Un mapa publicado en la web de la NASA muestra las zonas del planeta en donde más sequía hubo en los últimos años: gran parte de Argentina tuvo en el 2022 y el 2023 el mínimo almacenamiento de agua dulce.
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Este mapa muestra los años en los que el almacenamiento de agua terrestre alcanzó un mínimo de 22 años (es decir, la tierra estaba más seca) en cada ubicación, según los datos de los satélites GRACE y GRACE/FO. Una porción significativamente grande de la superficie terrestre global alcanzó este mínimo en los nueve años desde 2015, que son los nueve años más cálidos en el registro de temperaturas moderno.
Imagen del Observatorio de la Tierra de la NASA/Wanmei Liang con datos cortesía de Mary Michael O'Neill
Los científicos publicaron un informe en el sitio Surveys in Geophysics, en donde sugieren que los continentes de la Tierra entraron en una fase persistentemente más seca.
Lo más impresionante son los números: entre 2015 y 2023, las mediciones satelitales mostraron que la cantidad promedio de agua dulce almacenada en la tierra (que incluye lagos y ríos, además del agua almacenada en acuíferos subterráneos) fue de 1.200 kilómetros cúbicos.
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“Es casi la mitad del agua que usamos todos los seres humanos en un año. Para explicarlo de una manera más visual, si pudiéramos llenar un cubo de agua con 1.200 kilómetros cúbicos, mediría aproximadamente 10 kilómetros y medio de largo. Es una cantidad de agua increíble”, le explicó a AIRE el geólogo español e investigador de desastres naturales y otros eventos, Nahúm Méndez Chazarra.
¿Cuál es la consecuencia de la baja de agua dulce en el mundo?
Según un informe de la ONU sobre el estrés hídrico publicado en 2024, la reducción del agua disponible en el mundo ejerce presión sobre los agricultores y las comunidades, lo que puede provocar hambrunas, pobreza y un mayor riesgo de enfermedades cuando las personas recurren a fuentes de agua conta minadas. “Hoy en día somos muy dependientes del agua dulce porque la necesitamos para beber, para ducharnos, para regar en la agricultura, para la industria, etcétera. El agua dulce es la única que podemos utilizar para consumir”, advirtió Méndez Chazarra.
Esta abrupta disminución global de agua dulce fue detectada gracias a las observaciones de los satélites GRACE (Gravity Recovery and Climate Experiment), operados por el Centro Aeroespacial Alemán, el Centro Alemán de Investigación de Geociencias y la NASA.
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El agua dulce es la única apta para el consumo humano.
“Los investigadores han encontrado que probablemente el calentamiento global va a suponer un estrés añadido a la reserva mundial de agua dulce. Aunque llueva más equilibrado a lo largo del año, con el calentamiento global hay una mayor evapotranspiración, porque el agua se evapora con mayor facilidad cuando hay aumento de la temperatura”, explicó el geólogo.
Y agregó: “Pero también ocurre que, cuando aumenta la temperatura en general en nuestras latitudes, las precipitaciones en vez de caer como antes en periodos más extendidos en el tiempo, empiezan a ocurrir de una manera más brusca, en períodos cortos y muy intensos. Y esto no sirve para almacenar agua en los acuíferos, porque se almacena una pequeña parte y la gran mayoría pasa por los ríos y acaba yéndose al mar. En cambio, cuando el agua cae en períodos más prolongados, tiene tiempo para infiltrarse y almacenarse en los acuíferos”.
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Los períodos de sequía también suponen un problema. “Cuando los acuíferos se van vaciando, si pasa mucho tiempo entre que se vaciaron y vuelven a entrar agua, los poros de la roca o los sedimentos donde se almacena el agua se cierran y en el futuro ya no pueden almacenar la misma cantidad de agua”, señaló Méndez Chazarra.
¿Por qué se está perdiendo el agua dulce del planeta?
Según explicó en AIRE Méndez Chazarra, son dos las vertientes que están causando la pérdida de agua dulce en el mundo.
“Nuestra intervención es fundamental. Hay sobreexplotación del agua dulce. Hoy consumimos mucha más agua, no solo por el aumento de la población, sino porque tenemos una agricultura y una industria mucho más intensiva. En nuestras manos está la gestión del agua”, comentó.
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El agua dulce se usa para regar en la agricultura.
Y siguió: “Lo otro es el calentamiento global, las extremas lluvias en períodos cortos de tiempo. Al calentamiento global podemos pararlo, pero se tardaría años o décadas. Lo que sí podemos gestionar mejor son los recursos hídricos, el agua, para que vivamos mejor y que no tengamos restricciones en el futuro”.
Según el experto, “hay que tomar medidas a futuro que nos permitan ir un paso adelante y no atrás, porque el agua es fundamental para la sociedad”.
La NASA monitorea con atención el tema para ver si el agua dulce mundial se recuperará hasta alcanzar los valores anteriores a 2015, se mantendrá estable o reanudará su descenso.