La historia de la Virgen del Pilar
La devoción a la Virgen del Pilar se remonta al año 40 d.C., cuando, según la tradición, la Virgen María se apareció al apóstol Santiago en Zaragoza, España, mientras él predicaba el evangelio. En su aparición, la Virgen dejó un pilar como símbolo de su presencia, sobre el cual se construyó el primer templo en su honor.
Este santuario se convirtió con el tiempo en la Basílica del Pilar, uno de los centros de peregrinación más importantes del catolicismo. La imagen de la Virgen se presenta sobre un pilar de jaspe y es venerada por miles de peregrinos que llegan cada año para ofrecerle flores y rendir homenaje a su patrona.
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Las celebraciones en Zaragoza y en el mundo
El Día de la Virgen del Pilar es una fiesta que trasciende las fronteras de Zaragoza. En la ciudad, la celebración comienza con la tradicional Ofrenda de Flores, en la que los fieles y diversas asociaciones culturales se visten con trajes típicos y entregan flores en honor a la Virgen. Este evento es uno de los más multitudinarios y emotivos de la jornada, atrayendo a turistas y devotos de diferentes partes de España y del mundo.
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La Virgen del Pilar es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen María.
Además, la Misa Pontifical se celebra en la Basílica, donde los fieles asisten para pedir protección y agradecer los favores concedidos. Esta celebración religiosa es transmitida en vivo por varios medios, permitiendo que la devoción llegue a quienes no pueden estar presentes físicamente en el templo.
Fuera de Zaragoza, la festividad también se conmemora en comunidades hispanohablantes de América Latina, donde la Virgen del Pilar fue adoptada como protectora en diversos países, especialmente en ciudades que llevan su nombre.