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Jorgelina Hiba |

Fenómeno de La Niña: luego de tres años de sequía, las condiciones empiezan a entrar en neutralidad

Los modelos meteorológicos vaticinan una fase neutra a partir del otoño. Advierten que todavía es muy pronto para adelantar que a fin de año llegaría un Niño.

Argentina, Uruguay y el sur de Brasil concentran hoy el área geográfica con mayores indicadores de sequía en todo el mundo, según el mapa del estado de vegetación que publica de manera diaria la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Las consecuencias de tres años seguidos de sequía y precipitaciones por debajo de los promedios se agravaron todavía más en los dos últimos meses, con lluvias extremadamente deficientes en la región, detalla en un informe la consultora brasileña MeteoSul.

Por su parte, desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) puntualizaron que, tras la ocurrencia por tercer año consecutivo del fenómeno de La Niña -algo que solo pasó dos veces desde que hay registros- Argentina registró el 8° año más seco de toda su historia, con valores de precipitación de hasta 500 y 600 milímetros por debajo del promedio para los 12 meses en sectores del Litoral y la región Pampeana. A la variabilidad natural del clima se le suma la acción humana, expresada a través del calentamiento del planeta: “Si hay algo que el cambio climático promete con mayor certeza, es que los eventos meteorológicos extremos como las sequías extremas, las olas de calor y las temporadas de incendios tendrán una mayor frecuencia”, dice el informe semanal de la secretaría de Agricultura de la Nación.

De Niñas y Niños

Sequía en el norte.
Esta sequía extrema se debe a la presencia del fenómeno de La Niña, todavía vigente pero en retirada, según los expertos.

Esta sequía extrema se debe a la presencia del fenómeno de La Niña, todavía vigente pero en retirada, según los expertos.

Esta sequía extrema se debe a la presencia del fenómeno de La Niña, todavía vigente pero en retirada, según los expertos. El último informe de la consultora FyO destaca que, a partir del mes de febrero, las probabilidades de ingresar en condiciones climáticas más neutrales se ubican por encima del 60%. “A partir del próximo trimestre dejaríamos atrás 3 campañas consecutivas bajo las condiciones secas del fenómeno de La Niña”.

Cindy Fernández, comunicadora meteorológica del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) explicó que si bien es cierto que los pronósticos indican que a finales del verano o comienzos del otoño la Niña terminaría de debilitarse para pasar a fase neutral, es muy prematura y hasta irresponsable asegurar que a finales de año entraríamos en un Niño. “Eso queda demasiado lejos aún, por ahora podemos decir que estaríamos transitando hacia condiciones neutrales”.

“Los pronósticos son concluyentes desde hace varios meses y marcan que en marzo o abril estaríamos pasando a una fase neutral durante la cual deberíamos encontrarnos con lluvias más normales” agregó la especialista. Esto, sin embargo, tiene una salvedad, ya que a partir de abril comienza la temporada seca en la región central del país.

“A partir del otoño las lluvias normales de la región disminuyen mucho porque otoño e invierno son las estaciones más secas del año. por eso aún es difícil decir que se acaba la sequía, porque si la Niña se termina un poco más tarde es posible que se demore en recuperar la humedad del suelo al empalmar con la temporada de pocas precipitaciones”, detalló.

Números negros

Diciembre de 2022 dejó 10 millones más de hectáreas agropecuarias en condición de sequía en el centro de Argentina, para llegar a 175 millones de hectáreas bajo riesgo de estiaje en todo el país. Según el SMN fue el quinto diciembre más cálido desde 1961 y entre los días 4 y 12 se registró una intensa y extensa ola de calor que dejó récords de temperatura mientras continuó el déficit de lluvias y la intensificación de la sequía en gran parte del centro, norte y noreste de la Argentina.

Desde la Bolsa de Comercio de Rosario trazaron un escenario demoledor: el trigo, la soja de primera, la soja de segunda, el maíz de primera y ahora también el maíz tardío, cayeron como víctimas de la sequía a medida que avanzaba el ciclo 2022/2023. “Ninguna estrategia agrícola fue suficiente porque faltó un año y medio de lluvias desde inicios de 2020 hasta el final de 2022 para llegar a un promedio normal” dice un reporte de la Bolsa rosarina.

Los números de las (no) precipitaciones son feroces: en la región central, donde el promedio de precipitaciones anuales es de entre 900 y 1.050 milímetros, en 2020 llovió apenas entre el 65 y el 70% de la media; en 2021 entre el 60 y el 70% y en 2022 solamente entre el 50 y el 55%. De los aproximadamente 3.150 milímetros que deberían haber caído en la zona de Rosario en los últimos tres años apenas cayeron 2.048 milímetros según MeteoSul, el 65% del total esperado.

Primeras lluvias de 2023

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Desde la Guía Estratégica del Agro de la BCR explicaron que Argentina sigue transitando la sequía más importante de los últimos 60 años.

Desde la Guía Estratégica del Agro de la BCR explicaron que Argentina sigue transitando la sequía más importante de los últimos 60 años.

Desde la Guía Estratégica del Agro de la BCR explicaron que Argentina sigue transitando la sequía más importante de los últimos 60 años, pero que en la última semana la región central recibió lluvias mayores a los volúmenes esperados. “Desde el 19 de enero la circulación norte aportó una importante carga de humedad que pudo capitalizarse en lluvias y tormentas”.

Santa Fe, la provincia más necesitada de agua, solo superó los 45 milímetros en dos sectores: hacia el este y sur de Rosario (con 60 milímetros y en el centro de Santa Fe (El trébol con 47 mm y 48 mm Reconquista). “Solo el 5% del territorio podría sostener el crecimiento de los cultivos sin nuevas lluvias hasta la primera quincena de febrero” subraya el trabajo, que agrega que el 42% de la provincia recibió lluvias inferiores a los 15 milímetros.

Antes de las lluvias, el 18 de enero se observaba que la categoría extrema de sequía (la menor reserva de agua en los suelos comparando con los últimos 30 años de estadística) cubría por entero a Santa Fe, la provincia más afectada.