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Ocio

Alimentación consciente: leches vegetales para disfrutar en tu día a día

A partir de frutos secos y semillas se pueden preparar en casa bebidas sabrosas y ricas en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales

Las leches vegetales pueden ser una agradable y saludable alternativa a la leche de origen animal. Pero, ¿no sabes cómo hacer tu leche vegetal? Las leches vegetales no son difíciles de hacer. Lo más importante sin duda es encontrar buenos ingredientes, naturales y no transgénicos.

A la hora de añadir endulzantes va a depender de vos, podes no ponerlos o sustituirlos por miel o stevia. Lo que creas conveniente.

Recuerdar también que es conveniente guardar las leches vegetales en una botella de vidrio en la heladera, y consumirlas a lo largo de dos días. Más allá de este tiempo ya no será adecuado, y habrá perdido sus nutrientes.

Leche vegetal de nueces

La leche de nueces se puede preparar en casa de forma sencilla y cuidando la dosis de azúcar. Se dejan remojar las nueces toda la noche, se enjuagan y se trituran en una licuadora con cuatro tazas de agua y un endulzante, puede ser miel o stevia. Aporta todos los beneficios de la nuez, entre ellos los ácidos grasos omega-3 que la caracterizan.

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Leche vegetal de avellanas

Los aceites monoinsaturados de la avellana ayudan a bajar el colesterol y su riqueza en ácido fólico y calcio hacen que la bebida resulte idónea para embarazadas.

¿Cómo se prepara? Se dejan las avellanas en remojo toda la noche (en la heladera si hace calor, para evitar que fermenten). Se lavan y se enjuagan, y se trituran en una licuadora con un litro de agua.

Una vez hecha, la leche se conserva tres días en la heladera.

Leche vegetal de calabaza

Esta leche vegetal se prepara con semillas de calabaza crudas y peladas. Se ponen previamente en remojo durante cuatro horas, se escurren y se lavan, y a continuación se trituran junto con seis tazas de agua, una cucharadita de canela y un endulzante al gusto.

Aporta zinc y magnesio, con lo que estimula el sistema inmunitario e inhibe el crecimiento del tejido prostático. Además, favorece el descanso por su contenido en triptófano.

Las semillas de calabaza son una gran fuente de ácidos grasos omega-6.