El sábado en la noche, cerca de las 21 horas, una familia sufrió un robo en su hogar, ubicado en las calles Ituizangó y Alvear, en el barrio Candioti de la ciudad de Santa Fe. El robo se llevó a cabo después de que los ladrones sustrajeran de la camioneta familiar documentos importantes y la llave de la casa.
Una familia experimentó un robo en su domicilio después de que les sustrajeran documentos y llaves de su camioneta.
Los afectados estaban en un shopping comercial de la ciudad, habiendo estacionado su vehículo con el objetivo de cenar allí. Sin embargo, a los pocos minutos decidieron marcharse y regresar a su camioneta apenas diez minutos después. Fue entonces cuando descubrieron que su vehículo había sido vandalizado.
Dentro de la camioneta, se percataron del desorden y la falta de documentos personales, una billetera y las llaves de su casa.
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Inmediatamente, la familia contactó a la policía para informar del robo. Mientras aguardaban, decidieron dirigirse a su vivienda para evaluar la situación. Al llegar, observaron que las luces estaban encendidas, a pesar de haber dejado todo apagado al salir.
El equipo del Comando Radioeléctrico llegó justo cuando los delincuentes estaban huyendo a través de la cochera de la vivienda.
La patrulla, con la ayuda de vecinos alertados por la situación, inició una rápida persecución para capturar a los criminales, y lograron detener a los sujetos. Los perpetradores fueron identificados como tres hombres de 32 y 36 años, oriundos de la provincia de Córdoba.
Los ladrones habían preparado valijas llenas de objetos de valor, dinero, ropa y hasta juguetes, mochilas y útiles escolares pertenecientes a los niños de la familia afectada.
El padre de la familia, originario de Entre Ríos, expresó cuán impactados quedaron sus hijos tras la desafortunada experiencia. "Me pidieron irnos de Santa Fe", manifestó con tristeza.
La familia logró evitar y denunciar el robo gracias a una casualidad. La víctima subrayó que si hubieran decidido quedarse a cenar, no habrían logrado evitar el robo ni llegar a su casa a tiempo para interceptar a los malhechores.
"Si nos quedábamos a comer, no la contábamos”, concluyó.
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