Quedarnos afuera del próximo Mundial de básquetbol después de 42 años, es una verdadera catástrofe para nuestro querido deporte. Deportivamente se podrán hacer innumerables análisis, pero dichos análisis serán individuales para cada uno de nuestros asociados en sus respectivos espacios de difusión.
Como institución, APREBA, debe ponerse por encima de las polémicas deportivas y centrarse en las discusiones y análisis de la vida institucional de la actividad.
Desde hace varios años, el básquetbol tiene una conducción que fue trabajando intensamente para concentrar el poder. Y lo logró. Hasta consiguió modificar los estatutos y dinamitar la independencia que tenía la (AdC) Asociación de Clubes y minimizó el poder de las Asociaciones locales y de las propias Federaciones. La actual conducción del básquetbol argentino, encabezada e ideada por Fabián Borro, logró finalmente concentrar en la
Confederación Argentina de Básquetbol (institución que él preside y anteriormente la Asociación de Clubes) el poder absoluto.
Incluso debemos agregar que, con la anuencia o inacción de sus respectivas autoridades, logró reducir al máximo la presencia e importancia en el contexto institucional de la Asociación de Jugadores, Técnicos y Árbitros.
El actual presidente de la CAB Confederación Argentina de Basquetbol logró lo que quería, concentrar en su figura el poder absoluto del básquetbol argentino. Pues bien, ante la catástrofe consumada, es imposible negar la responsabilidad suprema de quién ostenta el poder absoluto desde hace 7 años aproximadamente. Y junto con él, la responsabilidad de cada uno de los dirigentes que por acción u omisión acompañaron cada una de las políticas que llevaron a esta concentración de poder inédito en la historia moderna de nuestro básquetbol.
Pasados varios días de la eliminación, no se ha escuchado ni leído una sola palabra de autocrítica de la dirigencia. Y eso es más preocupante aún. Quizás están pensando que han desarrollado durante años políticas exitosas que solo tuvieron un traspié deportivo. Bueno, si ese es el pensamiento debemos decirles que están nuevamente equivocados. El traspié deportivo es una consecuencia más de políticas equivocadas, destructivas y negacionistas de la historia de nuestro deporte.
Llegamos a tener la Liga Nacional más importante del continente detrás de la NBA. Fuimos durante años un ejemplo a seguir por parte de los países americanos. Se construyó una pirámide de desarrollo deportivo y social envidiable con Clubes, Asociaciones y Federaciones que fueron nuestro semillero histórico con cientos de miles de jugadores participando a lo largo y a lo ancho de nuestro país. Y desarrollamos un sistema institucional con agrupaciones de jugadores, técnicos y árbitros que fue un ejemplo de equilibrio e interacción de los distintos sectores de las competencias. A todo esto se agregaba una red de medios que brindaban difusión y visibilidad a una actividad que claramente estaba posicionada como la segunda actividad deportiva de nuestro país.
Solo a partir de una profunda autocrítica se podrán diagnosticar los problemas actuales y desarrollar políticas que nos permitan volver a senderos de normalidad y crecimiento.
Es un momento de Re Fundación y APREBA está dispuesta a ofrecer todo su apoyo a nuevos espacios de debate, en pos de una reconstrucción del deporte que amamos y seguimos de toda la vida por pasión y compromiso.
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