Cada fase de la Luna aporta una energía diferente, que está relacionada al signo bajo el cual se produce el tránsito de este astro en el cielo.
Despedimos al eterno enero con la Luna en fase creciente caminando por el signo de Cáncer. Esta etapa del ciclo lunar es movilizante porque es un momento donde todo tiende a crecer. Desde nuestras ganas de activar situaciones hasta los llamados, invitaciones, propuestas, todos nos movemos bajo esta influencia de cierto “acelere” generalizado y realmente es el momento indicado para tomar acción y avanzar sobre metas pensadas con anterioridad.
El primer fin de semana de febrero trae de regalo la Luna Llena en el signo que más brilla: Leo. Se perfecciona el día domingo 5 a las 15:28 hora de Argentina. Es entonces que este mes que inició con energía creciente llega a su momento de plenitud, de máxima luz y, por tanto, se percibe un alto nivel de emotividad y reactividad.
Sí, la Luna Llena activa lo más profundo de nuestras emociones, desencadenando estados de ánimo diversos, pasando de la risa al llanto o de las lágrimas a las carcajadas sin escalas. Y si se da en el signo de Leo, moviliza la energía de autovaloración, creatividad y corazón. Prepárate para brillar tanto como la luna llena, para darle valor a cada emoción y protagonismo a lo que sientas.
A medida que la Luna vaya perdiendo luz, daremos la bienvenida a la fase Cuarto Menguante. Esta se perfeccionará el día lunes 13 en el signo de Escorpio. ¿Qué sucede en esta fase? En este momento lunar del mes, la energía tiene a disminuir: por eso, lo ideal es poder discriminar qué conviene hacer y qué no para cuidar nuestra fuente energética y poder cumplir con lo que realmente es importante y no podemos dejar de hacer.
Por otro lado, también es un momento ideal para hacer limpieza en el hogar, "detox" en los alimentos que consumimos y ordenarse en los hábitos. Al darse en Escorpio, es un momento para repensar la intensidad con la que manejamos algunas situaciones. La pregunta a trabajar sería: ¿Puedo permitir que las cosas fluyan sin necesidad de controlar todo?
En su fase de Luna Nueva, la Luna "desaparece" del cielo a percepción de nuestra mirada, ya que se encuentra en el mismo grado matemático que el Sol. Esa fase se perfeccionará el día lunes 20, generando un clima astral que invita a soñar, porque se da en el signo de Piscis. Es en esta fase que se realizan las intenciones: el ejercicio en el que nos damos la oportunidad de pensar, por ejemplo, cómo nos gustaría vernos en seis meses, definiendo pequeñas metas para alcanzar esa visualización y generando nuevos hábitos que estén en sintonía y en dirección de esas metas.
Esta fase será de muchísima sensibilidad y susceptibilidad por darse en Piscis. Se sugiere conectar con actividades vinculadas a la meditación y al yoga, y apoyarse en el recurso de la espiritualidad para buscar equilibrio emocional.
Llegando a los últimos días del mes de febrero nos encontramos nuevamente con la Luna en fase creciente, que se perfeccionará el día 27 en el signo de Géminis. Serán días geniales para acordar conversaciones, plantear opiniones y dar a conocer puntos de vista. Es este el momento del mes donde la energía de iniciativa vuelve a tomar protagonismo.
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