Transición energética, áreas naturales protegidas, economía circular y educación ambiental. La agenda de los cuatro años de gestión de Erika Gonnet, la ministra de Ambiente y Cambio Climático que está a punto de pasarle a Enrique Estévez, estuvo marcada por esos temas.
Fue un escenario general atravesado por la pandemia, la bajante extraordinaria del río Paraná, los incendios y la sequía, que le costó varios puntos de PBI a toda la Argentina.
“Nos encontramos con dificultades muy grandes que para nosotros terminaron siendo, de alguna manera, una oportunidad: los incendios, la bajante histórica del Paraná y la sequía, todo tuvo un impacto muy grande en la Provincia y de alguna forma eso nos ayudó a poder hacer más visible que la crisis climática existe e impacta acá” dijo la funcionaria saliente en una extensa charla exclusiva con AIRE en las oficinas que ese ministerio tiene en la sede rosarina de la Gobernación.
—¿Qué balance hace de estos cuatro años de gestión al frente del área ambiental de Santa Fe?
—De alguna forma la sequía y todo lo que pasó nos ayudó a que se valorara más la Ley de Acción Climática, que le pone un marco normativo a lo que hicimos, así como a poder hablar más de las áreas protegidas o poner en funcionamiento el Parque Nacional Islas de Santa Fe, algo que me decían que era imposible de hacer. Nos decían que no se podía hacer un inventario de humedales, que nadie se iba a sentar a hablar de eso, que íbamos a tener la embestida de algunos sectores, pero ahí está el documento que es un precedente que ayudará a que esto siga creciendo. Los temas ambientales trascienden las gestiones y lo que se pueda aportar sirve de base. Me llena de orgullo que el ministerio con su gente haya podido llevar adelante, junto a otros actores, el proceso del inventario y dejarlo hecho.
—¿Cuáles han sido las mayores dificultades durante estos años?
—Ambiente es un ministerio chico, con poco presupuesto. Cuando arrancamos, en el Cofema (una instancia nacional donde se reúnen los responsables de las áreas ambientales de las provincias) solo en nuestra provincia y en Jujuy existía como ministerio, hoy ya hay más: se sumaron Buenos Aires, Chaco, Misiones, Entre Ríos logró salir del ámbito de Producción. Creo que desde las provincias se empezaron a visibilizar de otra manera las cuestiones ambientales.
—El momento nacional es delicado respecto a la agenda ambiental…
—Nos toca un momento de negacionismo y no tendremos más ministerio a nivel nacional, pero creo que para la Provincia sigue siendo una gran oportunidad. El ministerio debe seguir creciendo en estructura, incorporar más recursos humanos, nosotros lo pudimos aumentar con profesionales, pero no hay suficientes. Es un ministerio muy técnico, es gestión, pero eso debe estar acompañado siempre de profesionales en el tema.
—¿Alguna deuda pendiente?
—Me quedó pendiente que se tratara el área integral de manejo del Jaaukanigás en la Legislatura, como logramos que se tratara la Ley de Acción Climática o la ampliación del PN Islas de Santa Fe, que ahora está en el Congreso. El Jaaukanigás es una cuenta pendiente de nuestra Provincia, no tengo dudas que se va a tratar, así como declarar reserva una parte de los Bajos, eso también quedó inconcluso.
—Se avanzó de forma importante en financiamiento a través del acuerdo con la Agencia Francesa.
—Creo que trabajamos muy bien sobre la posibilidad de financiamiento que apareció con la Agencia Francesa del Desarrollo, eso es un hito para la Provincia y es uno de los financiamientos más grandes del país para la acción climática. Para proteger nuestras áreas protegidas se necesita financiamiento, de esto se habla a nivel global. Con financiamiento se pueden generar centros de innovación y fortalecer otros como es el caso de La Esmeralda. Es una espalda muy grande, es una gran noticia.
—¿Piensa que el grueso de la dirigencia política entiende lo importante que es la agenda socioambiental?
—Fue difícil, es un desafío avanzar en algunos temas. Tuve respaldo del gobernador siempre, esas cosas me ayudaron en la gestión, me sentí respalda impulsar los Parques Nacionales y también durante la crisis de los incendios. Hubo temas de la gestión donde Ambiente empezó a estar en la discusión, como pasó en la mesa sobre los Bajos o en la de la Hidrovía. Son temas cruciales donde nos incorporaron como cartera ambiental, eso fue un paso. Parecía que el ambiente era plantar un árbol y pudimos avanzar en otro sentido, en temas clave de agenda.
—Mencionó varias veces que falta fortalecer al Ministerio. ¿De qué manera?
—Queda pendiente fortalecer la estructura del ministerio en el sur de la provincia, que es donde más industrias hay concentradas y precisamos una impronta fuerte. Hoy estamos atravesados por cuestiones judiciales y demandas sociales y la estructura estatal todavía no está acorde a esas demandas. Lo ambiental se ha judicializado mucho. Al ministerio se le pide mucha información, cuestiones técnicas, y hay que poder responder a eso. Hay que poder unificar información.
—¿Cómo se expresó esto durante este tiempo?
—En el sur de la provincia el Ludueña ha sido un tema, que apareció de forma espasmódica pero constante. Elaboramos un mapa, lo mismo hicimos con el cordón, ese tipo de cosas tienen que estar, pero la realidad es que no estaban. Yo entiendo el enojo de la gente, pero faltaban muchas cosas. Precisamos documentos base, relevamientos, eso hoy queda hecho y debe seguir alimentándose. Hay un piso. También hemos hecho denuncias penales, y eso antes no sucedía en este ministerio. Las empresas tienen que entender que respetar el ambiente agrega valor a su producto. Falta un montón, pero había cosas básicas sin construir.
—Muchas veces pareciera que Santa Fe fuera una provincia de producción, pero no una provincia de naturaleza. ¿Coincide con eso?
—Sí. Creo que después de la pandemia, cuando no pudimos ir a otras provincias, los santafesinos descubrimos nuestra propia provincia. Tenemos cosas inigualables, podemos competir con cualquier lugar. Tenemos 800 kilómetros de costa del Paraná, el centro norte tiene lugares impactantes, hay un enorme nicho que es el turismo de naturaleza con reconversión de sectores tradicionales, como pasó con los pescadores del Parque Nacional. Tenemos una gran oportunidad, hay que fortalecer y dar a conocer las áreas naturales protegidas, creo que se viene eso para Santa Fe, dejar de pensar que solo tenemos producción.
—Además, hay un mundo pidiendo alimentos producidos de forma sustentable…
—Se vienen grandes discusiones en el sur global, y en ese escenario vale preguntarse cuánto valen nuestros productos: se habla de huella de carbono y ya estamos trabajando en exportar cuero y carne libre de deforestación. El mundo exige trazabilidad y Santa Fe tiene una ventaja gigante en eso, en biodiversidad, hay que unir todo eso para que tenga más valor y entender que producción y ambiente deben ser socios estratégicos.
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