Comenzó la audiencia por un posible acuerdo entre Luciana Salazar y Martín Redrado. La disputa judicial es por la cuota alimentaria de Matilda.
El contrato firmaron Salazar y Redrado en 2017
La disputa judicial entre Luciana Salazar y Martín Redrado volvió a quedar en el centro de la escena este lunes, con una nueva audiencia clave que podría abrir la puerta a una resolución definitiva del conflicto.
El vínculo entre la modelo Luciana Salazar y el economista Martín Redrado trascendió lo sentimental para convertirse en un intrincado laberinto legal. En el centro de esta disputa se encuentra un contrato firmado en 2017, un documento atípico que establece las obligaciones económicas del ex Presidente del Banco Central respecto a Matilda, la hija de la modelo.
LEER MÁS► Yanina Latorre habló de la salida de Sandra Borghi y aseguró que la despidieron
A continuación, desglosamos las cláusulas y los puntos clave de este acuerdo que hoy es la base de una millonaria demanda judicial.
A pesar de que Martín Redrado no es el padre biológico de Matilda, el contrato de 2017 lo posiciona legalmente bajo la figura de "padre afín". En este documento, el economista asumió voluntariamente el compromiso de financiar el crecimiento y la educación de la menor hasta su mayoría de edad.
El acuerdo detalla cifras y conceptos específicos que Redrado debía cubrir mensualmente:
Uno de los aspectos más polémicos del artículo es la limitación impuesta a la vida privada de Salazar. El contrato estipula que los beneficios económicos cesarían si la modelo decidiera convivir con otra pareja. Esta cláusula ha sido señalada por diversos analistas como una forma de control sobre la libertad personal de Salazar a cambio del sustento económico.
Para asegurar que los fondos llegaran a destino independientemente de la voluntad o la presencia de Redrado, se incluyeron dos mecanismos:
LEER MÁS► Quién es Mercedes Cristiani, la ex esposa de Christian Petersen y madre de sus tres hijos
Desde 2022, el conflicto escaló debido al cese de los pagos por parte de Redrado. Luciana Salazar logró que la justicia dictara un embargo sobre las cuentas del economista, argumentando que el contrato de 2017 es un título ejecutivo válido.
"No es una pelea por despecho, es una pelea por los derechos de una menor que fueron firmados y garantizados frente a escribano público", ha declarado Salazar en reiteradas ocasiones.
Por su parte, la defensa de Redrado intenta demostrar que la relación ha mutado y que las obligaciones contraídas en aquel entonces no tienen el peso de una cuota alimentaria tradicional, dado que no existe el vínculo de consanguinidad.
A diferencia de encuentros anteriores, el economista se presentó personalmente y dejó entrever un cambio de postura que alimenta las expectativas de un acuerdo.
El eje de la discusión gira en torno a un acuerdo firmado ante un escribano que, según Salazar, establece compromisos económicos asumidos por Redrado, entre ellos una compensación por montos adeudados y una cuota para Matilda hasta su mayoría de edad.
La modelo solicitó que ese documento sea homologado por la Justicia, mientras que la defensa del economista se opuso en instancias previas, argumentando que debía analizarse el contexto en el que fue firmado.
En esta segunda audiencia, tras un primer intento fallido en noviembre, Redrado sorprendió al presentarse de buen ánimo y con un discurso más conciliador. “Es bueno llegar a soluciones”, respondió ante la prensa al ingresar, y prometió dar definiciones al finalizar el encuentro, que comenzó a las 10.
Según trascendió, el monto en discusión sigue siendo una incógnita y, si bien nunca fue confirmado oficialmente, se habló en distintas oportunidades de cifras que irían desde un millón y medio hasta tres millones y medio de dólares.
De todos modos, fuentes cercanas al caso no descartan que, en caso de avanzar en una negociación, se pacte una suma menor como parte de un entendimiento que permita cerrar el conflicto.
Desde el entorno de Salazar señalaron que ella llega a esta instancia con expectativas más moderadas, mientras que el cambio de actitud de Redrado abre una posibilidad concreta de arreglo, aunque no necesariamente en los términos originales.
En declaraciones previas, Redrado había sostenido que no se considera padre de Matilda y que su ayuda económica estuvo vinculada a la relación de pareja con Salazar, una versión que ella rechaza y que contradice, según se supo en Desayuno Americano.
