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Policiales Narcotráfico | Paraguay | chaco

Nueva modalidad: en menos de dos meses robaron siete avionetas en Chaco y Paraguay y se sospecha que son destinadas al narcotráfico

El último caso se produjo la semana pasada en Villa Ángela, donde los cinco asaltantes murieron tras estrellarse la aeronave. Eran paraguayos. Otro hecho se produjo el 25 de diciembre en las afueras de Resistencia. Temen que una organización internacional esté detrás de los asaltos.

En poco menos de dos meses se repitió un fenómeno llamativo que tuvo impacto en el norte de la Argentina y en Paraguay: el robo de siete avionetas, dos en Chaco, y cinco del otro lado de la frontera. Los casos están conectados, según coinciden los investigadores argentinos y guaraníes. Y detrás de la sustracción de las aeronaves hay una organización criminal que provee a un grupo narco de estas aeronaves que sirven para trasladar drogas. ¿Por qué llegan a esta conclusión? Se detectó que las avionetas tienen como destino Bolivia, país productor de cocaína. En Paraguay investigan, según señalaron fuentes de la Secretaría Antidrogas Nacional (SENAD) a AIRE, si detrás de esta nueva metodología hay células de Primer Comando Capital (PCC), una organización originaria de Brasil que tiene fuerte presencia en Bolivia y Paraguay y que domina la logística del tráfico de cocaína de la hidrovía Paraná-Paraguay.

El tema desató un interés inusual para el mes de enero. En medio de un calor asfixiante, el viernes pasado llegó a Villa Ángela, en la provincia de Chaco, una delegación de la Policía Nacional de Paraguay, integrada por los dos jefes de esa fuerza, que se reunió con la ministra de Seguridad de la provincia de Chaco y representantes de Gendarmería. La hipótesis que manejan los investigadores paraguayos es que los robos de aeronaves en Argentina y en Paraguay fueron ejecutados por la misma organización criminal. La lupa está sobre PCC. Las alertas se encendieron porque autoridades de Brasil alertaron al Ministerio de Seguridad de la Nación que habían detectado en investigaciones en ese país que había células de PCC en la Unidad Penal Nº7 de Resistencia. Este grupo criminal, que se originó en la década del 90 en las cárceles de San Pablo, funciona desde las prisiones, donde actúan en red en Paraguay y Brasil, a través de los teléfonos celulares con protocolos similares a los de una logia.

El robo de avionetas se suma a otro problema que no aparece en la agenda pública, que es el de los vuelos ilegales y las dificultades en el control del espacio aéreo, cuyo monitoreo hoy está a cargo del Centro de Operaciones Aeroespaciales, que notifica a las fuerzas de seguridad la presencia de los llamados TAI (Tránsito Aéreo Irregular). En la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) tienen bajo la lupa este tema debido a que se investigan varios casos bajo la modalidad de bombardeo de droga –arrojar los cargamentos a los campos sin la necesidad de aterrizar– en las que se utilizan este tipo de aeronaves como las que robaron el miércoles pasado en Villa Ángela. Fuentes de Gendarmería Nacional señalaron a AIRE que el esquema de control aéreo está desactualizado en el país y que no contempla una estrategia efectiva en la lucha contra el narcotráfico. Hay un escaso control de los aeroclubes y del movimiento aéreo privado. “En la pandemia, el tráfico aéreo irregular se incrementó de forma notable, porque había mayores controles y restricciones en las rutas terrestres. Vemos que esa tendencia, después de que pasó la cuarentena, se mantuvo”, agregó el especialista de Gendarmería.

Un accidente que reveló una trama narco internacional

El miércoles 18 de enero, Villa Ángela amaneció conmocionada por algo inusual: cinco personas fallecieron al estrellarse con una avioneta en un campo a siete kilómetros de la ciudad. La aeronave Cessna 206, con capacidad para cuatro pasajeros, había sido robada del aeroclub local.

Según las fuentes policiales, uno de los ocupantes salió despedido de la aeronave y el resto, cuatro personas, murieron a causa del impacto y de las llamas que cubrieron la avioneta, que era propiedad del empresario agropecuario Roger Martin. La policía encontró entre los restos pistas claras sobre quiénes podrían ser los autores del robo. Entre los cuerpos carbonizados los agentes secuestraron una gorra del club paraguayo Cerro Porteño, una pistola calibre 40 y guaraníes, la moneda del país vecino. Hasta ahora se logró identificar a un solo asaltante fallecido, cuyo nombre es Abel Vera Quiroga, nacido en Paraguay.

Las primeras hipótesis que surgieron de la investigación, que realiza el fiscal Sergio Ríos, es que los asaltantes se habrían olvidado de abrir una válvula de combustible y la aeronave pocos minutos después de despegar se quedó sin nafta y se desplomó. La sospecha es que el plan original era llevarse otra avioneta –que sí sabían pilotear– pero ese día no estaba en el aeroclub.

El camino de la cocaína: desde Bolivia y por Brasil, hacia la hidrovía

Seis días antes ocurrió un robo similar del otro lado de la frontera, en Paraguay, según informaron a AIRE voceros de la Secretaría Nacional Antidrogas de ese país. En una zona rural, cinco personas robaron una avioneta Cessna 182 en Colonia San Miguel, en Alto Paraná.

Según la denuncia del productor agropecuario Jacob Schroeder, dueño de la estancia, cinco hombres con chalecos antibalas de la Policía de Investigaciones de ese país llegaron en una camioneta –que luego abandonaron– y se llevaron el avión. Estaban armados con fusiles M-4 y M-16. Tres días después la avioneta fue secuestrada en región de Beni, Bolivia, por agentes del Centro de Coordinación de Operaciones Antinarcóticos de la Policía boliviana.

Beni y Santa Cruz de la Sierra son regiones donde –de acuerdo al Ministerio del Interior de ese país– PCC se provee de la cocaína que luego va hacia Brasil, Paraguay Argentina y Uruguay y al mercado extranjero, a través de la hidrovía.

La misteriosa avioneta que desapareció de los radares

El 25 de diciembre se produjo otro robo de una avioneta Cessna 206H Stationair en el aeroclub Chaco. Cuatro ladrones, que tenían parte de sus rostros cubiertos con barbijos, irrumpieron en la aeroestación a las 0.40 del domingo de Navidad. Dos horas después la aeronave levantó vuelo y desapareció. “La avioneta voló cinco horas, aproximadamente. Levantó vuelo sin balizamiento. Desde las 2.47 hasta las 7.10. Habría aterrizado en Bolivia a unos 300 kilómetros de la frontera con Paraguay, en la región de Beni, según confirmó una fuente de la Procuración chaqueña.

La ministra de Seguridad de Chaco reveló que “en la investigación se detectó que una semana antes al robo alquiló una aeronave un ciudadano paraguayo que se alojó en Resistencia ”. Se sospecha que este piloto verificó cuestiones técnicas antes del robo. La hipótesis es que hubo una "pata local" que habría dado apoyo.

Según informaron fuentes judiciales, después de ese hecho la Justicia federal de Chaco ordenó a las delegaciones de Gendarmería en Roque Sáenz Peña y Villa Ángela que realizaran un relevamiento en los aeroclubes de la zona, sobre la cantidad de avionetas que había y también se pidió que observaran las condiciones de seguridad de los aeródromos. La presunción que manejan en la Justicia federal, a quienes les había llegado información de que estos hechos se estaban produciendo también en Paraguay, es que hay una organización criminal detrás de los robos de aeronaves, algo que comienza a comprobarse. La prevención no funcionó.

El vuelo que hizo la avioneta desde Chaco hasta Bolivia pudo ser reconstruido a partir de una aplicación móvil que logró conectarse con el GPS de la aeronave. “El registro se terminó abruptamente. En un primer momento, se pensó que había ocurrido un accidente, pero creemos que el piloto logró desactivar el GPS de la avioneta. Ya estaba en territorio boliviano”, afirmó una fuente judicial.

¿Quiénes son los ladrones muertos en el accidente de la avioneta en Villa Ángela?

En conferencia de prensa, la ministra de Seguridad de Chaco, Gloria Zalazar, dijo que “el ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay se puso a disposición y envió una comitiva formada por especialistas forenses, que trabajan junto al Ministerio y el equipo fiscal para identificar a las personas que murieron en el robo de la avioneta”. Según fuentes judiciales, el caso pasará después de la feria al fuero federal. Se van a cotejar muestras de ADN obtenidas en Paraguay para cruzarlas con las evidencias obtenidas en Villa Ángela.

El subjefe de la Policía del Chaco, David Vega, aseguró que los últimos dos robos de aeronaves que ocurrieron en esa provincia en diciembre y enero estarían vinculados. “Hemos encontrado elementos que relacionan el caso del robo de la avioneta en la madrugada de Navidad con el ocurrido en Villa Ángela”, afirmó Vega al diario Norte.

Mismo modus operandi en Paraguay

El 2 de diciembre pasado un grupo comando de siete personas, que se trasladaban en dos camionetas, robaron una avioneta Cessna 210 de la estancia Doña Anita, en la zona de Caapucú, en Paraguay. La policía detuvo a una persona. Los asaltantes cargaron combustible y después un piloto despegó y desapareció con la avioneta. Fue el mismo modus operandi que utilizaron en Chaco y Paraguay.

César Silguero, de la Policía de Paraguay, remarcó que en ese país ‘se produjeron cinco hechos similares a los que ocurrieron en Argentina, con el robo de avionetas”. Según el jefe policial con esta modalidad “esta organización criminal busca reducir los costos de sus operaciones”.

Un comisario retirado de la provincia de Santa Fe, que estudia este tipo de hechos, apuntó otro dato importante. Los dos lugares donde se produjeron los robos en Chaco están cerca de las rutas que conectan con Paraguay, tanto la 95, como la 11. La ministra de Seguridad de Chaco señaló que el tránsito fronterizo es permanente en esa zona y que si no hay un pedido de captura por algún ilícito no se puede denegar el ingreso al país.

Los antecedentes de 2017

En 2017 se produjeron casos similares de robos de avionetas. Una aeronave fue sustraída en febrero de ese año del aeroclub de Victoria, Entre Ríos, y terminó estrellada en los Esteros del Iberá. El caso tuvo pasajes de una comedia dramática. Los ladrones, dos argentinos y dos paraguayos, tuvieron que realizar un aterrizaje forzoso en el humedal correntino, porque se les había terminado el combustible.

Deambularon por esas tierras fangosas y salvajes durante cuatro días hasta que fueron encontrados entre unos cañaverales por dos guardaparques. Nadie sabía que los dos argentinos y dos paraguayos que habían robado una avioneta en el aeroclub de Victoria pertenecían a una organización narco. Ellos explicaron a los guardaparques –quienes desconocían la historia del robo de la aeronave– que eran turistas e inventaron una historia creíble. Contaron que en la embarcación en la que paseaban por los Esteros del Iberá había tenido un problema y se había hundido.

Fueron atendidos en un dispensario de la localidad de Carlos Pellegrini, donde recibieron un breve tratamiento para recuperarse de la deshidratación y de las heridas que –según dijeron– habían sufrido cuando se perdieron en esa reserva natural.

Los policías de la comisaría, según contaron en ese momento a este periodista, también los ayudaron y registraron sus nombres. Algo extraño pasó luego. Uno de ellos hizo un llamado telefónico y a las pocas horas una camioneta 4 x 4 los fue a buscar. Los cuatro hombres desaparecieron y al poco tiempo se fue deshilachando la historia del naufragio.

Comenzó a desentrañarse la verdadera trama, cuando un helicóptero de la Prefectura Naval encontró una avioneta Cessna C-182, matrícula LV-HBB, en medio de los esteros, averiada y hundida en el barro a unos 40 kilómetros del casco de la estancia El Socorro, propiedad de la familia del magnate fallecido Douglas Tompkins.

Todos comenzaron a atar cabos, a unir pedazos de la historia hasta llegar a la conclusión que esos cuatro hombres rescatados por los guardaparques eran los tripulantes de la avioneta estrellada en los esteros.

Otro eslabón de la trama terminó por convencerlos: la aeronave había sido robada del aeroclub de Victoria, a unos 60 kilómetros de Rosario. Surgió la certeza de que ese grupo sustrajo la avioneta en Entre Ríos para llevarla a Paraguay, y destinarla al tráfico de drogas.

Un paracaídas y una despedida de soltero: la coartada (casi) perfecta

La investigación del robo de la avioneta se centró en Rosario. Había una pista precisa. A mediados de febrero un joven llamó varias veces por teléfono y luego fue hasta el aeroclub de Victoria para averiguar cuánto costaba alquilar un Cessna para usarlo para una despedida de solteros. La coartada era algo extraña.

El interesado contó que pretendían tirar de la avioneta con un paracaídas al muchacho que se iba a casar para que no olvidara más sus últimas horas de soltería. Lo que presumen es que Mario C. estaba haciendo tareas de inteligencia en lo que sería el blanco del asalto.

Ese joven formaba parte de la banda que después ingresó al predio para robar la avioneta. El comisario Ricardo Silva, jefe de la policía entrerriana, dijo que “todo esto fue pactado, armado y organizado en Rosario y una de las líneas de investigación tiene relación con el narcotráfico”.

Matías Aresca, instructor de la escuela de paracaidismo de Victoria, contó que no sólo se llevaron la avioneta, sino también ocho paracaídas y computadoras y teléfonos.

Mario C., quien se presentó en el aeroclub de Victoria como paracaidista, fue detenido en la zona sur de Rosario. En su casa se secuestraron chips, computadores, documentos que lo ligan a la causa y un paracaídas. Hace dos semanas Mario apareció muerto en su casa, donde se habría suicidado tras la visita de un hombre de nacionalidad paraguaya.

Efectivos de fuerzas federales realizaron cuatro allanamientos en Misiones, en busca de los tripulantes de la avioneta. Fueron a los domicilios de los nombres que ellos dieron a los policías de Carlos Pellegrini cuando los rescataron en los Esteros del Iberá. Los allanamientos fueron en la Chacra 141 y 145, próximo a la intersección de las avenidas Martín Fierro y Eva Perón, a un par de cuadras del arroyo Mártires. Pero como era de esperar no hallaron a ninguno de los buscados.