La suerte jugó a favor de Pillín, porque el disparo entró y salió de su espalda sin afectar ningún órgano. Pero el ataque genera preocupación, por cómo se produjo y quiénes podrían estar detrás.
Embed - La escalofriante hipótesis detrás del ataque al jefe de la barra de Rosario Central
Las primeras lecturas que hacen en el entorno de la barra de Central es que con este ataque los ideólogos buscaron encender una guerra entre las dos hinchadas, un objetivo que no tendría que ver directamente con lo que irradia en torno al fútbol, sino por los intentos de la banda de Los Monos por generar conmoción contra el gobierno, por las medidas que se tomaron en las cárceles a partir de diciembre, entre otras cosas. Cerca de Bracamonte recargan las sospechas contra un sector de la banda de Los Monos, encabezado por Leandro Pollo Vinardi, que disputa el liderazgo de la barra de Newell’s.
rosario.jpg
Pillín Bracamonte, jefe de la barrabrava de Rosario Central, recibió un disparo por la espalda minutos después del clásico rosarino.
LEER MÁS ► Balearon al jefe de la barra de Rosario Central, minutos después del clásico rosarino
La violencia de las barrabravas en Rosario
Pillín no murió de casualidad el sábado. Después del partido, Bracamonte estaba en el parque Alem, cerca de un carrito de comidas, cuando apareció su novia en un auto con su hija de cuatro años. Ella salía de ver el clásico en el Gigante de Arroyito. Pillín se acercó hasta el auto para saludar a la mujer y a la niña, cuando desde el Parque Alem apareció un joven y disparó cuatro disparos contra el auto. Bracamonte estaba de espaldas y no logró ver quién gatillaba. Trató de cubrir a la nena, y recibió un disparo en la espalda, que entró y salió de su cuerpo. Dejó una herida con una profundidad de unos 3 centímetros. Una bala hirió a su pareja en una mano, pero la niña resultó ilesa.
Según cuentan desde el entorno de Pillín, la situación fue tan rápida e inesperada que el joven logró huir. Se escabulló en el parque, donde presumen que lo esperaba un cómplice en una moto. En pocos segundos desapareció. Los barras que estaban con Pillín salieron desenfrenados a perseguir al sicario, pero no pudieron dar con él. Todos estaban sorprendidos por el escenario del ataque. Que alguien se anime en territorio de la barra a ir a atacar tras el clásico al jefe histórico de la hinchada de Central. Gente cercana a Bracamonte interpretó la jugada como un ataque planeado con antelación y que buscaba encender una guerra. Si alguien pretendía atentar contra la vida de Pillín podría haber elegido otro momento y un lugar distinto, no tan arriesgado como en el que se produjo el ataque.
Bracamonte fue trasladado al hospital Centenario, donde lo atendieron junto a su pareja. Dos horas después quería salir de la guardia. La herida no era superficial, pero no había complicado ningún órgano. En el hospital Pillín se jactaba con su gente de confianza que ya había zafado de 29 intentos de homicidio. Estaba furioso, porque sabía que los disparos no tenían nada que ver con la barra canalla, que –según se jactan- “está ordenada”. Bracamonte conduce la hinchada de Rosario Central hace más de dos décadas y un atributo de su liderazgo, que valora tanto la dirigencia del club e incluso la política, es que su esquema de conducción siempre dio garantías de estabilidad con bajas dosis de violencia. Esas estrategias lograron que los negocios en torno al fútbol fueran más redituables.
LEER MÁS ► Rosario Central se quedó con el clásico rosarino tras vencer 1 a 0 a Newell's
Las conexiones entre las barras de Rosario Central y Newell´s
Si se confirman las sospechas de que un sector de la banda de Los Monos planeó el ataque contra el líder de la barra de Central ese escenario podría cambiar. Hasta ahora la violencia, un rasgo “natural” de Ariel “Guille” Cantero, sólo complicaba la vida interna de la barra de Newell’s, que durante las últimas semanas terminó con dos barrabravas presos, como Alejandro “Rengo” Ficcandenti y Luciano Gallardo, ambos terminales de Los Monos en la tribuna leprosa. El primero fue imputado y detenido por las amenazas contra la familia del jugador de la selección nacional Ángel Di María. El segundo fue aprehendido por atentar contra una integrante de la comisión directiva y extorsionar al presidente del club del parque Independencia Ignacio Astore. También fue imputado Vinardi, preso en el penal de Marcos Paz, y ladero de Cantero en la gerencia de la barra de Newell’s.
Como publicó AIRE, las tensiones internas en la hinchada leprosa tienen vínculo directo con las actividades mafiosas de la banda de Los Monos. A pesar de las idas y vueltas, Bracamonte siempre tuvo buena relación con Guille Cantero. Incluso, en algún momento se llegó a interpretar que eran aliados, algo que confirmaba que los colores de las camisetas no eran impedimento para realizar negocios oscuros.
Bracamonte está imputado en dos causas actualmente, una por supuesto lavado de dinero, que investiga el fiscal Miguel Moreno, que lo llevó a estar varios meses preso, y otra por extorsiones en el gremio de la UOCRA, que provocó su retorno a un calabozo por pocos días en noviembre del año pasado. Pillín está acusado de integrar una asociación ilícita con el dirigente Carlos Vergara que presionaba a los desarrolladores inmobiliarios para que contrataran un servicio de viandas que manejaba el sindicato.
Moreno había ordenado la detención de Bracamonte hace tres años en su mansión en el country Los Alamos por una causa de lavado de dinero que iba a pasar a la justicia federal y al final sigue en el MPA. A pesar de estar preso en dos oportunidades nunca perdió el liderazgo de la barra canalla.
Los problemas en la tribuna contraria, la de Newell’s, podrían haber encendido una puja que va más allá de lo futbolístico, analiza su gente de confianza.
guille cantero.jpg
A pesar de las idas y vueltas, Bracamonte siempre tuvo buena relación con Guille Cantero.
LEER MÁS ► Rosario: liberaron bajo fianza a "Pillín" Bracamonte, jefe de la barra de Central, en una causa por extorsiones
Más baleados en Rosario
El martes pasado se produjeron disparos contra una de las puertas del estadio leproso. Un día antes, el hijastro “Pollo” Vinardi fue baleado en Villa Gobernador Gálvez. Facundo R. recibió un disparo en el pecho y está internado en el hospital de Emergencias de Rosario.
El miércoles fue imputado Vinardi como instigador de extorsiones a la dirigencia de Newell’s. El presidente del club Ignacio Astore declaró que entregó sumas millonarias y miles de entradas, tras ser intimidado. Es la primera vez que el titular de la entidad revela los aprietes. En 2024, según Astore, el club le pagaba a la barra 1,5 millones de pesos por partido y le entregaba 1700 entradas. Vinardi mandaba a un ladero, actualmente preso, para el pago de este “servicio”.
Vinardi es recordado ser representado con el dibujo de un “pollo” en la bandera que desplegó la banda de Los Monos el 24 de junio del año pasado, durante el partido de despedida de Maximiliano Rodríguez en la cancha de Newell’s. En esa bandera –nunca logró ser incautada por la policía- había tres caricaturas, la de Vinardi, un “mono” con lentes, por Ariel Guille Cantero, líder de Los Monos, y un Toro por Carlos Escobar. Esa exhibición demostró el poder de la banda narco dentro de la barra, luego de los problemas internos que provocaron varios muertos.
Los últimos capítulos en torno a Los Monos demuestran que siguen con el control del brazo violento de la hinchada. El viernes de la semana pasada la Policía de Investigaciones (PDI) detuvo en la casa de la esposa de Vinardi al actual jefe de la barra leprosa Luciano Gallardo, alias Lucho, que está acusado de balear hace dos semanas la casa de una integrante de la comisión directiva del club.
“Hay una disputa importante en las últimas semanas en la barra de Newell’s. Alejandro Ficcadenti, por un lado, y por el otro, Luciano Gallardo, quien actualmente manda en el paraavalanchas”, aseguró el fiscal Franco Carbone. Este clima preocupa a las fuerzas de seguridad y al gobierno santafesino.
El funcionario judicial dispuso el allanamiento en la casa de Vinardi, tras investigar la balacera a la casa de una vocal que se produjo el viernes de la semana pasada, después de que quedara detenido otro jefe de la hinchada Alejandro “Rengo” Ficcadenti, quien está imputado de ser uno de los autores de las amenazas e intimidaciones contra el jugador del seleccionado argentino Ángel Di María. Una de las hipótesis es que Fideo sufrió fuertes amenazas para que desistiera de regresar a Rosario Central.
La semana pasada se conocieron declaraciones de Di María que marcan lo que envuelve hoy al fútbol en Rosario, donde la mafia se aprovecha de una pasión genuina con balas y terror. Fideo explicó que “hubo cosas graves” que lo hicieron desistir de su regreso a Rosario Central, como había prometido.
di maria cardoso.png
La semana pasada se conocieron declaraciones de Di María que marcan lo que envuelve hoy al fútbol en Rosario, donde la mafia se aprovecha de una pasión genuina con balas y terror.
LEER MÁS ► El fundador de Los Monos y el jefe de la barrabrava de Central, entre los presos trasladados a pabellones de máxima seguridad en Santa Fe
En una entrevista, el futbolista reveló que además de los disparos y mensajes amenazantes que recibió en su casa en el country Miraflores, en Funes, también ocurrió otra intimidación que nunca fue denunciada y causó estupor: le enviaron a la inmobiliaria de su hermana “una caja con la cabeza de un chancho” que tenía “una bala en la frente”, y una nota que decía –según detalló- que si volvía a jugar a Rosario Central “la próxima cabeza iba a ser la de mi hija”.
En esta trama hay dos hipótesis que se cruzan, o cumplen dos objetivos, según señalaron los investigadores, y que si se suma el ataque contra Pillín cobra más sentido. Por un lado, buscaron provocar conmoción social al amenazar a un jugador de la selección nacional, en reclamo por los mayores controles en las cárceles, que enfrentan los grupos narcos. Y por otro, hacer desistir a Di María de que vuelva a Rosario Central, como había prometido.
El contexto en el que se realizaron las amenazas contra Di María fue particular. Se concretaron días después de que Rosario sufriera una serie de ataques “narcoterroristas” que provocaron la muerte de cuatro trabajadores elegidos al azar. Esta situación inédita causó una conmoción tal, que la ciudad quedó durante varios días paralizada, sin servicio de transportes y con todos los comercios cerrados. Esta crisis desembocó en que el Ministerio de Seguridad de la Nación reforzara la presencia de fuerzas federales. Se comprobó que quienes planearon estos ataques fueron narcos presos en penales provinciales y federales. En el gobierno santafesino creen que Esteban Alvarado fue quien planeó todo.
Entre las hipótesis figura que las amenazas a Di María le iban a servir a “Rengo” Ficcadenti, uno de los detenidos, para ganar consenso en la tribuna leprosa para asumir el liderazgo absoluto de la barra, con el aval del presidente Ignacio Astore, que tuvo un comportamiento vidrioso cuando la banda de Los Monos exhibió una gigantesca bandera el 24 de junio del año pasado, durante la despedida de Maximiliano Rodríguez. Tras la detención de Ficcadenti asomó como nuevo líder Lucho Gallardo, que tributa al líder de Los Monos, como su rival, “Rengo” Ficcadenti, que fue imputado en 2022 por el crimen del exjefe de la barra Nelson “Chivo” Saravia, a quien ejecutaron en octubre de 2021 con una ametralladora en presencia de niños de 8 y 13 años. Luego, “Rengo” quedó en libertad por decisión de la jueza Gabriela Sansó.