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Policiales robo | dinero | Rosario

La viveza criolla de los boqueteros profesionales que robaron 43 millones de pesos de una empresa de caudales con 162 años de trayectoria

Los investigadores sospechan que la banda está conformada por hampones profesionales de Buenos Aires, con un "pasadato" local.

Cuando el lunes a la noche Rosario transitaba el apacible feriado del Carnaval, la pericia profesional de una banda de hampones volvió a colocar a la ciudad bajo la consideración pública por un resonante robo. En menos de tres horas un grupo de ladrones realizó un boquete en una casa, ganó el interior de la empresa de caudales Brink’s, y se alzó con un millonario botín de 43.5 millones de pesos. Para los investigadores los delincuentes contaron con la colaboración de un entregador que facilitó datos muy precisos.

No tuvo las características del cinematográfico robo del siglo perpetrado en 2006 en el banco Río del barrio porteño de Acassuso. Tampoco del recordado atraco al viejo Banco Provincial de Santa Fe el 23 de septiembre de 1994, cuando el empleado bancario Mario César Fendrich se llevó 3.187.000 de dólares del tesoro. Pero el robo a la empresa de caudales Brink’s, fue sofisticado y bien planeado.

Atracos y guiones

El film “El Robo del Siglo” fue inspirado en el hecho de Acassuso que determinó el mayor golpe en la historia criminal del país. Con armas de juguete, seis ladrones se alzaron con 19 millones de dólares y 80 kilos de joyas. Habían trabajado meses en la logística y proyecto del atraco.

Tomaron 23 rehenes, taparon un huego con un escritorio y escaparon en gomones por un conducto pluvial. La famosa nota que dejaron en la bóveda del banco les valió cierta simpatía: “en barrio de ricachones sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”.

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La célebre frase que dejaron los autores del

La célebre frase que dejaron los autores del "robo del siglo" al banco Río de Acasuso

La historia de Fendrich no fue tan mediatizada porque eran otros tiempos, pero también fue de película. Se ganó un par de capítulos en una serie televisiva “Sin Condena” y “Botines”. E inspiró la película “Tesoro Mío” (2000), protagonizada por Grabriel Goity, entre otros.

Aunque mantenía un perfil subterráneo, el hincha de Colón y amante de la pesca tuvo su momento de fama. Las conjeturas y misterio sobre el destino del dinero todavía genera comentarios en los bares de la peatonal San Martín. Luego de estar prófugo, según él bajo presión, reconoció el hecho. Los condenaron a siete años de cárcel. Murió en 2018 en Cuba durante un viaje de placer.

El robo a Brink’s, una firma de caudales fundada en 1859 en los Estados Unidos, se inscribe en esos hechos delictivos poco inusuales. El monto es menor a los descriptos anteriormente, pero por la mecánica se puede hablar de profesionales que conocían su trabajo y contaban con data y logística previa para para alzarse con las 13 sacas repletas de fajos de billetes.

Según las víctimas y los datos que hasta el momento acopiaron los investigadores, dos ladrones con armas de fuego, con gorras y barbijos hasta el entrecejo irrumpieron el lunes a las 21.30 en la casa de pasillo de Presidente Roca 2717, donde redujeron a cuatro adultos y a un niño de 8 años.

Tres horas con maza de obra y amoladora, y bien educados

Guillermo, un jubilado de la docencia dueño de la vivienda, reside allí hace más de 50 años junto a su hermano Oscar, también jubilado como maestro mayor de obras. Esa noche Guillermo recibió la visita de sus dos hijas y uno de los nietos, porque habían quedado en cenar juntos. Sin embargo, el banquete se postergó un rato largo.

Cuando estaban a punto de sentarse a la mesa y Oscar ya descansaba en su habitación, los hampones ingresaron a la casa y avisaron. “Quédense tranquilos. Venimos a robar al lado, venimos por la torta”, dijo seguro y tranquilo el líder. Guillermo respondió en calma: “Hagan lo que tengan que hacer…No nos hagan nada, sobre todo a mi familia”. Al otro día del robo, la víctima le contó a los medios que estaba seguro que le habían hecho “un trabajo de inteligencia previo”.

La familia fue reducida en una habitación. Mientras que a Guillermo le pusieron grilletes, al resto le maniataron las manos con alambres. “No eran para nada violentos. Demostraron ser educados y bien hablados. Uno comandaba, y anticipó que si las cosas iban de acuerdo a lo planeado, terminarían temprano”, recordó Guillermo. Aunque hubiesen sido dos minutos, la familia la pasó muy mal.

De un bolso sacaron una amoladora, mazas de obra y un caño de hierro de 14 pulgadas. Marcaron en la pared de la habitación de Guillermo un preciso cuadrado de un metro de diámetro aproximadamente, y pusieron manos a la obra en ese muro lindero al galpón de Brink’s.

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Apenas comenzaron encontraron un rotomartillo que los hermanos utilizaban como herramienta para su trabajo, lo cual les facilitó la tarea para picar la pared. Según Guillermo, el instrumento automático les permitió “trabajar más rápido” en la sólida doble pared de 60 centímetros de espesor.

Ante los intensos ruidos, una vecina se asomó alarmada y pegó un grito. No entendía la hora para semejante barullo. “¿Qué pasa Guillermo que hay tanto ruido?”, interrogó la mujer. Sagaces, y para que el plan no se derrumbe como un castillo de naipes, los ladrones indicaron a Guillermo que respondiera con una excusa razonable. “Se me pinchó un caño y lo estamos arreglando. Tengo la pieza inundada”, devolvió el hombre. La mujer aceptó el argumento y se metió tranquila a la casa.

¡Bingo! 13 sacas con los fajos

Todo continuó con normalidad, hasta que lograron abrir el boquete y ver del otro lado los dos camiones blindados estacionados en el galpón. Después se supo que llamativamente ese día no había custodia personal, algo que es habitual y de rutina. Tampoco se dispararon las alarmas de un sistema de seguridad interconectado que monitorean empleados jerárquicos de la firma.

Los ladrones, a los que se sumaron otros cuatro o cinco, trabajaron tranquilos con tres datos muy concretos: estaban al tanto del dinero acopiado en el lugar, que no había custodia personal, y que a pesar de los golpes o ruidos sobre la pared vulnerada, nunca se activaría alguna alarma que pondría en riesgo el plan. La información previa les permitió concretar un golpe preciso, “quirúrgico” como se suele calificar a estos saqueos.

Tras husmear en el depósito de Brink’s, los maleantes se alzaron con los 13 bolsos que habían quedado dispersos en una oficina (primero se pensó que habían abierto los camiones), que contenían 43,5 millones de pesos en efectivo, según la información que dieron desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA).

A las 0.15 del martes los maleantes ya habían concretado el osado atraco. Se esfumaron con los teléfonos de las víctimas a quienes dejaron maniatadas. Aunque nadie los vio, mientras la Fiscalía analiza cámaras de videovigilancia públicas y privadas de la zona. Al parecer escaparon en dos autos con los cómplices que esperaban en la oscuridad de una vía en desuso del ferrocarril General Belgrano que corre paralela al pasillo de la casa de las víctimas.

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Los autos utilizados en el golpe fueron encontrados calcinados a las afueras de Rosario

Los autos utilizados en el golpe fueron encontrados calcinados a las afueras de Rosario

“Estuvimos más de media hora hasta que pudimos liberarnos. Pude salir a la calle con las manos esposadas. En ese momento pasó un taxista, más adelante lo paró mi hija y el chofer llamó al 911”, contó Guillermo en las primeras horas del martes y casi sin pegar un ojo porque los funcionarios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y los peritos del gabinete criminológico estuvieron hasta las siete de la mañana.

De la escena del hecho, entre otros elementos, los peritos incautaron la amoladora y un cargador de pistola Glock con 30 proyectiles calibre 9 milímetros que olvidaron los cacos. La empresa Brink’s nunca dio a conocer información institucional oficial, tampoco confirmó o desmintió la suma robada. El caso quedó en manos de la fiscal Juliana González, de la Unidad de Investigación y Juicio.

Autos quemados de una banda que jugó de visitante y ganó

El miércoles por la tarde apareció una primera pista del atraco. En un camino rural cercano al cruce de las rutas 18 y A-012, en jurisdicción de Villa Amelia, se encontraron tres autos totalmente calcinados con los cuales se habría movilizado la banda.

Fuentes del MPA indicaron a Aire de Santa Fe que hay un alto porcentaje que fueron los utilizados para concretar el robo. Dos de los vehículos tenían las patentes adulteradas, y fueron denunciados como robados en diciembre de 2020.

Se trata de una camioneta Honda CRV, un utilitario Renault Kangoo y un auto Chevrolet Prisma. Dos de esos autos habrían quedado registrados en cámaras de la zona del hecho como los utilizados para escapar. Se cree que los delincuentes los destacaron en Villa Amelia y siguieron viaje a provincia de Buenos Aires en otro vehículo.

“Se están analizando todas las imágenes de las cámaras de la zona para cotejar, y se realizan pericias sobre los autos quemados. Pero hay un alto porcentaje de que fueron utilizados en el robo”, indicaron allegados al caso. Es misma fuente no se descarta que la banda estuviera “conformada delincuentes profesionales oriundos de Buenos Aires, pero con una pata local que les aportó información y logística”.

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Alarma que se disparó con retraso

Con el correr de las horas, los investigadores echaron claridad sobre algunos aspectos del accionar de los delincuentes. Hay filmaciones del interior de Brinks donde se observan todos sus movimientos. Se ve que si bien el objetivo era buscar las llaves de los camiones de caudales, cuando ingresaron al lugar se toparon con las 13 sacas con dinero dispersas en la oficina .

Una de las hipótesis es que las bolsas quedaron allí porque “la bóveda estaba colmada y ya no tenía más espacio”, según testificó una persona que trabaja en Brink’s. De acuerdo a ese relato, el dinero iba a ser recontado y preparado en fajos para ser depositado a primera hora del miércoles, al retomarse la actividad bancaria luego del feriado.

La fiscal González sigue analizando elementos y entrecruza información. Acopia testimonios, sobre todo de los empleados de la firma damnificada. Y no se pasa por alto el rol del encargado de la custodia de la empresa de caudales. Es que mientras los ladrones martillaban, una alarma innsonora saltó en su teléfono. El hombre, que reside en una localidad ubicada 50 kilómetros al sur de Rosario, dijo que avisó a la policía y viajó a Rosario. Cuando llegó, el robo ya se había consumado.

Fuentes de la pesquisa indicaron que hay varios cabos por atar, pero que una de las pistas más firmes es que el éxito del golpe tiene directa relación con datos que brindó una persona que conoce los movimientos de Brink’s. En ese sentido se rastrea un antecedente que levanta sospecha: hace unos meses un empleado que trabajaba en la tesorería fue descubierto cuando trataba de robar una saca, por lo cual fue despedido.

La viveza criolla pudo más que 162 años de experiencia

“Dinero y Objetos de valor, Seguridad y Envíos” dice el lema de la empresa en su página web oficial. “Logística segura de punta a punta en todo el mundo, manejada por personas y tecnologías de la información sobresalientes”, apunta. El eslogan recalca que se concentran en “proteger a nuestras personas”, “a los intereses” de los clientes, y de ofrecer un servicio excelente y de bajo costo.

La viveza criolla pudo más que las medidas de seguridad de una empresa de origen estadounidense que tiene 162 años de experiencia en el rubro de la custodia y transporte de caudales, y que se supone debió contar con mecanismos para evitar un robo de estas características. Evidentemente a la reconocida compañía yankee se le escapó algún detalle.