El 28 de febrero del 2013 a las 20 horas en Roma, sucedía un hecho sin precedentes en la historia moderna de la Iglesia Católica. El entonces Papa Benedicto XVI anunciaba que dejaba de ejercer su función de Sumo Pontífice, convirtiéndose en el primer Papa Emérito desde la Edad Media.
Todo era preocupación entre los fieles católicos. Algunos sentían desaliento ante la noticia que hacía parecer que la Iglesia Católica tambaleaba, mientras que otros lo tomaban como una "buna señal" de cambios que fortalecerían al Vaticano.
El nombre del entonces cardenal Jorge Bergoglio sonaba entre los posibles elegidos para liderar a los católicos, aunque es probable que la mayoría de los argentinos desconfiaran de que sería el elegido. Nunca en la historia había habido un Papa latinoamericano.
Fueron 115 los cardenales que le dijeron sí a Bergoglio, que el 13 de marzo de ese año, a las 19 horas en Roma, fue proclamado como el sucesor de Benedicto XVI. "Annuntio Vobis Gaudium Magnum Habemus Papam" (Les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos Papa!), dijo esa noche en el balcón de la plaza San Pedro el cardenal francés Jean Louis Tauran.
Tras las palabras del cardenal Tauran, sonaron las campanas de todas las iglesias católicas en el planeta. En el Vaticano, todo eran gritos y llantos.
A pocos minutos de ser anunciado como Papa Francisco, Bergoglio se asomó al balcón de la plaza San Pedro en donde lo aclamaban miles de personas. Había banderas argentinas flameando. La ovación duró dos minutos en los que Bergoglio miraba en silencio con una sonrisa calma.
"Ustedes saben que el deber del cónclave es darle un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales se han ido a buscarlo casi al fin del mundo. Pero ¡aquí estamos!", empezó diciendo el argentino.
En el mundo, millones de católicos -y en muchos casos no católicos- estaban atentos al mensaje de Francisco que quedó en la memoria de todos esa noche: "Por favor, recen por mí".
"Parece que mis hermanos cardenales se han ido a buscarlo casi al fin del mundo. Pero ¡aquí estamos!", dijo el Papa.
“Antes de que yo los bendiga, les pido un favor, quiero que me den su bendición. Quiero que las personas bendigan al obispo de Roma”, dijo el Papa. Tras hacer esta petición, la multitud y él guardaron silencio por unos momentos para hacer una oración.
“Mañana iré rezarle a la Virgen María. Buenas noches y que descansen”, terminó diciendo el argentino.
Si lo que buscaban en la Iglesia Católica era un líder que supiera comunicar el Evangelio en los tiempos modernos, lo encontraron. Desde que asumió, Francisco demostró que venía a colaborar con la iglesia de estos tiempos, para acercar el mensaje de las Sagradas Escrituras (la Biblia) a los jóvenes y a quienes por los errores pasados del catolicismo o las fallas en la transmisión del mensaje religioso, se alejaron de esta Fe.
La primera señal del Papa fue que decidió no utilizar los zapatos rojos (que honor a los mártires de la Iglesia) que usan todos los pontífices y prefirió seguir llevando puestos los suyos negros. Además, es un Papa que desde un principio mostró que no le gustan las reverencias.
Francisco no sólo llegó para a acercar la Iglesia a la gente, sino a hacer reformas históricas. En abril del mismo año que asumió, creó un grupo de ocho cardenales (que luego fueron nueve), para estudiar la reforma de la Curia. Además, ordenó crear una comisión para la reforma del Instituto para las Obras de Religión.
El 5 de julio del 2013, publicó su primera encíclica " Lumen fidei" (Luz de la fe), que aunque fue escrita en buena parte por Benedicto XVI, él completó. Este mismo mes, aprobó mediante "motu proprio" (documento pontificio), una reforma en el código penal que amplía la definición de delitos contra menores. También creó una comisión para reformar la estructura económica y administrativa de la Santa Sede.
El primer contacto más emocionante que tuvo el Papa con los fieles católicos llegó ese mismo año, durante la Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Río de Janeiro. Su elección estaba fresca, la gente seguía emocionada como el primer día.
Las imágenes de esos días que Francisco pasó en Brasil quedaron en la historia. En la playa de Copacabana, logó unir a más de dos millones de personas de 190 países distintos en una oración nocturna, con el Santísimo Sacramento (la hostia, el Cuerpo de Cristo) expuesto en un altar, en donde se hizo una adoración.
Durante sus primeros años como Papa, Francisco se ocupó de realizar diferentes cambios que la Iglesia de Roma necesitaba. Publicó la exhortación apostólica "Evangelii gaudium" sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual. Instituyó la comisión de Protección de Menores para prevenir los casos de pederastia en la Iglesia y creó, mediante "motu proprio", la Secretaría de Economía para gestionar las actividades económicas y administrativas de la Santa Sede.
También creó una comisión para resolver rápidamente recursos de sacerdotes condenados por casos graves, como la pederastia, y el dicasterio de la Familia, sustituto del Consejo Pontificio para los Laicos y del Consejo Pontificio para la Familia.
Sin dudas, otro de los momentos más recordados de Francisco al frente de la Iglesia de Roma fue la canonización (santificación) de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Fue la primera vez en la historia reciente que dos papas fueron santificados a la vez.
Francisco beatificó unos meses después al Papa Pablo VI.
En el 2016, proclamó Santa a la Madre Teresa de Calcuta, cuando se celebraba el "Jubileo de los voluntarios de la Misericordia".
En el 2017 visitó Fátima con motivo del centenario de las apariciones marianas y canonizó a los niños beatos Francisco y Jacinta.
En el 2014, Francisco fue anfitrión en el encuentro de oración por la paz en Oriente Medio en los jardines del Vaticano, con el entonces presidente de Israel, Simón Peres, y el palestino Mahmud Abas. También, visitó dos días Turquí y se reunió con el Gran Rabino, Isak Haleva, y con el patriarca ortodoxo Bartolomé I.
Además, el Papa argentino intervino personalmente en el histórico acercamiento entre las autoridades cubanas y de Estados Unidos.
En el 2016, mientras viajaba a México, hizo una escala en Cuba, en donde se produjo el histórico encuentro con el Patriarca ortodoxo Kiril de Moscú, el primero entre los jefes de ambas iglesias desde el Cisma de 1054.
En el 2017, emprendió un viaje a Colombia hasta el 11 de septiembre para apoyar los acuerdos de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Francisco es el primer Papa que viajó a Birmania, en medio de la persecución de la minoría musulmana rohinyá.
En el 2019, Francisco firmó en los Emiratos Árabes Unidos el histórico Documento sobre la Fraternidad Humana con el Gran Imán de al Azhar. En Marruecos reiteró la importancia del diálogo interreligioso. En Bulgaria, Macedonia del Norte y Rumanía habló de la unidad de los cristianos. Ese año, el Papa celebró sus 50 años de sacerdocio.
En el 2021 se convirtió en el primer obispo de Roma en visitar Irak, una tierra que obligó a exiliar a los católicos tras la feroz persecución del Estado Islámico.
Uno de los temas que más controversia genera en la Iglesia Católica es la concepción de la homosexualidad. El discurso del Vaticano siempre fue contundente respecto a este tema: Dios creó al hombre y a la mujer para que se unan y haya descendencia. Así lo explican las Sagradas Escrituras (la Biblia). Históricamente, la Iglesia "condenó" a todas las personas que fueran en contra de este "mandamiento". Sin embargo, el Papa Francisco desde que asumió trata de explicar, con distintas frases que llenan las tapas de los diarios del mundo, que el Dios en el que creen los católicos no condena, sino que es "misericordioso".
"Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?", dijo Francisco en el 2013.
En su primer viaje a Brasil en el 2013, Francisco dijo ante la prensa: "Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?". De esta manera, quiso aclarar que la Iglesia no puede condenar a una persona por una orientación homosexual pero desde el Vaticano aclararon que lo que rechaza la Iglesia es la práctica homosexual, contraria al mandamiento natural de la Iglesia, ya que va en contra de la procreación, que es considerada una bendición en las Sagradas Escrituras (la Biblia).
La Oficina de Prensa del Vaticano desmintió en reiteradas ocasiones que la postura del catolicismo respecto a las relaciones homosexuales haya cambiado. En el 2019, el director "ad interim" de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, afirmó: "Con respecto a lo que ha sido escrito por algunos organismos de prensa, puedo desmentir de la manera más absoluta que el Santo Padre pronunciará en estos días un "discurso histórico" sobre el tema de la homosexualidad".
Además, luego de difundirse unas supuesta declaraciones del Papa en un documental romano en el 2020, la Secretaría de Estado del Vaticano volvió a enviar un comunicado a los nuncios y obispos de la Iglesia para aclarar que los dichos de Francisco sobre la homosexualidad que aparecen en el documental "Francesco", que se estrenó en el Festival de Cine de Roma fueron editados y sacados de contexto, provocando "confusión".
"Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Lo que tenemos que hacer es crear una ley de uniones civiles. Así están cubiertos legalmente. Yo apoyé eso”, afirma aparentemente el Papa en el documental.
De cualquier forma, el mensaje de Francisco en la iglesia moderna es claro: él no vino a juzgar a nadie por su elección sexual y todos son bienvenidos a la Iglesia de Roma. Este último mensaje se extendió también para las parejas divorciadas y vueltas a casar, otra postura del Papa que genera de qué hablar.
"La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie", dijo Francisco respecto a la situación espiritual de las personas que volvieron a contraer un vínculo matrimonial. Bergoglio se refirió en reiteradas ocasiones a ellos y dijo que "no están excomulgadas, como algunos piensan", sino que "forman parte siempre de la Iglesia".
Como consecuencia de la cuarentena obligatoria que empezó a regir en la mayoría de los países del mundo desde marzo del 2020 por la pandemia de coronavirus, las iglesias debieron cerrar y no hubo más misas presenciales. Tampoco confesiones. Ante este escenario, mientras en Italia morían miles de personas al día y era el país más golpeado por el virus, el Papa Francisco convocó a una oración mundial.
El viernes 28 de marzo, el pontífice realizó una histórica homilía en la plaza de San Pedro, que por primera vez lució completamente vacía, e impartió una extraordinaria bendición "Urbi et Orbi", como indulgencia al mundo entero.
Al Papa se lo vio reflexivo, agobiado y físicamente cansado. Las imágenes de la desolación en el Vaticano, con apenas personal esencial asomados en la Plaza San Pedro mojándose por la lluvia, quedaron en la historia para siempre.
Francisco además le rezó ese día al Cristo de la Gran Peste.
"Voy a morir en Roma, a la Argentina no vuelvo más". Esta frase resume lo que el Papa argentino quiere para su futuro: quedarse en Roma. Los dichos fueron reproducidos en una reciente entrevista del pontífice con el periodista Nelson Castro. Sin embargo, Francisco no descarta la posibilidad de visitar el país "cuando se de la oportunidad".
El Papa aclaró cuando regresaba de Irak a principios de marzo del 2021 que pasó 76 años en Argentina y que su prioridad ahora no es visitar el país. Incluso, dijo que el viaje estaba pensando para el 2017 pero que debió cancelarlo.
Los únicos países que le quedan por recorrer en Sudamérica son Argentina y Uruguay. "Cuando se dé la oportunidad se deberá hacer. Argentina, Uruguay y el Sur de Brasil, ya que hay una similitud cultural", planteó Francisco.
Además, Jorge Bergoglio reveló un dato que llamó la atención. En la entrevista con Castro sostuvo que terminará su vida en Roma, sí, pero no aclaró si lo hará al frente de la Iglesia o como su antecesor, Benedicto XVI.
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