Aunque parezca un cachivache más para tirar, una taza rota todavía puede tener una segunda vida. En vez de mandarla directo a la basura, podés transformarla en algo útil, decorativo y con onda. Es una buena forma de ahorrar, reciclar y además sumar un toque original a tu casa.
Una taza rota puede servir.
En muchas cocinas hay al menos una taza con el asa rota, rajada o que ya no se usa. Pero con un poco de creatividad, ese objeto que parecía inservible se puede convertir en un accesorio ideal para organizar, decorar o incluso ambientar espacios.
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Hacela vela: cómo transformar una taza rota en un porta velas casero
Una de las ideas más fáciles es convertirla en un porta velas artesanal. Solo necesitás un poco de cera (podés reciclar restos de otras velas), una mecha y algo para sostenerla. Derretís la cera, la volcás en la taza y la dejás enfriar. El resultado es cálido, original y queda genial en una mesa ratona o como detalle en el baño.
Organizador de escritorio: simple y con estilo
Otra forma de aprovechar una taza rota es usarla como organizador de escritorio o tocador. Si la taza no pierde líquido y la base está firme, podés poner dentro lápices, pinceles, brochas o tijeritas. Incluso podés decorarla con pintura, tela o lo que tengas a mano para personalizarla.
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Una solución fácil, rápida y que no cuesta nada
Con muy poco podés evitar tirar algo que todavía sirve. Reutilizar una taza rota no solo es práctico, también es una forma de sumar personalidad a tu casa sin gastar un peso. Y si te gusta regalar cosas hechas por vos, esta puede ser una excelente opción.
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