menu
search
Policiales Rosario | Esteban Alvarado |

Un plan para generar terror en Rosario, ejecutado por sicarios menores de edad

La investigación que se realizó tras los cuatro asesinatos de Rosario apunta a un plan desde la cárcel de Piñero y Ezeiza. La sombra de Esteban Alvarado.

Uno de los menores asesinos, que ejecutó al taxista Héctor Figueroa y a un empleado de la estación de servicio Bruno Bussanich, fue a comer a un shopping de Rosario después de cobrar su recompensa, compró alfajores y fue a la peluquería. No le alcanzó para mucho más.

Por matar a tres personas, cuatro menores cobraron 200.000 y 400.000 pesos. Son 600 dólares, un monto que los jefes narcos que contrataron a estos jóvenes lo recaudan en pocos minutos. Costó muy poco paralizar una ciudad y dejarla bajo el influjo del miedo, una estrategia que el gobierno provincial y nacional calificaron como “narcoterrorismo”.

Como publicó AIRE el fin de semana, hubo una coordinación entre bandas para delinear estas acciones. Por un lado, según establecieron los fiscales en la audiencia que se realizó este martes, el plan lo orquestó Alejandro “Chuky Monedita” Núñez desde el penal de Piñero. Esto parece más nítido en la investigación.

Rosario pedido de recompensa.jpg
Está detenido el sicario que mató al playero quedó registrado en las cámaras de seguridad del lugar.

Está detenido el sicario que mató al playero quedó registrado en las cámaras de seguridad del lugar.

La sospecha es que, a la par, Esteban Alvarado hizo su parte. Al menos esa información surge de informes de inteligencia criminal que maneja el gobierno.

Ante este escenario, el ministro de Seguridad, Pablo Coccocioni, anticipó que activarán la cláusula que prevé la suspensión de visitas a presos de alto perfil que “infringieron reglas y ordenaron crímenes a través de sus parejas durante las visitas.

La situación del menor que cometió dos de los asesinatos en Rosario

Un menor de 15 años, detenido después de estar varios días prófugo y que lo denunciaran sus vecinos para cobrar la recompensa de 10.000.000 de pesos, fue el ejecutor de dos de los cuatro asesinatos.

Actualmente se encuentra bajo el régimen de protección de testigos. Este joven, cuya imagen se viralizó en el momento en el que las cámaras de seguridad lo captaron al matar a Bruno Bussanich el 9 de marzo en la estación de servicio Puma, también mató al taxista Héctor Figueroa, el primero de la saga.

Incluso, los fiscales Adrián Spelta, Franco Carbone y Patricio Saldutti deslizaron que podría estar involucrado en otro crimen, el del chofer de taxis Diego Celentano.

LEER MÁS ► Revelan que los menores reclutados para la saga de homicidios cobraron 400 mil pesos

Chucky Monedita pasaba información a su pareja Brenda Pared, que está bajo prisión domiciliaria por una causa de drogas en la localidad de Funes. Pared iba a visitas íntimas a la cárcel de Piñero y su pareja aprovechaba el momento de intimidad para suministrarle la información.

Ella delegaba las instrucciones a su gente en el barrio Tiro Suizo. Gustavo “Gusti” Márquez y su pareja Macarena Muñoz. Estas personas, a su vez, bajaban las órdenes a cuatro menores.

Lo que llamó la atención de este plan es la utilización de menores de edad para ejecutar los crímenes. La precariedad de los sicarios llegó a tal punto que DMG, el menor de 15 años, casi mata a su cómplice cuando fue a matar al taxista Figueroa. Y se olvidó de dejar la amenaza contra el gobernador que le habían encomendado. Por este asesinato le habrían pagado unos 300.000 pesos.

Al otro día, DMG y otro adolescente apodado Michel tomaron el taxi que conducía Celentano en Lamadrid al 400 bis. Otra persona había pedido el viaje. Los menores acribillaron al chofer desde el asiento trasero. Por el homicidio de este taxista les pagaron 200.000 pesos, según describieron en la audiencia los fiscales.

image.png
Frente del Centro de Justicia Penal de Rosario.

Frente del Centro de Justicia Penal de Rosario.

La otra parte de la saga fue el asesinato del colectivero Marcos Daloia, el crimen del playero y el despliegue de un trapo en Oroño y Circunvalación, está atribuida a la rama de Santa Lucía que, a su vez, hizo uso de DMG para matar a Bruno Bussanich.

De acuerdo a los testimonios que se expusieron en la audiencia, la instigación vino de los presos federales, entre ellos, Axel Uriel Rodriguez, miembro de la banda de Morocho Mansilla.

Chuky Monedita fue acusado de ordenar los atentados en represalia por el rigor en las condiciones de detención en Piñero. Su defensor, Gonzalo López Ocariz, afirmó que la acusación de que su cliente es autor de las directivas para los atentados no se condice con su actual situación de alojamiento.

"Es preso de alto perfil con encierros especiales. Se acreditó que solo puede visitarlo su esposa Brenda Pared en cuatro oportunidades. No tiene contacto con otro familiar o persona. Se puede contactar por teléfono una vez por día con una persona y el teléfono es discado por un empleado del Servicio Penitenciario (SP) que se queda monitoreando".

El planteo del defensor es que no hay forma de transmitir una orden sin que un guardia lo sepa.

"Tuvo cuatro visitas con su pareja por 30 minutos en un cubículo con la presencia de dos personas del GOEP (Grupo Operaciones Especiales Penitenciarias) por lo que no hay ningún tipo de privacidad, ni en forma personal, ni vía telefónica, ni en modo físico ni posibilidad de intercambio epistolar. Es imposible que pueda haber eludido esta directiva", dijo.

También remarcó que desde el 2 de marzo su defendido se encontraba en situación de aislamiento. Y que los ataques comenzaron el día 5.

Chuky Monedita está detenido desde 2015 y purga condena por un homicidio de sus tiempos de pistolero rústico en las calles de Tablada. En la cárcel, según se desprende de varios legajos penales, terminó reconvertido en "jefe de asociación ilícita" y administrador de búnkeres.