidas más trascendentes del período kirchnerista, la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central para la promoción del sistema productivo y el empleo. Asumió como directora de la AFIP por pedido expreso del presidente, que es su mayor sostén político y la considera como uno de los eventuales relevos de Martín Guzmán en caso de ser necesario y condujo con éxito –como ya sostuvimos- la implementación de una de las medidas por las que la gestión del gobierno será rescatada positivamente en el futuro.

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Mercedes Marcó del Pont es la directora de la Afip y suena como un potencial relevo para Martín Guzmán, el ministro de Economía.

Mercedes Marcó del Pont es la directora de la Afip y suena como un potencial relevo para Martín Guzmán, el ministro de Economía.

Pero el aumento retroactivo de las cuotas del régimen de monotributo, su impacto en los sectores de menor facturación (que representan a la abrumadora mayoría de ese colectivo) y la inminencia de una elección donde se decidirán las mayorías parlamentarias que condicionarán los dos años siguientes del Frente de Todos, desataron una pequeña tormenta de enojos e hiperactividad para revertir el efecto de la medida, en el entorno presidencial.

Sin olvidar que Mercedes Marcó del Pont define la implementación de la Ley 24.997 que fue sancionada con amplia mayoría en las dos cámaras y reglamentada por el PE en mayo pasado, en Balcarce 50 se escucharon frases como “es un tiro en el pie inoportuno e inexplicable, ¿cómo explicás que un monotributista que sin la ayuda de la Anses no sobrevive porque factura cada vez menos, pague un impuesto retroactivo?”, “el efecto retroactivo no fue consultado con el presidente, no lo hubiese autorizado” o “es cuestionable desde la doctrina y complica el debate económico interno en el Frente, resta por todos lados”. Es el calor de éste debate acerca del rumbo económico de la coalición de gobierno -y las herramientas para implementarlo- y las complicaciones del sistema de toma de decisiones, los que llevaron a calificaciones injustas, como “Mercedes Marcó del Pro”.

Cierto es que un informe técnico de la AFIP, a cargo de la Subdirección General de Recaudación, desaconsejaba el cobro retroactivo de las actualizaciones y le advertía sobre la debilidad económica de los monotributistas en general, dado que sólo el 10% de total (unos 292.547) pertenecen a las cinco categorías más altas. La directora lo consideró y decidió lo que forzó un nuevo retroceso o “complemento”, un nuevo proyecto de Ley que anula el controversial aumento retroactivo a enero pasado de las cuotas y una serie de medidas de alivio fiscal.

El proyecto fue encargado por Alberto Fernández al presidente de la cámara baja, presidenciable en campaña permanente y portador de buenas noticias, Sergio Massa. Pese a que tiene al pie las firmas de Massa y Máximo Kirchner y que éste tándem representa la unidad de los distintos que caracteriza al Frente y le impide a Juntos por el Cambio –además de los recuerdos del naufragio- recobrar potencia electoral, el encargo presidencial generó molestias en sectores con niveles de ansiedad potenciados por la pandemia, que saltan las Paso y avizoran “la que realmente importa”, es decir las elecciones ejecutivas 2023, en las que el candidato de Alberto –si el desgaste acumulado no aconseja reelegir- sería el que él mismo caracteriza como “el hombre que más se preparó para ser presidente”, en vez de Axel Kiciloff.

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Alberto Fernández dijo varias veces que Sergio Massa es el hombre que más se preparó para ser presidente.

Alberto Fernández dijo varias veces que Sergio Massa es el hombre que más se preparó para ser presidente.

“Presenta el proyecto que definió el nuevo piso de Ganancias como propio, sale de gira por los Estados Unidos como presidenciable y ahora es el encargado de reparar un sonoro error para cosechar el alivio”, es la secuencia que los intimida, cuando la variedad de candidatos competitivos es un activo del Frente de Todos y la unidad del peronismo–incluso admitiendo un programa más moderado- es el principal activo en disputa y capaz de asegurar la continuidad de un ciclo que apenas promedia.

Lo que queda es lo que importa

Y lo que importa es que el proyecto ingresará en Diputados en unos quince días (con el retorno de Sergio Massa de su gira por Estados Unidos) y que según la redacción con que será presentado a debate, define lo siguiente:

- Anula el aumento retroactivo a enero pasado de las cuotas del régimen de monotributo y establece que la cuota mensual que deberá pagarse para el período enero/junio de 2021, será igual al valor vigente a diciembre de 2020. La actualización de la cuota regirá a partir de julio del presente año.

- Se genera un esquema para que los pequeños contribuyentes pueden mantenerse en el régimen simplificado pese a haberse excedido en su facturación. No podrán acogerse a éste beneficio los que superen 1,5 veces el monto de facturación anual de la categoría más alta o tengan bienes por $6 millones o más.

- Las deudas acumuladas podrán prorratearse en 60 cuotas con un interés del 1,5% anual como tope.

Visto en perspectiva y sin exagerar internas que distraen de objetivos superiores, el problema vuelve a ser la falta de unidad de criterios producida por la diversa procedencia de funcionarios y organizaciones que componen el Frente y que no acierta ser sintetizada por mecanismos de validación –¿tarea para la Jefatura de Gabinete?- que eviten contramarchas, desautorizaciones y desgastes innecesarios.

Esto es perfectamente subsanable, mientras seguimos incrementando la cantidad de población vacunada para reactivar la vida social y la economía, para seguir alejándonos de un modelo de subdesarrollo colonial que ya perfila candidatos y sueña con volver.