El sargento que se defendió a los tiros estaba vestido de civil ya que era su día de franco. Cuando su hijo se subió al auto lo sorprendieron cinco delincuentes en un auto que lo cruzaron y el policía no dudó en comenzar a disparar.
El auto en el que circulaban el papá y su hijo recibió nueve balazos. El policía que tenía una pistola reglamentaria de 9 milímetros mató a uno de los ladrones.
Los efectivos que llegaron al lugar del robo secuestraron un arma 9 milímetros marca Browning que era del delincuente muerto y el resto de los ladrones están prófugos. El fiscal Martín Conde, del departamento judicial de Quilmes investiga el robo.
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