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Policiales Rosario |

Una causa de delito de "guante blanco" que tuvo idas y vueltas y muchas presiones políticas

La investigación sobre un megafraude inmobiliario en Rosario tiene 15 imputados que llegarán a juicio oral. Hay involucrados escribanos, contadores, abogados, sindicalistas y empresarios.

El largo trajinar que tuvo la instrucción de la megacausa de fraude inmobiliario en Rosario desde 2016, donde aparecieron personajes de peso, con poder no sólo económico sino político y mediático, llegó a uno de los capítulos finales, luego de que con el último suspiro, el último día antes del inicio de la feria judicial, la Justicia elevó a juicio oral un caso emblemático, que tiene 15 imputados, entre los que figuran empresarios, escribanos, contadores y sindicalistas.

Es probable que esta instancia final en este caso tenga que ver con el debilitamiento que sufrió durante las últimas semanas la figura del fiscal regional de Rosario Patricio Serjal, que será investigado en la legislatura de Santa Fe luego del supuesto desmanejo en la compra de dos autos al dueño de una concesionaria cuya causa en su contra se había archivado. Serjal fue el que promovió un cambio en la política de persecución que llevó a que se desistiera en acusar en esta causa a gente poderosa, como el contador Jorge Oneto y al empresario Pablo Abdala, gerente del diario La Capital, quienes fueron sobreseídos.

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Tras varias idas y vueltas, que incluyó cambios en el área que investigaba este fraude inmobiliario, la causa llega a juicio, luego de que en un fallo dividido de los magistrados Gonzalo López Quintana, Héctor Núñez Cartelle y José Luis Suárez, que firmaron una resolución de 288 páginas -a las que tuvo acceso Aire de Santa Fe- en una audiencia que se extendió varias jornadas, donde los fiscales Sebastián Narvaja y Valeria Haurigot lograron convencer a los jueces.

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Por el caso fueron investigados personalidades del mundo empresarial de Rosario y la zona.

Por el caso fueron investigados personalidades del mundo empresarial de Rosario y la zona.

Esta red tramó estafas y fraudes con más de 50 propiedades, entre las que había dos campos cercanos a Rosario. Con los escribanos Eduardo Torres y Kurtzemann se falseaban poderes para realizar transacciones inmobiliarias a espaldas de los dueños verdaderos. Luego, esos inmuebles se vendían varias veces para que las operaciones tomaran un aspecto lícito y se lavara el dinero.

Pero en algunos casos, el ardid fue descubierto. Entonces los supuestos estafadores amedrentaban a las víctimas, como es el caso de Ana Luppi, a quien le adulteraron la escritura de un campo de 124 hectáreas en Villa Amelia, a unos 15 kilómetros de Rosario.

La familia propietaria del campo descubrió la estafa y recibió un llamado del empresario Marcelo Jaef, propietario de una clínica de implantes dentales muy reconocida de Rosario. “No haga ninguna denuncia, porque si usted es mala conmigo, yo voy a tener que ser malo con usted y hay un hombre suelto muy peligroso”, declaró Luppi que le dijo Jaef. Ese “hombre suelto” era uno de los líderes de los Monos.

Estos empresarios y profesionales estaban ligados a engranajes del narcotráfico a partir de que miembros de la red mantenían desde hace tiempo vínculos estrechos con los Monos y Luis Medina, como Leandro Pérez, quien se conoció a nivel mediático por ser el novio de la vedete Viky Xipolitakis. Pérez, propietario de una concesionaria de autos de alta gama.

En este engranaje de fraude y estafas "cada una de las células se activaba de modo independiente: si se trataba de ejecutar maniobras de fraudes con propiedades, actuaban Juan Roberto Aymo, Ramona Rodríguez, Jonatan Zárate, Portillo Retamar y Eduardo Torres. Cuando se trataba de un bien cuya magnitud excedía la capacidad operativa de éstos, actuaban Maximiliano González de Gaetano, Leandro Pérez y Juan Bautista Aliau, para poner en circulación los bienes y conectar la operación con Oneto, Pablo Abdala, Kurtzemann y Jaef".

Si los fondos provenían del narcotráfico, se activaba la red conformada por Pérez y González de Gaetano que receptaba fondos y los ponía en circulación mediante compra de bienes en efectivo o con intercambio de tráfico financiero con la red conformada por otros imputados. Ariel 'Guille' Cantero, líder de Los Monos aparecía como un contacto asiduo de Pérez y De Gaetano, que a su vez tienen vinculación con el estrato social más alto de los acusados.

La acusación aceptada por los jueces incluye los delitos de asociación ilícita, falsificación de instrumento público, estafa y lavado de dinero. Por esta última calificación es que los fiscales solicitan sanciones económicas por al menos tres veces el monto de las operaciones realizadas.

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