Lo llamativo es que esa visibilidad no empuja a que estas personas que usan aplicaciones y redes sociales caigan, que sean detenidos. Hay una especie de permiso de hecho para vender drogas siempre y cuando no supuren problemas vinculados a la violencia, como ocurre en la mayoría de las ciudades del país. Esa es una explicación que se ajusta al fenómeno, según esgrime un investigador de la Policía Federal.
Es muy fácil comprobar cuántos vendedores están en línea en una determinada zona del centro de Rosario con aplicaciones de mensajería. Sólo hay que ajustar la app con un par de clics. Ir a contactos y establecer “ser visible”. Cuando uno cumple ese requisito, aparecen personas que están a un radio de 500 metros, que también configuraron la aplicación de esa manera.
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En la zona de barrio Martin, en el centro de Rosario, por ejemplo, el listado es extenso. Debajo aparecen los grupos donde se ofrece de todo, entre otras cosas, drogas sintéticas, cocaína y flores de marihuana. “La sustancia” es uno de los grupos que tiene 74 miembros. Los diálogos entre los participantes son muy escuetos, porque sólo sirve para la transacción. Otro es “Flores y botánica”, un grupo que nada tiene que ver con jardinería sino con la compra de cannabis. Pero el rubro que parece tener más salida es el de sustancias sintéticas.
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Alejo Marban López, un joven de 24 años, vive en las torres Maui, en el corazón de Puerto Norte. Increíblemente sin un trabajo formal y siendo monotributista, se mueve en un BMW.
El peligro que encarna vender drogas en un búnker en un barrio es radicalmente opuesto a lo que le sucede a un dealer en el centro de Rosario. El esquema “permitido” se rompe cuando el volumen de lo comercializado toma otra dimensión, como en el caso de Emiliano Tesera, un joven que se transformó en los últimos meses en el proveedor de sustancias sintéticas de parte de la noche rosarina.
“Cayó Julieta, la novia hot del mayor traficante de pastillas de Rosario”, escribió en su cuenta de la red social X el entonces ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. El funcionario expuso el mensaje después de que la División Antidrogas de la Policía Federal detuviera en la peatonal de Rosario a Julieta Valenzuela, una influencer con mucha actividad en las redes sociales, cuyo novio Emiliano Tisera fue detenido en 2022, acusado de ser uno de los mayores proveedores de drogas sintéticas de Rosario. Valenzuela había sido detenida en esa oportunidad, pero fue excarcelada y ahora la Sala B de la Cámara de Apelaciones de Rosario dictó su captura.
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Tisera fue condenado esta semana a siete años de cárcel, pero en la investigación surgieron complicidades con tres policías de la provincia. Junto a Emi Trix, como se hacía llamar en las redes este dealer, fue condenada Valenzuela, una influencer con miles de seguidores en redes sociales que recibió la pena de 3 años de prisión condicional. La sentencia estuvo a cargo del Tribunal Oral Federal Nº 3 de Rosario, integrado por los jueces Mario Gambacorta, Eugenio Martínez y Osvaldo Facciano. En este caso se llegó a ambas sentencias por medio de un juicio oral que finalizó el 7 de noviembre pasado.
Además, fueron condenados otras cinco personas en el marco de un juicio abreviado que el TOF Nº 3 homologó el 29 de noviembre. Entre ellos se encuentran Nicolás Balzi, suboficial de la policía de Santa Fe, y su pareja Gabriela Celia Techera. Él fue condenado a 6 años y 4 meses de cárcel y ella a 3 años de prisión condicional. Por otra parte, Leandro Miranda, agente de la Policía de Investigaciones, recibió junto a dos hombres identificados como dealers la pena de 3 años y 6 meses de prisión.
Valenzuela quedó inmortalizada en un posteo jocoso del entonces ministro Aníbal Fernández. "La encontraron en la peatonal Córdoba de la ciudad santafesina y la esposaron cuando salía de hacerse las uñas en un local de la zona", escribió el exfuncionario.
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A Emiliano Tisera la Policía Fedetal le secuestró alrededor de 130 gramos de polvo MDMA (o éxtasis), 2.622 pastillas de éxtasis, 28 troqueles de LSD, 155,9 gamos de cristal, 170 gramos de cogoyos de marihuana, 3 pistolas calibre 9 milímetros (dos Bersa y una Browning), municiones, 823 mil pesos, 1200 dólares, 200 euros y 5 balanzas de precisión.
Esta joven tenía una fuerte atracción en las redes, donde diariamente exhibía con fotos y videos sus rutinas en los gimnasios de Rosario, y también promocionaba algunas marcas, que se veían atraídas por la enorme cantidad de seguidores que tenía Valenzuela.
Emi Trix, como se hacía llamar su novio, empezó su derrota ante la ley, cuando el 12 de junio de 2022 fue detenido junto a otras cinco personas, por venta de drogas sintéticas en fiestas electrónicas de Rosario, gimnasios y barrios exclusivos de Funes y Fisherton.
En ese momento a Tisera lo acusaron de ser el jefe de una organización narco con un perfil diferente a los distribuidores de otras drogas como la cocaína. Emi Trix se movía en ambientes sociales donde no aparece la violencia para reclamar territorio, como ocurre en el mundo del narcomenudeo que generó gran parte de los más de 200 homicidios que se cometieron en Rosario este año.
A Tisera la Policía Federal le secuestró alrededor de 130 gramos de polvo MDMA (o éxtasis), 2.622 pastillas de éxtasis, 28 troqueles de LSD, 155,9 gamos de cristal, 170 gramos de cogoyos de marihuana, 3 pistolas calibre 9 milímetros (dos Bersa y una Browning), municiones, 823 mil pesos, 1200 dólares, 200 euros y 5 balanzas de precisión.
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Según la acusación, por debajo de Emi Trix y del policía Leandro Walter Miranda, hijo del ex jefe de la Policía Walter Miranda, se desplegaban al menos otras seis personas, entre ellas Valenzuela, que se dedicaban a distintos aspectos del menudeo de drogas sintéticas, de diseño o de nuevo diseño, que ponían a la venta, tras realizar contactos por redes sociales, en sectores VIP de fiestas electrónicas.
La venta de drogas sintéticas que se consumen en las fiestas electrónicas atrae a una tribu urbana distinta, de una clase social alejada de la marginalidad, que usa esos estupefacientes como parte de una diversión desenfrenada, que en ocasiones termina de manera trágica, como los casos de Time Warp, en Buenos Aires, y de Arroyo Seco. También la distribución de este tipo de drogas es distinta. Los pedidos se hacen a través de aplicaciones de mensajería encriptadas y la entrega muchas veces es con deliverys o en las propias fiestas. El consumo está direccionado a una fecha en particular: cuando se realiza un show. Es en ese momento cuando la venta de drogas sintéticas estalla. Y esto ocurrió cuando el año pasado actuó el famoso DJ británico –naturalizado canadiense- Richie Hawtin.
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Julieta Valenzuela, una influencer con mucha actividad en las redes sociales, fue detenida en Rosario por la División Antidrogas de la Policía Federal.
Los investigadores sabían que cuando se acerca un show, la venta de drogas sintéticas empieza a crecer de manera vertiginosa. Y así ocurrió. Por eso tenían previsto seguir los movimientos en uno de los lugares más caros de Rosario, como son las torres Maui, en el corazón de Puerto Norte. Allí vive Alejo Marban López, un joven de 24 años, que increíblemente sin un trabajo formal y siendo monotributista se mueve en un BMW, ocupa un departamento con vista al río y planea abrir un bar en el barrio La Florida, el norte de Rosario. El perfil de Emi Trix es muy similar al de este joven.
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Como consecuencia de los controles que se empezaron a hacer en Buenos Aires después de esta intoxicación trágica, comenzaron a organizarse megafiestas en otras provincias, como Santa Fe. Durante el fin de año de 2016 se realizó una fiesta de música electrónica en el predio del boliche Punta Stage, en Arroyo Seco. Hubo venta de estupefacientes, estampidas y la capacidad del lugar estaba colapsada. Murieron Guiliana Maldovan, una rosarina de 20 años, y Lucas Liberatore, de 33, oriundo de San Nicolás, ambos por consumo de droga sintética que se vendía en el lugar. Muy pocas veces las investigaciones sobre narcotráfico posan la lupa sobre los proveedores de este negocio millonario, que al tener bajo perfil pasa desapercibido.
Aunque no hay estadísticas oficiales recientes sobre consumos problemáticos, la última es de 2017, los analistas coinciden en que las drogas sintéticas van en aumento. Están fuera del mercado de la violencia, por lo que ese rasgo las deja también fuera de los radares del Estado. Una de las drogas sintéticas que más creció es la metanfetamina, conocida como cristal, entre jóvenes de 25 a 35 o 40 años. Es el estupefaciente que se hizo conocido con la serie de Netflix Breaking Bad.
