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Deportes Club Atlético Colón |

Del Colón campeón a las plegarias para seguir en Primera 

La cronología del derrumbe del Sabalero. De sentirse campeón, a los momentos que llevaron a Colón a casi descender. 

La salida de Eduardo Domínguez en diciembre de 2021 no solamente marcó el fin de la era más gloriosa para la historia de Colón, sino que su renuncia como entrenador tras la derrota frente a River en la final del Trofeo de Campeones desencadenó casi la tragedia deportiva.

Domínguez era casi todo. Su proyecto era un proyecto de verdad. Donde se trabajaba desde las inferiores hasta la Primera. Su mirada iba más allá que de un mero entrenador de fútbol. No dejaba al azar ningún detalle.

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La salida de Eduardo Domínguez en diciembre de 2021 no solamente marcó el fin de la era más gloriosa para la historia de Colón.

La salida de Eduardo Domínguez en diciembre de 2021 no solamente marcó el fin de la era más gloriosa para la historia de Colón.

Dentro de las posibilidades que tenía el club, le exigía a los dirigentes todo lo mejor que se le podía dar. Desde el estado de las canchas del predio hasta la alimentación de un jugador de inferiores.

El adiós de Eduardo Domínguez de manera intempestiva y abrupta fue un golpe de realidad para todos en Colón. Y así empezaron a aflorar las malas decisiones. Ningún entrenador terminó su contrato: todos fueron echados por los resultados deportivos.

En el comienzo de 2022, el primero fue Julio Falcioni, que ante la negativa de varios entrenadores, fue el único que quiso venir. Luego de la eliminación de la Copa Libertadores en octavos de final, lo rajaron a mitad de año.

Después, la elección de Sergio Rondina no duró ni un suspiro, en 7 fechas le pidieron que se vaya. De todos modos, dejó una frase que apuntó a los dirigentes: “Acá no te dejan trabajar tranquilo, Colón salió campeón en pandemia porque los dirigentes son todos de riesgo y así Eduardo Domínguez pudo trabajar tranquilo”.

Fue el único que habló de cómo fue la convivencia con José Vignatti. Luego, por una cuestión de urgencia, porque el Huevo se había ido en pleno campeonato, hicieron venir a Marcelo Saralegui que no tenía ni cuerpo técnico armado. Llamó como pudo a un profe y a su amigo Samanta Rodríguez Peña y viajaron a Santa Fe.

De seis partidos ganó la mitad. Tranquilizó a los dirigentes que como no pudieron traer al Ruso Zielinski, la opción más económica fue la del uruguayo que fue ratificado para comenzar el 2023 como entrenador: duró 4 partidos. Perdió los 3 primeros y empató el clásico ante Unión. Lo echaron.

Israel Damonte
Con cuatro partidos, Israel Damonte tiene la posibilidad de quedarse en Primera o irse a la B.

Con cuatro partidos, Israel Damonte tiene la posibilidad de quedarse en Primera o irse a la B.

La gran apuesta fue el desembarco de Pipo Gorosito. El entrenador empezó su ciclo metiéndose a la gente en el bolsillo con la famosa “soy negro y me gusta el porrón”, una frase para la tribuna Sabalera por su parecido con la idiosincrasia roja y negra, que fue quedando en el camino.

Algunos resultados importantes, la mayoría empates y derrotas claves, hicieron que se vaya antes de tiempo. Ahora, Israel Damonte con cuatro partidos, tiene la posibilidad de quedarse en Primera o irse a la B.

Aunque lo peor fue la desintegración del plantel campeón. Los dirigentes no pudieron retener ni siquiera dos jugadores de los que vieron la gloria en San Juan. El único que renovó su contrato fue Christian Bernardi, el resto todos se fueron. Y con poca relación con el presidente.

Lértora libre a México, Castro libre a Tigre, Mura a Racing, Escobar libre a España, Burián rescindió y se fue a Vélez, Aliendro hizo lo mismo y se fue a River, El Pulga Rodríguez se fue a Central Córdoba, Ferreyra volvió a River, Piovi a Racing, la mayoría sin dejar un solo peso al club. Además, la mayoría sin dejar un negocio económico a la institución.

El recambio fue pésimo. Los dirigentes estuvieron un año y medio “reforzando” el plantel con jugadores “googleables”. Futbolistas que no eran titulares en sus clubes de origen.

Hasta que la necesidad de salir del fondo hizo que en junio de este año se arme un plantel competitivo al que tampoco le alcanzó, porque jugar para no descender no es para cualquiera.

Cómo verán, la situación en la que hoy está Colón no es una casualidad. Es una causalidad producto de los errores de los que tomaron decisiones durante dos años.