Intentó quitarse la vida en dos oportunidades. Desde hace más de un año se encuentra con asistencia psicológica y psiquiátrica. Dice que al Colegio de la Inmaculada Concepción no volvería jamás a dar clases porque sería “meterse en la boca del lobo”. Y además, se declara inocente de los cargos que le atribuyeron.
A un año de haber sido imputada por el delito de “grooming” (acoso sexual y virtual a niños) la docente de geografía que supo dar clases en el establecimiento educativo de San Martín al 1540 y que cobró fama en todo Santa Fe y el país por un video sexual decidió romper el silencio y contar su versión de los hechos en una entrevista exclusiva con Aire Digital.
Antes de acceder a la entrevista, la mujer de 36 años pidió salir de espalda a la cámara. Es que dijo haber cambiado parte de su fisonomía ya que desde que salió a la luz el video su vida cambió de un día para otro. “Dejé de usar anteojos, cambié un montón de aspectos en mi vida para no ser reconocida porque lo que yo vivo o viví en ese momento fue un calvario”, explicó en un diálogo realizado en el estudio de su abogado particular, Javier Bura Peralta.
—¿Por qué decidió hablar?
—Porque me lo merezco. Necesito que la gente sepa la verdadera historia del detrás. Todos me condenaron y yo antes no podía hablar. Mi historia merece ser contada.
—¿Hoy por hoy cómo se siente?
— En cuanto a mi pasado, es una herida que sangra todavía. Me cuesta sanar. Sigo con terapia, estoy medicada. Tengo una psicóloga y un psiquiatra que me asisten para poder seguir adelante. De salud y familiarmente estoy muy bien.
—¿Cómo se viriliza el video?
—Eso yo no te lo puedo explicar. De mi celular yo no lo mando. Yo no lo envío. Está presentado en la Fiscalía y consta en la causa. A través de tres peritos diferentes hicimos un software forense que se usa y que permite establecer, que por más hayas borrado archivos o no, aparece todo. Hasta el día de hoy no pudimos recuperar el video.
Yo te puedo decir fecha exacta y para que grabé el video. Se lo aclaré al fiscal (Federico Grimeberg) porqué lo hice y cuáles eran los motivos y que no concuerdan con los dichos del menor (la víctima). Por ejemplo, el menor dice una cosa y el video fue grabado muchísimo tiempo antes.
—¿Cuándo fue grabado ese video?
—Ese video fue grabado el día del profesor y fue para mi marido porque veníamos con unos problemas. Entonces mi idea fue sorprenderlo. Fue cuando él estaba de viaje con alumnos en Mendoza con una escuela de acá de Santa Fe. Cuando yo le empecé a decir “amor, tal cosa”, me dice “no vas a ser tan….. de filmarte o mandarme una foto”. Entonces para no generar conflictos en la pareja no se lo paso. Al video lo habré tenido cuatro o cinco días y lo borré de mi galería, pero lo que yo no sabía era que queda todo en el Google Photos y que por 60 días queda en papelera. Empezando a averiguar con él (su abogado) y buscando la manera de cómo pueden haberlo extraído llegamos a que tuve un cambio de contraseña el 14 de noviembre del 2018 de mi correo de Gmail.
Te explico. Mi correo de Gmail, el del Colegio, más el Outlook (Hotmail) estaban sincronizados y vinculados a mi teléfono. Eso lo hice yo. ¿Por qué? Porque trabajo en varias escuelas. En una escuela trabajo con Hotmail y mando correo a los directivos. Me llegaba un correo y ya lo leía. Era lo más fácil, pero fue un error. Yo no me enteré del cambio de contraseña hasta el año pasado que me salta y me dice "usted ha cambiado la contraseña el 14 de noviembre del 2018" y coincidía con que ese momento yo no estaba en la provincia de Santa Fe.
—¿Y por qué cree que quisieron cambiarle la contraseña?
— Me gustaría saberlo. Hasta el día de hoy es la gran pregunta que tenemos con mi abogado. O cuál era la intención, sobre todo. No solo ese cambio de contraseña. Tengo una entrada a mi correo del 17 de noviembre del 2018 desde una computadora en un día y horario que yo estaba dando clases en otra escuela.
—De lo poco que difundió el Ministerio Público de la Acusación se habla de que usted tuvo un contacto con un menor en 2018 y después le envió un video. ¿Cómo se defiende de tal imputación?
—El fiscal Grimberg me imputa de Grooming. La única prueba que él tiene es la testimonial de un menor. Testimonial, en el MPA delante de él y de la psicóloga del organismo judicial. No hubo Cámara Gessell, no hubo nada. Lo que dice el menor, la textual, es la textual que a mí me imputan.
El día de la detención
La docente refirió que en la actualidad atraviesa un estrés post-traumático no solo por el estado público que tomó el video sino también por aquel día, el 5 de abril, en que fue detenida. Dicha detención se dio por orden del fiscal Federico Grimberg, luego de que el sitio web de un diario de la ciudad confirmara (y luego eliminara la publicación porque era una fake news) que dos videos que circulaban por WhatsApp, y que eran de pornografía infantil, eran de la docente y la víctima.
—¿Qué pasó cuando la fueron a detener?
—Es un tema bastante feo para mí. Yo estaba en mi casa y me avisan que el fiscal Grimberg quería hablar sobre mi denuncia porque yo me presenté el 26 de marzo (del 2019) a denunciar que me estaban amenazando bajo una cuenta (de Instagram) “hablame_xime”. Cuando bajo (del departamento) estaban dos oficiales mujeres y un oficial de la PDI (Policía de Investigaciones). La oficial se presenta y me dice que la debo acompañar y entonces le dije “no era que ustedes subían” y me responden que yo debía acompañarlas.
Lo llamo a mi marido y le digo que me tengo que ir a la PDI. En el primer momento la misma mujer policía me decía “dale, si vos ya sabés lo que hiciste, no hagas que te ponga esposas”. La otra compañera me llevó las manos atrás y me metieron a la camioneta.
Yo vivo muy cerca de la PDI. Cuando estamos dando vuelta a la manzana me sale preguntarles en calidad de qué me llevan. Y se da vuelta y me dice “en calidad de detenida, mamita”. “No te hagas como que no sabés lo que hiciste”, me dijeron. Ahí me largué a llorar y me saqué. Imagínate que te estén buscando para hablar y que te lleven detenida y que te digan que te van a leer tus derechos de imputado, yo no entendía nada.
Cuando llegamos a la PDI me llevaron a una habitación. Hasta ese momento estaba detenida e incomunicada. A mí me detienen 11.55 en la puerta de mi casa y estuve hasta las 14. Apenas entro me dice una oficial si le iba a dar el celular o si me lo tenía que secuestrar. Y le tiré mi teléfono porque no tenía nada que ocultar. Ahí vino otro oficial y le di el código de desbloqueo. Después me subieron al auto de la PDI, después hasta la Oficina de Gabinete, después a la Primera (comisaría) para que me vea un médico y así constatará si tenía heridas o golpes.
Recuerdo que a mí me dicen que yo estaba detenida por estupro. Y yo pregunté que era estupro y me responden: “Y mamita, abusar de un menor”. Después llegó mi abogado anterior y me mostró porqué me detenían. Era por “dos videos que un diario de acá de Santa Fe confirmaba que era yo. Que el parecido físico, que era la docente”.
Entre la presión y la libertad
De la Comisaría Primera, la docente fue trasladada por agentes de la PDI hasta la Unidad de Tránsito de Mujeres donde fue alojada ya que hasta ese momento el fiscal había dispuesto su detención. “Cuando me ingresan a Tránsito me ingresan por estupro. Así que imagínate, la misma policía me dijo que no diga 'quién era ni por qué estaba, porque adentro se pagan las deudas de afuera”, indicó.
“Me pusieron en una celda de señoras mayores que me dijeron que ellas me iban a cuidar. Cuando yo ingresé no di mi nombre ni nada. Me mandaron arriba (de las cuchetas) por ser flaca y una me pregunta: “¿Mamita, estás por federal?”, y yo no sabía. Y una la codea y le dice: “Esta es la docente”. Y me dicen: “Nosotras te vamos a cubrir. Si vienen algunas de las de al lado vos decís que estás acá porque te fuiste de mambo con las tarjetas de crédito”, recordó.
“La primera vino y se me sentó al lado y me preguntó por qué estaba y me miró y me puso la mano en la pierna y me dijo “a la noche nos vemos”. Y me acarició y se fue. Lo único que hice fue quedarme dura. Es ilógico en mi cabeza y todavía no me cabe de los momentos que pasé”, recordó la mujer.
“A eso de las 5 de la tarde llega una detenida y grita “acá está la maestra”. De ahí en más fueron tres horas, porque a mí me liberan a las ocho de la noche, de amenazas constantes de que lo que yo le hice al menor me lo iban a hacer a mí. Siendo que yo no soy la protagonista de ese video y tampoco tuve nada que ver con un estupro y menos con un abuso”, concluyó sobre aquella detención.
—¿Pensó en irse de la ciudad de Santa Fe?
—Si. Pensé en quitarme la vida que es peor. Tuve dos intentos de suicidio. Por eso tuve dos o tres veces por semana apoyo psicológico y psiquiátrico. Es como que no llegas nunca a entender. De un día para el otro mi vida cambió y dio un giro total. De ser una persona simpática que salía, andaba con mi hija para todos lados, no podía llevarla al jardín.
Desde el primer momento en que me amenazan desde esta cuenta trucha (el 26 de marzo), desde ese momento yo estuve presente para la policía, para el fiscal. Nunca me fui a ningún lado. A mi me detuvieron en mi casa, yo no me presenté en ninguna Comisaría como dijeron.
A mi Instagram original (porque me han creado perfiles truchos) yo lo cierro el 27 de marzo por pedido de la Policía porque me dijeron que me iban a seguir llegando solicitudes y todas eran de chicos del Colegio Inmaculada. Yo por eso atinaba a que era algo del colegio, que algo había pasado. Pero cuando yo fui a informar a los directivos y plantee que denuncié en la PDI, ellos se enojaron mucho porque decían que eran menores y que había que cuidarlos mucho.
—¿En algún momento sintió que el Colegio la dejó de lado?
—Es que me dejó de lado desde el primer momento. El 27 de marzo (del año pasado) yo me presento a contar lo que me estaba pasando (lo de la extorsión de la cuenta de Instagram) y decirles que me estaban amenazando por redes. La única captura que consta en mi denuncia no es mucho. Pero a dónde a mí me pedían a cambio fotos y videos y me hablaban de que me iban a viralizar y hacer echar del colegio, de eso yo no pude hacer captura porque estábamos en la PDI y entre que el oficial que estaba miró mi teléfono y el Comisario constató que era una amenaza. Me decían (en los mensajes): “Si vos no respondes con fotos y videos, te vamos a viralizar”.
—O sea que fue una extorsión lo que vivió durante todo ese tiempo…
—Cuando a mí me hablan de un video no entré en razón de que podía ser eso (el video sexual que se grabó). Más bien relacioné el tema con algo del pasado del Colegio, algo que me habían contado y capaz que me pasó lo mismo. Es más, yo pensé que me habían filmado en el baño los alumnos y que me iban a extorsionar con eso. Y en el momento de la extorsión me hablaban de tres videos y nunca los pude descargar porque yo a la solicitud de amistad nunca la acepté y tampoco la rechacé. Lo primero (que le dijeron desde la cuenta de Instagram) fue: “Te vamos a viralizar y te vamos hacer echar del Colegio”.
—¿Qué piensa que pasará de ahora en adelante?
—Espero que me archiven la causa. Estamos esperando que el fiscal tome el informe pericial y decida que va a pasar con eso. Porque si el día de mi detención yo di la clave del desbloqueo (del teléfono), peritaron mi teléfono en el MPA y salió que no hay nada, no hay vínculo y el fiscal me imputa por una declaración de un menor delante de una psicóloga y sin Cámara Gessell me parece que es re injusto. Me parece que se cae de maduro. No hay una prueba. No existe el celular del menor. Esa es la prueba principal. El celular del menor supuestamente se lo robaron.
A mí me amenazaron el 26 de marzo y al menor se lo robaron el 22 de marzo de la casa. Si yo hubiera sido culpable como dijo la gente, que me culpó y condenó yo no hubiese entregado mi celular. Lo primero que hice fue entregar mi celular y me puse a disposición del fiscal y del Colegio.
—¿Volvería a trabajar en Inmaculada?
—No, es como volver a la boca del lobo. Lo hice dos veces después de mi liberación. Me presenté con el doctor Bura Peralta dos veces porque yo, hasta el día de hoy, sigo recibiendo amenazas, extorsiones de parte de los alumnos.
A mí me costó mucho salir de mi casa para ir al súper a una cuadra. El hecho de salir a mi casa o caminar por bulevar implica un riesgo alto, ¿por qué? porqué los alumnos me conocen. Un día iba y escucho “profe" y me di vuelta y me dijeron "haceme un….”.
Eso es lo que duele. Se les permite eso porque son menores y yo por ser mayor me tengo que bancar que la gente hable mal de mí, que me hayan ensuciado mi nombre y apellido.