Tener conocimientos básicos de primeros auxilios resulta clave en situaciones de emergencia. Saber cómo actuar ante una hemorragia severa puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. A continuación, te explicamos cómo realizar un torniquete de manera adecuada, cuándo utilizarlo y qué cuidados tener en cuenta.
Qué es un torniquete
Un torniquete es un procedimiento utilizado para cortar el flujo sanguíneo hacia una extremidad afectada, evitando que la persona se desangre. Este método se aplica exclusivamente en brazos o piernas y solo en casos donde la hemorragia pone en peligro la vida.
Para realizarlo, necesitás una cinta, pañuelo, corbata o trozo de tela larga, y un objeto rígido como un palo, bolígrafo o destornillador. Aunque es eficaz, también conlleva riesgos si no se aplica correctamente, como la posibilidad de dañar los tejidos de la extremidad.
Pasos para realizar un torniquete correctamente
- Colocá el vendaje por encima de la herida: posicioná la tela unos centímetros por encima de la lesión. Este punto permite bloquear el flujo de sangre desde el corazón hacia la extremidad afectada. Procurá elegir una zona con suficiente tejido para ajustar el torniquete de manera firme.
- Hacé un nudo básico: atá la tela con un nudo simple. Asegurate de ajustar lo necesario para frenar el sangrado, pero sin apretar en exceso para evitar complicaciones graves como gangrena.
- Usá un palo o varilla para ejercer presión: colocá el objeto rígido sobre el nudo y giralo para aumentar la presión. Continuá torsionando hasta detener completamente el flujo sanguíneo. Una vez logrado, asegurá el palo para que no se suelte.
- Controlá el tiempo: anotá la hora en que aplicaste el torniquete, ya que debe permanecer el menor tiempo posible. Llevá a la persona al hospital de inmediato o esperá la llegada de los servicios médicos, informando la hora exacta de su colocación.
- Mantené la herida limpia y el cuerpo caliente: mientras llega la ayuda médica, limpiá la herida para prevenir infecciones y cubrí al afectado con una manta para evitar que se enfríe.
- Elevá la extremidad afectada: si es posible, levantá el brazo o pierna afectada para reducir la presión sanguínea en la zona de la herida.
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