El presidente Xi Jinping se consolidó este domingo como el líder de China más poderoso en décadas al ser reelecto otro vez secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) rodeado de dirigentes leales que apoyan su visión de fuerte control social y económico.
En medio de crecientes tensiones con Estados Unidos y de grandes desafíos económicos, el nombramiento de Xi, en el poder desde 2012, rompe con una tradición según la cual sus predecesores dejaban el cargo a los 10 años.
Se espera que el líder de 69 años sea designado ahora presidente de China por tercera vez -algo también sin precedentes- durante la reunión de la Asamblea Nacional Popular -el Parlamento chino- en marzo próximo.
En teoría, el mandatario más poderoso de China desde Mao Tse Tung, que ya había sido reelecto líder del partido en 2017, podría presidir toda su vida la República Popular de China.
Asimismo, Xi fue designado nuevamente presidente de la Comisión Central Militar de China, es decir comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el restante de los tres máximos cargos que existen en el país.
El partido también eligió un Comité Permanente, la elite política china, de siete miembros, todos leales a Xi, incluyendo al mandatario y al reemplazante del primer ministro Li Keqiang, defensor de las reformas promercado y de la empresa privada.
Xi y otros miembros del Comité Permanente, que no incluye mujeres, aparecieron hoy por primera vez juntos ante los periodistas en el Gran Salón del Pueblo, sede de la Asamblea Nacional Popular, en el centro de Beijing.
"Quiero agradecer sinceramente a todo el partido por la confianza que ha depositado en nosotros", dijo Xi a los periodistas tras el anuncio del resultado de la votación en el Congreso del Partido Comunista, que se realizó a puertas cerradas.
El mandatario expresó su compromiso de "trabajar con diligencia en el cumplimiento de nuestros deberes y probar la valía de la gran confianza en nuestro partido y nuestro pueblo".
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