A casi una semana de la frustrada huida de Esteban Lindor Alvarado, la investigación federal reveló detalles del intento de fuga del capo narco de la cárcel de Ezeiza. “La logística que habían armado estaba muy bien pensada”, aseguró Germán de los Santos, columnista de AIRE en Rosario, en diálogo con Luis Mino en el programa Ahora Vengo.
La idea era escapar del patio del penal en un helicóptero, que bajaría a rescatarlo a él y a otro recluso cuando estuvieran, cerca del mediodía, en el patio de la penitenciaría. Ambos estarían vestidos con la misma remera color naranja, para facilitarle al piloto la identificación.
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Según el plan de Alvarado, el helicóptero tardaría unos 20 segundos entre que descendía, se aproximaba al suelo y ellos trepaban por una red hasta los “patines” de la aeronave. Viajarían colgados. En menos de un minuto el helicóptero aterrizaría en un campo en General Rodríguez, donde lo esperarían a Alvarado miembros de su banda armados hasta los dientes, con vehículos para emprender la fuga definitiva, que no logró ser desentrañada en la investigación. Probablemente, el destino final era Paraguay.
Y en Paraguay también comenzó el plan. “Alvarado compró el helicóptero por 100 mil dólares en Paraguay. Vale 350 mil dólares, pero lo pagó menos. De ahí, lo llevaron a Gualeguaychú y lo alojaron en un hangar donde hay avionetas de fumigación. Después lo llevaban a Buenos Aires”, detalló Germán de los Santos.
La clave: un piloto arrepentido
El plan quedó neutralizado por los investigadores y por un operativo de detectives PFA. Sin embargo, un piloto de Alvarado también fue clave para lograr frustrar la fuga.
“El que cuenta todo esto, una semana antes, es el piloto. Ahora es testigo de identidad reservada y protegido. El piloto se quebró porque tenía toda la familia amenazada. A él no le pagaron. Tenía una deuda de 50 mil dólares. Con la compra del helicóptero compensó 20 mil y los otros 30 mil con la fuga”, explicó el periodista rosarino.
Como ya sabían que el plan se iba a poner en marcha el pasado viernes, los efectivos de la PFA dejaron que el helicóptero despegara de Gualeguaychú, y luego fuera a hacia la provincia de Buenos Aires. “Ahí cambian el piloto. Pasó a ser un piloto de la policía federal”, aseguró De los Santos.
Si se fugaban no los iban a poder agarrar
Los investigadores de Buenos Aires calcularon los tiempos de vuelo y si los detenidos lograban fugarse, estimaron que no los iban a poder agarrar. “Era materialmente imposible detenerlos. El fiscal me dijo que no los iban a encontrar más. No tenían forma de seguirlos. La única manera era en helicóptero y el más cercano estaba en Puerto Madero. Iba a ser un hecho sorpresivo y hasta que el helicóptero despegue, no los encuentran más”, sostuvo el periodista rosarino.
“Los investigadores plantean que esto es otra liga. Estos no son los tira-tiros que balean una casa. Todo el plan y la logística es de una organización muy sofisticada. No es lo rústico que vemos en las calles de Rosario”, concluyó.
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