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Policiales Granadero Baigorria | Septiembre | Rosario

Granadero Baigorria atravesado por sangrientas disputas y refugio del principal sospechoso del atentado criminal contra un abogado

El impresionante intento de homicidio de un abogado penalista de Rosario a mediados de marzo pasado, baleado dentro de su auto en una estación de servicio de zona norte de la ciudad, desembocó en una pesquisa que la semana tuvo un capítulo violento, cuando en Granadero Baigorria se originó una persecución contra el principal sospechoso del atentado contra el profesional.

El 12 de marzo pasado el abogado penalista Ariel González Zevallos, de 52 años, fue blanco directo de un ataque sicario mientras esperaba dentro de su auto Mercedes Benz A200 color negro que su pareja saliera del minimarket de la estación Axion de calle Baigorria y Camino de los Granaderos, en la zona norte de la ciudad.

Eran las 20.30 cuando dos encapuchados en una moto aparecieron como fantasmas, el acompañante se posicionó y acribilló a balazos al profesional, que tuvo los reflejos para reclinar el asiento cuando advirtió que el agresor buscaba un resultado letal. Recibió seis impactos de bala en el abdomen y las piernas y fue trasladado de urgencia en estado reservado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria.

A tres meses del gravísimo hecho, logró reponerse satisfactoriamente de las lesiones y, según pudo averiguar Aire Digital, transita la rehabilitación con terapias kinesiológicas. Salvó su vida por milímetros, y por la reacción que tuvo para esquivar más plomos que tenían destino letal. ¿Las motivaciones? No se dieron a conocer oficialmente, aunque hay indicios para sospechar que tienen correlato con la participación del letrado como defensor de pesos pesados del mundo del hampa.

En octubre de 2009 González Zevallos quedó vinculado en la trama económica de la causa de la efedrina, que ganó espacio mediático a partir de la ostentosa actividad del aún detenido Mario Roberto Segovia. En ese momento el abogado fue procesado por ocuparse de operaciones financieras y lavado de activos de “El Rey de la Efedrina”. Tras ser liberado en diciembre retomó sus tareas como abogado.

Más acá en el tiempo, fue asesor de algunos personajes relacionados a la banda de los Monos, como los hermanos Ezequiel “Parásito” y José Horacio “Grasita” Fernández, asesinados en abril de 2018 a junto a Gerardo “Abuelo” Abregú en Granadero Baigorria. Gonzalez Zevallos fue abogado de los hermanos “Parasito” y “Grasita”.

Baigorria, un terreno arrasado y descontrolado

Una gran parte de Granadero Baigorria se ha transformado en un territorio con tensiones. Tras el asesinato de Marcelo “Coto” Medrano en septiembre de 2020 recrudecieron las balaceras, los tiroteos, homicidios, extorsiones. La eliminación del ex barra de Newell 's, con marca ascendencia en la zona norte de Rosario, significó un quiebre en la disputa por territorios y franquicias para el narcomenudeo.

Por el crimen de Medrano fue detenido e imputado el policía Gabriel Godoy, sospechado de manejar un vehículo de donde partieron los disparos contra el ex barra. Este policía ya tiene una mancha: estuvo acusado en la oscura trama por la desaparición y muerte de Paula Perassi en 2011 en San Lorenzo, aunque fue absuelto durante el juicio. Su hermano, Daniel “Dany” Godoy fue capturado en marzo en Serodino sospechado de acciones violentas y lavar dinero proveniente del narcotráfico.

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El crimen de Medrano que desató la ola de violencia.

El crimen de Medrano que desató la ola de violencia.

Lo buscaban desde el 2020 porque fue nombrado en la imputación de su hermano. Dany tiene un recorrido en el Cordón Industrial y la zona norte de Rosario, y era un histórico enemigo de Medrano. No hay elementos para vincularlo al crimen pero quedó en prisión preventiva lavado simple de activos. Después del crimen de Medrano, hubo una secuencia irrefrenable de crímenes mafiosos en Granadero Baigorria.

En un doble homicidio, el 12 de septiembre de 2020 ejecutaron a balazos a Ezequiel Omar Arrua, de 32 años, y Osvaldo Ibarra, de 48. Los fusilaron en Florencio Varela al 1200, a metros del paredón del cementerio de Granadero Baigorria. El 14 de noviembre fue el turno de Santiago Ezequiel Arloro, 21 años. Lo mataron de tres disparos calibre 9 milímetros y dejaron el cuerpo sobre una colectora de la autopista a Santa Fe, entre Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria. La localidad pegada a Rosario cerró el año con 13 homicidios, una cifra escalofriante.

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Godoy, uno de los sospechado de ese homicidio y líder de la banda.

Godoy, uno de los sospechado de ese homicidio y líder de la banda.

El 1º de enero de este año, Alexandro Antonio Buljubasich, de 25 años, fue ultimado a balazos en calle 6 de Enero al 700, barrio San Fernando. La joven trans Natalia Maldonado, de 24 años, murió al quedar en medio de un tiroteo en Montevideo al 1300 el 10 de enero pasado. La pesquisa sobre ese hecho abrió puntas para llegar al sospechoso del ataque al abogado González Zevallos. El 28 de enero también asesinaron a Cristian Ezequiel Rodríguez, de 32 años, en Asunción y Bogotá. Los hechos ocurrieron en no más de 600 metros a la redonda.

La brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) hilvana estos hechos y “camina” a las principales bandas para esclarecer los casos. En ese contexto hay acciones que resultan esenciales para dar con los actores de la criminalidad organizada, como que se ejecute a tiempo un allanamiento o una orden de captura. Pero la que se impartió sobre Pablo Leonel “Finito” S., un sicario vinculado a la banda del “Dany” Godoy y sospechado de la tentativa de homicidio de González Zevallos, demoró un mes en ser ejecutada por las fuerzas de seguridad de Granadero Baigorria.

Ante esa extraña dilación, el jueves de la semana pasada a las 18 los uniformados de la AIC decidieron avanzar sobre las calles del barrio Nuestra Señora de la Paz, donde avistaron a “Finito”. Un paciente entrecruzamiento de escuchas e intervenciones telefónicas, seguimientos y datos de calle, llevó a los uniformados de civil hasta ese punto geográfico de Granadero Baigorria.

Allí, los policías observaron el movimiento sospechoso de una moto con dos hombres a bordo. Rápidamente identificaron que Finito iba como acompañante, y su medio hermano Gustavo Agustín F., sospechado de matar a la joven trans Natalia Madonado, como conductor. Los delincuentes advirtieron la presencia policial y emprendieron la fuga tras desoír la voz de alto, lo cual dio origen a una frenética persecución.

Acorralado, Finito decidió tirarse del rodado y seguir a pie. Cuando sintió cerca la respiración de uno de los policías, metió la mano en la cintura, sacó un arma, giró su cuerpo y le disparó al menos dos veces. El uniformado, que no resultó herido, respondió con dos detonaciones intimidatorias al suelo y se replegó para buscar apoyo en su compañero, que circulaba por detrás en un vehículo oficial. El sospechoso aprovechó y se metió en una casa de Montevideo al 1300, que ya había sido allanada en febrero pasado.

Los recibieron a los tiros

Hasta ese lugar llegó el móvil policial, pero un grupo de personas que estaba frente a la vivienda los recibió con una lluvia de balazos. Sin responder a la agresión y ante la gran cantidad de personas ajenas al hecho que circulaba por la calle a esa hora, los investigadores decidieron retroceder, tomaron distancia y solicitaban apoyo.

Ya con unidades del Comando Radioeléctrico (CRE) y otras dotaciones, se allanó el inmueble. Adentro estaba el conductor de la moto, pero Finito S. había logrado escabullirse por los techos. Por orden del fiscal Adrián Spelta se requisó el lugar, y se ordenó la detención de seis personas (uno menor de edad) que participaron del violentísimo incidente.

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Si bien no se halló la motocicleta que utilizaron los delincuentes, se encontró una campera color verde similar a la que utilizó el prófugo al momento de iniciarse el procedimiento, incautaron 4.580 pesos y dos teléfonos celulares.

Si bien no se halló la motocicleta que utilizaron los delincuentes, se encontró una campera color verde similar a la que utilizó el prófugo al momento de iniciarse el procedimiento, incautaron 4.580 pesos y dos teléfonos celulares.

Si bien no se halló la motocicleta que utilizaron los delincuentes, se encontró una campera color verde similar a la que utilizó el prófugo al momento de iniciarse el procedimiento, incautaron 4.580 pesos y dos teléfonos celulares.

Granadero Baigorria es un territorio caliente. No solo por los hechos violentos que se reiteran, sino porque desde ciertos sectores de las fuerzas de seguridad advierten con asombro la pasividad de las autoridades locales ante ese gravísimo panorama. “No se puede demorar un mes la concreción de una orden de allanamiento o captura cuando en una ciudad chica los sospechosos se mueven en 20 cuadras a la redonda y se conocen todos”, coincidieron distintas fuentes consultadas por Aire Digital.

Abogados baleados

El atentado a González Zevallos dejó perplejo al fuero penal rosarino, sobre todo a los profesionales vinculados a causas con actores de peso. No es el primer hecho de estas características, pero muy poco frecuente. Sin embargo, expresa la labilidad de históricos códigos. El experimentado abogado Alberto Tortajada fue baleado frente a Tribunales en septiembre de 2012 en un hecho que estuvo atravesado por la mafia de las licencias farmacéuticas.

El también catedrático Guillermo Peyrano fue atacado de un tiro en la nunca en pleno Paseo del Siglo (España y Córdoba) en mayo de 2015. Peyrano se salvó de milagro. Había litigado a favor de un familiar, víctima de una millonaria estafa por parte de un abogado que al final resultó condenado por intentar matarlo. Esa persona orquestó un fraude para quedarse con un campo y un departamento, todo valuado en unos 14 millones de dólares.

Un año después, el 28 de mayo de 2016 al mediodía, el reconocido abogado Jorge Bedouret fue baleado en un codo y en las piernas mientras se trasladaba en su camioneta por la ruta provincial 18 (continuación de Ovidio Lagos al sur) donde fue abordado por dos personas armadas. Lo emboscaron tras ser citado por supuestos clientes. Tras un par de semanas internado, se pudo reponer de las graves lesiones. La hipótesis del ataque nunca quedó clara. El se encargó de descartar represalias por haberse bajado de la defensa de un miembro de Los Monos.