Si miramos la carta natal de Gilda, o Miriam Alejandra Bianchi, veremos que nació el 11 de octubre de 1961 en Buenos Aires bajo el signo de Libra, un signo de aire que representa la armonía, la belleza y la diplomacia. Libra está regida por Venus, y esta energía femenina parece haber trazado un antes y un después en su vida y en la de la música tropical.
Nadie puede negar que la llegada de Gilda a los escenarios permitió abrirle el camino a muchas otras mujeres en ese género musical, que en aquel momento solo dominaban Lía Crucet y Gladys “la bomba tucumana”. Su energía venusina marcó el camino profesional de esta cantante-santa como muchos la llaman.
“Ámame suavecito”, “Corazón valiente”, “Corazón herido”, “Tu cárcel”, “Fuiste”, “No me arrepiento de este amor” y tantos otros éxitos dejan a la vista su extrema facilidad para la poesía, para poner en palabra los sentimientos más humanos, en especial el amor.
Y todo este mundo de canciones es una fiel expresión de su poderosa energía libriana, exaltada en su carta por la conjunción entre Mercurio (el planeta de las palabras, la mente y los vínculos), la luna (el refugio interno) y Neptuno (la sensibilidad).
Este aspecto astrológico era ideal para sus primeros pasos como maestra jardinera, donde probablemente podía conectarse con los niños desde un espacio de fantasía e imaginación. Pero le sirvió mucho más para volcar todas sus emociones en un papel y ponerles voz, una voz cálida, angelada y dulce, muy propia de Libra.
Nacía así la estrella de la música tropical, que tendría la ayuda de su Venus haciendo aspectos favorables con Júpiter y Saturno. Venus exaltando su costado femenino y sensual gracias a la potencia del primero, y dándole forma a la seducción a través del arte por influencia del segundo.
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Libra representa también los vínculos, la necesidad de un OTRO, del complemento para ser la mejor versión de uno mismo. Los librianos necesitan ese complemento a menudo para poder “ser”. Y en el caso de Gilda ese rol lo cumplía Toti Giménez, productor y manager, amigo, confidente, aunque nadie podrá decir con certeza si fueron amantes o pareja. Lo cierto es que se convirtió en su pilar profesional.
Gilda: su luna en Escorpio, milagros y el mito de la “santa”
En la carta natal de Gilda predomina el elemento agua, que representa las emociones, la sensibilidad, la memoria ancestral, la intuición, lo interno y sutil. Y en su caso, estas cualidades se ven exacerbadas por su luna en Escorpio.
Las personas con luna en Escorpio pueden sentir un sube y baja de emociones, son sensibles y perceptivas, tienen una vida interna muy profunda. Y muchas veces cultivan como talento el ser grandes transformadoras y sanadoras.
Está más que clara la influencia de su luna en el mito que se construyó antes y después de su muerte. La artista contó en una entrevista cómo varios de sus seguidores le pedían que cure a un pariente o que los sane a ellos, algo que la propia Gilda no podía comprender en su completa dimensión.
Este halo de misticismo y devoción crecieron a niveles exponenciales tras la muerte trágica el 7 de septiembre de 1996 en Villa Paranacito, donde se erigió su santuario.
Hoy Gilda estaría cumpliendo 61 años. La mujer que le cantó al “amor verdadero” y que transformó a la muerte en una demostración de fe.
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