El proyecto, que nació cuando a los 16 años se rompió sus propias canilleras y no podía comprar unas nuevas, hoy transforma tapitas plásticas en protección para futbolistas. Y, además, convierte cada venta en una donación para clubes de barrio de toda la Argentina.
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Canilleras recicladas: de Rosario al mundo y a los pies de Messi
“Ya haber llegado a dárselas era una locura, pero ver su reacción fue inolvidable”, contó Tomás en diálogo con AIRE. Messi no solo las recibió: se las mostró a Rodrigo De Paul, las miró detenidamente y valoró el gesto. “La emoción de Leo nos dejó sin palabras”, resumió.
De un balde roto a una empresa sustentable
Fenikks nació en Rosario, pero ya trabaja con 18 clubes profesionales en Argentina y varios más en Chile, Ecuador, Paraguay y Estados Unidos. El modelo de negocio combina impacto ambiental y social: cada club profesional puede vender canilleras oficiales personalizadas, y a su vez generar ingresos y donaciones.
El proceso de producción es local, artesanal y ecológico. Las tapitas se recolectan en puntos de reciclaje instalados en clubes de barrio. Los diseños son únicos y se adaptan a las necesidades reales de los futbolistas, como en el caso de Messi, que usa un modelo más grande y flexible.
El impacto de Fenikks en los clubes de barrio
El objetivo de Tomás y su equipo es claro: que ningún chico se quede sin jugar por no tener canilleras. “Nosotros también salimos del potrero”, dice con orgullo. Hoy el equipo de Fenikks ya suma diez personas que trabajan a diario para expandir este modelo a todo el continente.
El proyecto también despertó el interés de otras figuras del fútbol. El Kun Agüero les compró canilleras para todo su equipo en la Kings League. Con esa compra, se fabricaron nuevos pares para donar en barrios populares.