Según el testimonio de Prandi, los abusos comenzaron después del nacimiento de su segundo hijo, aunque la violencia verbal ya se manifestaba durante el embarazo. Relató que Contardi abusaba de ella incluso mientras dormía, sometiéndola a agresiones físicas y preguntas ofensivas. Estos actos traumáticos se sumaban a un patrón de violencia sostenida en el tiempo.
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Control, aislamiento y amenazas
El exmarido ejercía un control exhaustivo sobre Prandi, manipulándola para aislarla de su entorno. Le cortó el acceso a comunicaciones, como el modem y el celular, e incluso contrataba personas para vigilar sus movimientos. Además, usaba amenazas constantes, que incluían advertencias de daños a su salud y la de sus seres queridos. En lo económico, la obligó a firmar poderes para manejar sus ingresos, generando un vaciamiento financiero.
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Daño emocional y búsqueda de justicia
La comunicadora definió la experiencia como “el infierno en la tierra”, y expresó el profundo impacto emocional que sufrió: sentimientos de desesperanza y deseos de muerte. Su libertad recuperada en 2019 marcó un punto de inflexión, dando inicio a su lucha por justicia. Desde entonces, Prandi denunció formalmente y participó en el juicio que avanza en la justicia de Campana.
El proceso judicial y su estado actual
En agosto de 2025 comenzó el juicio oral contra Claudio Contardi, en el que se evalúan los cargos de abuso sexual agravado, violencia física, psicológica y patrimonial. Aunque se rechazó la prisión preventiva para el acusado, se le impuso una restricción de acercamiento hacia Prandi. El proceso continúa con testimonios y análisis para definir la sentencia.
Este caso es un claro ejemplo de la complejidad de la violencia de género y las dificultades que enfrentan las víctimas para denunciar y obtener justicia. Julieta Prandi, con su testimonio, pone luz sobre una realidad que afecta a muchas mujeres y la importancia de visibilizar estos delitos.
