“La defensa del agresor le propuso a mi hija una remuneración por el daño causado, a vos te parece, que me vengan a plantear de esta manera la situación que está viviendo mi nieta, no lo voy a permitir”, sostuvo Mónica, la abuela de la niña que fue agredida por su padre penitenciario.
El hombre, identificado como Valentín Ibalo, empleado del Servicio Penitenciario, se encuentra en prisión preventiva desde el 19 de enero, imputado como autor de lesiones leves dolosas calificadas por el vínculo y amenazas. La víctima de las agresiones es una niña de 9 años, que debió ser hospitalizada a raíz de las lesiones y hoy ya se encuentra en buen estado de salud.
Mónica agregó que “obviamente que mi hija se negó” a la propuesta realizada por los abogados Romeo Díaz Duarte y Agustín Márquez, quienes representan a Ibalo y acordaron mantener la prisión preventiva. La mujer explicó que los fiscales del caso, Rosana Peresín y Manuel Cecchini, “tampoco están de acuerdo”.
En cuanto al ofrecimiento, la mujer dijo: “No sé la cifra ni me interesa” y añadió la propuesta fue realizada “para que el señorito no vaya a juicio y no pierda su trabajo, pero conmigo fue”.
Mónica relató otras situaciones de violencia previas: “Cuando mi hija estaba embarazada le pegó un puñete en la panza, la denuncia la firme yo porque ella era menor”.
Finalmente, sobre la situación que sufrió su nieta la relató como “una locura”: “Iba manejando con una mano y con la otra la sujetaba, tiene moretones por todos lados, el primer día no la podías tocar porque le dolía todo a la criatura”.
El caso del penitenciario violento
El violento suceso ocurrió el martes 17 de enero, entre las 15 y las 19. En ese entonces, el hoy imputado pasó a buscar a su hija por la casa de su mamá y ambos fueron a la playa de la Costanera Este. Allí, la niña lo invitó a su papá a jugar al agua y en ese contexto el hombre le hundió la cabeza en el agua; cuando la pequeña quiso hacer lo mismo con él, el imputado se enojó y salieron de la laguna. La niña agarró el teléfono y llamó a su mamá por lo que el hombre le dijo “ahora vas a ver” y le arrojó arena en el rostro.
Desde Fiscalía indicaron además que con posterioridad el penitenciario golpeó a la niña en el rostro y los brazos: “Entre los siete kilómetros que separan la playa de la casa, cada vez que se detenían en un semáforo la golpeaba”, relataron los fiscales en su imputación expuesta ante la jueza Carrara.
La niña llegó entre lágrimas a su casa y le contó a la mamá lo que había sucedido por lo que la mujer radicó la denuncia en la Comisaría Segunda y luego llevó a la pequeña al Hospital de Niños. Allí, la niña le relató lo ocurrido a la médica que la atendió, quien dejó todo registrado en la historia clínica.
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