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Ciencia NASA | Astronomía | Estados Unidos

La Nasa quiere volver al espacio en abril del 2020: por qué no hubo más viajes y cómo sigue la exploración

La agencia espacial estadounidense, que vivió una época gloriosa durante la década del '60 cuando envió a los primeros humanos a la Luna, está lista para avanzar en la exploración del Universo. Lo primero será volver a poner en la órbita terrestre a sus astronautas. Después, los esperan la Luna y el planeta Marte. Aire Digital habló con un especialista en viajes espaciales que reveló todos los detalles de las próximas misiones y aclaró todos los mitos que persiguieron a la Nasa durante las últimas décadas.

Seis veces fuimos a la Luna y doce personas dejaron sus huellas sobre su superficie. En aquel entonces, la exploración espacial fue motorizada por la política. Ahora, la Nasa volverá a enviar humanos al espacio impulsada por desafíos más importantes: el desarrollo tecnológico y el rescate de minerales esenciales para los humanos. Aire Digital habló con Diego Córdova, historiador argentino y especialista en vuelos y tecnología espacial e hizo un recorrido por las hazañas de la civilización desde que el soviético Yuri Gagarin fue llevado al espacio en abril de 1961.

¿Fuimos al espacio? ¿Pisamos los humanos la Luna? ¿Por qué la Nasa no lanzó más naves tripuladas hacia la órbita terrestre? Córdova, que trabajó durante dos años en la construcción de la enciclopedia en español más completa de las misiones espaciales Apolo, titulada Huellas en la Luna, no dejó dudas sobre el dificultoso trabajo que realizaron los ingenieros del programa lunar surgido durante la Guerra Fría y del éxito de sus lanzamientos.

“La promesa de Kennedy fue doblemente cumplida”, dijo Córdova a Aire Digital. “No sólo fuimos a la Luna con el Apolo 11, sino que antes de que termine esa década, el hombre alunizó por segunda vez con la misión Apolo 12, con los caminantes Charles Conrad y Alan Bean”.

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El reconocido periodista e investigador, Diego Córdova, habló con Aire Digital y dio detalles de las próximas misiones de la Nasa al espacio.

El reconocido periodista e investigador, Diego Córdova, habló con Aire Digital y dio detalles de las próximas misiones de la Nasa al espacio.

Después, hubo otras misiones más hacia nuestro satélite natural. Le siguieron el Apolo 13, 14, 15, 16 y 17.

La década del ’70 fue inaugurada con la famosa misión Apolo 13, que por un accidente en su viaje de ida nunca alunizó. “Es la famosa misión que quedó plasmada con la frase ‘Houston, hemos tenido un problema’. La misión no llegó por un accidente que tuvieron en una explosión en uno de los tanques de oxígeno y pudieron tanto ellos como los controladores de misión improvisar una misión de rescate para traerlos de regreso. Obviamente el descenso lunar había quedado cancelado y la prioridad fue traer a los astronautas con vida de vuelta a la Tierra… y lo lograron”, contó el especialista, que construyó la historia del icónico programa lunar con datos de primera mano brindados por la Nasa.

“La promesa de Kennedy fue doblemente cumplida”, dijo Córdova a Aire Digital. “No sólo fuimos a la Luna con el Apolo 11, sino que antes de que termine esa década, el hombre alunizó por segunda vez con la misión Apolo 12, con los caminantes Charles Conrad y Alan Bean”.

Las misiones del Apolo exploraron seis regiones de la Luna. La última fue en diciembre de 1972 y quienes dejaron las últimas huellas en ese terreno de polvo suave fueron los astronautas Eugene Cernan y Harrison Schmitt.

“Tenemos el legado de haber ido seis veces a la Luna, a seis regiones completamente distantes y distintas entre sí a nivel geológico”, explicó Córdova. “Las misiones Apolo 15, Apolo 16 y Apolo 17 fueron las más interesantes porque incorporaron el famoso jeep lunar, el vehículo rodado con el que podían desplazarse a distancias mucho más largas y poder hacer excursiones mucho más largas”.

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Diego Córdova, durante una exposición en la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo, de la UBA.

Diego Córdova, durante una exposición en la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo, de la UBA.

La caminata lunar de Neil Armstrong y Buzz Aldrin duró apenas dos horas y media. Los últimos astronautas que pisaron la Luna realizaron tres excursiones de casi ocho horas cada una. “Cernan y Schmidtt prácticamente vivieron en la Luna por dos días. Fue la exploración lunar llevada al máximo exponente. Si sumamos la cantidad de kilos de roca que trajeron todas las misiones y procedentes de lugares geológicos muy distintos, nos dieron un panorama muy importante no sólo de la Luna, sino de la creación de todo el Sistema Solar. Nos dieron un aporte científico muy importante”, contó el investigador.

Una estrategia que cambió la historia

Los viajes a la Luna tuvieron un aporte científico muy importante. Nos dieron la clave del origen de la Tierra y la Luna. Sin embargo, el motor principal de la carrera espacial fue político ya que Estados Unidos necesitaba ganarle a la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Esto involucraba la toma de posiciones estratégicas, primero a nivel mundial y después por sobre el mundo. Es decir, primero en la órbita terrestre y luego alcanzando un punto estratégico en la Luna.

“Si Estados Unidos no hubiera llegado a la Luna, la Unión Soviética sí lo hubiera hecho”, reveló Córdova. “Si bien era un objetivo político, el presidente Kennedy tenía la pasión de que esto redituara en un avance tecnológico y científico, que es lo que fue al final”, explicó. La importancia que Estados Unidos le dio al Programa Apolo fue tanta que el gobierno desvió más del 6% del PBI de ese país.

“El Programa Apolo costó más de 30 mil millones de dólares en aquel entonces, que hoy serían más de 100 mil millones. Ese aporte de plata quedó enmarcado en una política que se llamaba ‘presupuesto sin límites’ para la Nasa. Obviamente hoy la Nasa no cuenta con un presupuesto así, ni siquiera con el 1% de ese dinero”, contó el especialista.

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Apolo 11 fue una misión espacial tripulada de Estados Unidos cuyo objetivo fue lograr que un ser humano caminara en la superficie de la Luna.

Apolo 11 fue una misión espacial tripulada de Estados Unidos cuyo objetivo fue lograr que un ser humano caminara en la superficie de la Luna.

¿Por qué no fuimos más a la Luna? El objetivo político en ese momento se logró cuando Armstrong y Aldrin alunizaron con el Apolo 11. Sin embargo, hubo seis exitosas misiones más. Finalmente, las misiones Apolo 18, 19 y 20 quedaron canceladas tras un fuerte recorte presupuestario por parte del Senado.

Sólo es posible si se abaratan los costos

Un cohete que viajaba al espacio, sus módulos y la nave quedaban completamente deshechos una vez acabada una misión. Los módulos lunares de las misiones Apolo quedaron en la Luna. Los cohetes deshechos y las cápsulas que trajeron a los astronautas de regreso a la Tierra fueron a parar a museos. Había que buscar otra manera de hacerlo.

“La idea del transbordador espacial surgió prácticamente durante el programa Apolo. De un cohete como el Saturno V, que tenía una altura de 111 metros, no se recuperaba absolutamente nada. Entonces surgió la idea de recurrir a naves reutilizables que pudieran volar más de una vez al espacio. El primer paso era armar una Estación Espacial como la que tenemos hoy. Pero había que construirla por partes que serían llevadas por cohetes que no recuperaban”, explicó. El transbordador espacial llevaría en su bodega los módulos para irla ensamblando. La década del ‘80 es la década del surgimiento de las famosas máquinas Columbia, Challenger, Discovery, Atlantis y Endeavour.

¿Por qué no fuimos más a la Luna? El objetivo político en ese momento se logró cuando Armstrong y Aldrin alunizaron con el Apolo 11. Sin embargo, hubo seis exitosas misiones más. Finalmente, las misiones Apolo 18, 19 y 20 quedaron canceladas tras un fuerte recorte presupuestario por parte del Senado.

“A mi modesto entender fueron un paso en falso, porque el programa de la Estación Espacial en ese entonces no existía. Se había logrado un vehículo reutilizable pero de ninguna manera podía bajar los costos. El transbordador resultó ser una máquina muy compleja. Esa complejidad nos llevó a lamentar dos accidentes graves que incluyó vidas de astronautas. Primero la tragedia del Challenger en 1986 y después la tragedia del Columbia en el 2003. Además, el programa de la Estación Espacial que querían hacer era demasiado costoso y llegamos a tener un transbordador sin nada que transbordar. No tenía a dónde ir”, explicó el experto.

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Mientras millones de personas contemplaban el cielo azul de Texas el 01 de febrero de 2003, aguardando el regreso del transbordador espacial Columbia. Pero ocurrió lo inimaginable: la nave estadounidense se desintegró al entrar en la atmósfera, sólo 16 minutos antes del momento programado para el aterrizaje. Los siete miembros de la tripulación murieron.

Mientras millones de personas contemplaban el cielo azul de Texas el 01 de febrero de 2003, aguardando el regreso del transbordador espacial Columbia. Pero ocurrió lo inimaginable: la nave estadounidense se desintegró al entrar en la atmósfera, sólo 16 minutos antes del momento programado para el aterrizaje. Los siete miembros de la tripulación murieron.

La Estación Espacial Internacional comenzó a crearse en el año 1998 con la colaboración de Rusia. El laboratorio espacial tiene módulos estadounidenses, rusos y europeos, que participan como socios minoritarios.

Fue desde 1998 en adelante cuando el transbordador espacial empezó a ejecutar el papel que debería haber iniciado en la década del ’80. Llevar las piezas de la Estación Espacial. De ahí prácticamente todas las misiones fueron dedicadas exclusivamente a su construcción, que prácticamente terminó en el 2011. Ese año se produjeron los últimos vuelos del transbordador espacial y fueron sacados del servicio activo. “Se supone que iba a ser reemplazado por un vehículo operativo que también hubiera servido para viajar a la Luna en un proyecto que después fue abandonado, el Proyecto Constellation”, contó el entrevistado.

El presente de las misiones

Desde hace más de 50 años y con mejoras, Rusia ha estado enviando hacia la Estación Espacial Internacional la única nave tripulada hasta hoy llamada Soyuz. Desde ahí, Estados Unidos releva a sus astronautas alquilando asientos que tienen un costo de 85 millones de dólares por cada uno. “Obviamente a la Nasa le convenía desarrollar un vehículo para poder llevarlos”, y se logró gracias a la colaboración de las empresas privadas SpaceX y Boeing.

“SpaceX lo ha hecho con un éxito increíble. El cohete Falcon 9, que es un cohete insignia, ha sido reutilizado hasta 3 o 4 veces. Lanzan un paquete de varios satélites y después el cohete se recupera y aterriza verticalmente como si fuera una película de ciencia ficción. Justamente el cohete es lo más caro de una nave espacial. Y recuperar eso en condiciones que se vuelva a poder utilizar es un logro impresionante a nivel financiero”, explicó Córdova.

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El Falcon 9 es un cohete parcialmente reutilizable de dos etapas diseñado y fabricado por SpaceX.

El Falcon 9 es un cohete parcialmente reutilizable de dos etapas diseñado y fabricado por SpaceX.

El 19 de enero del 2020, la Nasa avanzó con una prueba crucial para volver a enviar por sus propios medios astronautas hacia el espacio. “Fue la prueba más interesante de estos últimos dos años”. La agencia espacial estadounidense junto a SpaceX probaron el sistema de rescate y de escape por si el cohete que lleva a los astronautas hacia la Estación Espacial explota.

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“Si el cohete durante el lanzamiento explota, lo más importante es que la nave con los astronautas se separe del cohete y sea puesta lejos de la explosión para luego poder rescatar sanos y salvos a los viajeros”, explicó el historiador. El cohete había sido utilizado tres veces previamente para misiones de satélites. El Centro de Control lo hizo estallar el 19 de enero durante el lanzamiento de prueba, cuando andaba a unos 20 kilómetros de altura. El cohete explotó y esa descarga hizo encender los motores auxiliares de la nave espacial. Esta nave encendió sus motores, se alejó del cohete siniestrado y logró llegar a los 40 kilómetros de altura y hasta unos 30 kilómetros de distancia de la explosión. Finalmente, aterrizó en una sola pieza con paracaídas sobre el océano Atlántico.

Sobre la simulación, el especialista dijo que la prueba “certificó, al igual que las últimas que se hicieron, que esta es una nave ya apta para volar”. Y si todo va bien “en abril ya estaría haciendo una prueba con dos astronautas”, reveló.

Si todo va bien “en abril ya estaría haciendo una prueba con dos astronautas”, reveló el especialista.

“Va a estar unos días en la Estación Espacial y si sale bien, a mitad de año tendremos el primer vuelo operativo con la nave Dragon, de SpaceX”, adelantó.

El próximo viaje a la Luna

El 8 de enero, el administrador adjunto de la Nasa, Jim Morhard, asistió al despliegue del núcleo del cohete SLS (Sistema de Lanzamiento Espacial) que la agencia espacial construyó para la próxima misión a la Luna y que se halla en el centro de ensamblaje de Michoud. La misión se llama Artemisa y busca volver a colocar humanos en nuestro satélite natural en el 2024.

“El SLS es un cohete grandísimo. No llega a tener el tamaño del Saturno V (del programa Apolo) pero anda muy cerca”, contó Córdova a Aire Digital.

Artemisa “es el programa que la nasa está llevando adelante para poner hombres en la Luna dentro de un plazo ambicioso, dentro de 4 años según Donald Trump. Las primeras pruebas indican que sí. Para esto se necesita mucho dinero. Hace poco el Senado estadounidense anunció que iban a hacer un primer desembolso de 1.600 millones de dólares, parece mucho dinero, pero para un programa que se desarrolla de cero es poca plata. Van a tener que enviar más dinero para poder seguir llevándolo adelante”, explicó el especialista en viajes espaciales.

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La primera etapa del cohete SLS salió de la fábrica en Nueva Orleans.

La primera etapa del cohete SLS salió de la fábrica en Nueva Orleans.

La vuelta al espacio, a ese Universo profundo de misterios que contiene la verdad de la existencia humana es una realidad. Pero no será una tarea fácil de continuar. La exploración espacial requerirá de todos, de aportes privados y estatales, del apoyo que la civilización le dé a la exploración y su correcta difusión.

¿Cómo será el futuro? Córdova, que en un principio se mostró incrédulo pero que ya no tiene dudas “ante la evidencia”, sabe que el espacio “amerita ser investigado” y que sólo será posible con la colaboración de las empresas de tecnología y vuelos espaciales.

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Elon Musk, el magnate físico, emprendedor e inventor cofundador de PayPal, Tesla Motors, SpaceX, Hyperloop, SolarCity, The Boring Company, Neuralink y OpenAI.

Elon Musk, el magnate físico, emprendedor e inventor cofundador de PayPal, Tesla Motors, SpaceX, Hyperloop, SolarCity, The Boring Company, Neuralink y OpenAI.

“Creo que a la posta de las misiones futuras las tienen las empresas privadas. Elon Musk nos sorprendió todos los días con algo nuevo en estos últimos dos años. Yo fui uno de los primeros incrédulos y ahora tengo que creer ante la evidencia. Es casi un hecho que los astronautas de Estados Unidos van a volver a la órbita terrestre de la mano de las agencias privadas SpaceX y la Boeing”, dijo.

¿Cómo será el futuro? Córdova, que en un principio se mostró incrédulo pero que ya no tiene dudas “ante la evidencia”, sabe que el espacio “amerita ser investigado” y que sólo será posible con la colaboración de las empresas de tecnología y vuelos espaciales.

“De alguna manera en esta década se va a lograr llegar a la Luna”, lanzó convencido. “La necesidad ahora no es tanto política como hace 50 años pero sí científica y tecnológica. Hay pruebas de que en la Luna hay minerales muy escasos en la Tierra como el Helio 3 y es digno de investigar el polo sur lunar donde hay cantidades significativas de agua, no como la conocemos sino en estado sólido y bajo la superficie”, detalló el investigador.

La Luna y Marte son los próximos pasos. “Creo que la única manera de llegar a Marte es de la mano de la colaboración entre agencias espaciales. Tendría que ser un proyecto mancomunado. Es la única manera”, analizó.

Todavía hay un montón de cosas por resolver pero lo más importante es no dejar de avanzar.