El hecho ocurrió en la madrugada del martes en un taller ubicado en la intersección de Azcuénaga y Uruguay, en el barrio Villa Luján, al sur de la vecina ciudad.
Virginia, la dueña del lugar, relató al móvil de AIRE el desolador panorama con el que se encontró al llegar temprano, como cada día, para comenzar su jornada laboral.
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"Cuando abrí la puerta, vi todo revuelto, tirado por el piso. Me robaron las máquinas de trabajo, herramientas como tijeras y cortadoras de mano, y hasta cosas de la cocina. Incluso se llevaron el mate. Fue un desastre; se tomaron su tiempo y no dejaron nada", contó.
Entre lo sustraído figuran máquinas de costura familiares, herramientas esenciales y varios objetos de uso doméstico. Virginia explicó que algunas de las máquinas tienen un alto valor económico, lo que hace casi imposible reemplazarlas.
"Hay máquinas que no puedo volver a comprar; económicamente no tengo cómo hacerlo. Este taller es mi vida, mi trabajo, todo lo que construí en 20 años. Ver que te arrebatan el esfuerzo de toda una vida es desgarrador", lamentó.
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Delincuentes ingresaron durante la madrugada a un taller textil en barrio Villa Luján de Santo Tomé.
Virginia trabaja como costurera desde hace dos décadas, además de impartir clases de costura en otros lugares. Este oficio, heredado de su familia, es su único sustento y el de sus hijos. La pérdida de sus herramientas pone en jaque su capacidad para continuar trabajando.
"De esto vivo y mantengo a mi familia. Sin las máquinas, no puedo cumplir con los encargos ni sostener mi taller. Esto complica muchísimo mi vida porque no tengo otra fuente de ingresos", concluyó