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Arquitectura Viviendas | pandemia | arquitectura

Las pandemias y su incidencia en la arquitectura y el urbanismo

En la Edad Media, la peste negra obligó a realizar cambios arquitectónicos en las ciudades amuralladas en las que se hacinaba la población europea. Con el coronavirus, en los domicilios apareció la necesidad de contar con un área de sanitización, de trabajo y estudio por el "homeoffice".

A lo largo de la historia distintas epidemias han modificado la forma de construir y diseñar las viviendas, edificios y ciudades. Muchas teorías acerca de las causas de las enfermedades con el tiempo resultaron ser falsas, pero en su momento modificaron la arquitectura y la vida en las urbes.

La peste negra fue sin duda la primer gran pandemia si consideramos que se cobró la vida de al menos un tercio de la población europea, pero para comprender el desarrollo de la enfermedad es importante conocer el contexto en la que tuvo lugar. Allá por el año 1347 la vida en las ciudades medievales era muy distinta a lo que estamos acostumbrados en la actualidad. Demasiada gente viviendo rodeada de muros, hombres y animales haciendo sus necesidades en las calles, poco acceso a aguas limpias y seguras, y viviendas muy pequeñas donde en una sola habitación vivía una familia entera.

Esta situación de hacinamiento y falta de higiene, sumado a una medicina muy precaria y mala alimentación, fueron determinantes para explicar la gran mortandad que causó esta enfermedad, y otras como cólera, malaria, tifus o lepra; y obligó a los gobernantes de la época a preocuparse por el desarrollo de la prevención sanitaria.

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Lazareto de Mahon, construido en 1793 es  uno de los más grandes y mejor conservado. El término

Lazareto de Mahon, construido en 1793 es uno de los más grandes y mejor conservado. El término "lazareto" se debe a San Lázaro quien murió de lepra.

Las ciudades mas importantes comenzaron a tener Juntas de Sanidad en sus estructuras de gobierno y tres décadas después de la aparición de la peste negra se realizó la primera cuarentena en la ciudad de Ragusa (hoy Dubrovnik, Croacia). Al poco tiempo empezó a aparecer un nuevo modelo arquitectónico: El Lazareto, que eran lugares amurallados que funcionaban como centro de aislamiento para personas y mercaderías que deseaban ingresar a las ciudades, generalmente ubicados en lugares estratégicos cercanos a los centros de navegación.

Durante mucho tiempo se creyó que las enfermedades se contagiaban a través del miasma (término que se usaba para referirse a lo que emanaban los cuerpos en descomposición), aguas estancadas o sustancias putrefactas, y esta teoría llevó a grandes cambios en las principales ciudades europeas.

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"El gran Hedor" así fue como se lo llamó a este período de mal olor en Londres durante el verano de 1858.

El diseño de ciudades con un enfoque en lo sanitario

Durante el año 1858 Londres sufrió un verano muy caluroso. Temperaturas superiores a los 30º hicieron que el río Támesis oliera tan mal que el Parlamento tomó la decisión de realizar una de las obras de ingeniería mas importantes de la historia que incluía el saneamiento de aguas y una red de alcantarillado. Para ese entonces esta ciudad era de las más pobladas del mundo y los desechos humanos, animales muertos y restos de alimentos eran arrojados al curso de agua sin ningún tipo de tratamiento. La creencia de la época era que la gente se moría por el mal olor y no por las bacterias presentes en el agua que causaban enfermedades como el cólera.

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La construcción de la red de alcantarillas en Londrés.

La construcción de la red de alcantarillas en Londrés.

Esta situación trajo consigo muchos cambios en las ciudades que empezaron a derribar los muros del trazado medieval y a recuperar el diseño de calles octogonales y manzanas regulares, propio de las urbes romanas y abandonado durante la Edad Media, con el objetivo de favorecer el diseño de acueductos y alcantarillados que alejen las aguas servidas de las zonas pobladas. También se empezaron a adoquinar las calles y pintar o barnizar las fachadas de las viviendas como una forma de "plastificar" las superficies para evitar que ingrese el miasma.

En 1844 Barcelona comenzó a derribar sus murallas porque la ciudad se estaba "sofocando". Esto le dio lugar a calles mas anchas, permitiendo que el viento circule y el sol ingrese a las viviendas; hasta se realizaron estudios para calcular cuánto aire se necesitaba para que una persona pueda respirar correctamente.

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Casa Victoriana y asa Farnsworth muestran el contraste entre los dos estilos y como se despojo de ornamentos para evitar el polvo.

Casa Victoriana y asa Farnsworth muestran el contraste entre los dos estilos y como se despojo de ornamentos para evitar el polvo.

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La gran transformación de la ciudad de París, a cargo de George-Eugene Hausmann, también tuvo su enfoque sanitario con la incorporación del concepto de boulevares, que se proyectaron no sólo con fines estéticos sino también con la idea de generar espacios públicos abiertos donde tomar aire puro y sol, medicina recomendada para innumerables enfermedades entre ellas "la peste blanca" como se llamo a la tuberculosis.

A principios del 1900, neumonía y tuberculosis eran las principales causas de muerte de la población. En ese momento las casas y edificios victorianos en los que se vivía estaban construidos en madera y en el interior dominaban los muebles tapizados, las alfombras y cortinados. Las ventanas pequeñas dificultaban el ingreso de sol y aire, y los detalles en las aberturas facilitaban la acumulación de polvo, y estas condiciones de habitabilidad estaban en la antítesis de lo que recomendaban los médicos.

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Sanatorio Paimio de Alvar Aaalto, para enfermos de Tuberculosis es una de las obras más importantes del Movimiento Moderno.

Sanatorio Paimio de Alvar Aaalto, para enfermos de Tuberculosis es una de las obras más importantes del Movimiento Moderno.

Grandes maestros de la arquitectura moderna como Le Corbusier, Alvar Aalto y Mies Van der Roe buscaron crear una nueva forma de construir para prevenir enfermedades, diseñando edificios despojados de ornamentos, con superficies lisas donde no se junte polvo, grandes aventanamientos para el ingreso de aire y luz natural, y otorgándole protagonismo a lo espacios exteriores. Materiales como el acero y cuero cobraron valor a la hora de construir muebles de fácil limpieza y la "aversión al polvo" dio lugar a la aparición de placares empotrados en las viviendas.

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Ville Savoye, es una vivienda diseñada por Le Corbusier donde se puede ver un lavamanos en el hall de ingreso.

Ville Savoye, es una vivienda diseñada por Le Corbusier donde se puede ver un lavamanos en el hall de ingreso.

Arquitectura y salud siempre han ido de la mano a lo largo de la historia y cada una de las grandes pandemias que sacudieron al mundo dejaron cambios radicales en las edificaciones. Es evidente que el covid-19 no pasará inadvertido en el mundo de la arquitectura y ya se vislumbran cambios de cara al futuro.

Cómo serán las casas en la era postcovid

Ingreso o recibidor

En los últimos tiempos se le dio poca importancia a este espacio de la casa, a tal punto que muchas en la actualidad carecen del mismo. Sin embargo, a partir de la aparición del covid-19 volvió a cobrar protagonismo. Pensar en la entrada a la vivienda como área de sanitización podría ser una buena premisa pensando en el futuro, teniendo en cuenta que la comunidad científica especula con que ésta no será la última pandemia.

Un espacio con lavatorio y armario, en conexión directa con el ingreso, podría ser una buena opción para lavarse las manos, cambiar la ropa que se trae del exterior y dejar objetos como cascos, abrigos o llaves; una especie de escudo protector de la casa.

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Los espacios de guardado en el ingreso de las viviendas mostraron su importancia durante la pandemia.

Los espacios de guardado en el ingreso de las viviendas mostraron su importancia durante la pandemia.

Áreas de estudio o trabajo

El home office y la educación virtual pasaron a ser cotidianos en esta "nueva normalidad" y muchas familias se encontraron ante la dificultad de no contar con espacios adecuados para estas tareas. En las últimas décadas la tendencia arquitectónica de los espacios fluidos y abiertos marcó una preferencia por derribar paredes y unificar ambientes, dejando pocos lugares de privacidad más allá de los dormitorios.

A partir de la pandemia es necesario volver a pensar en espacios casi olvidados como los escritorios o salas de estudio, para que cada integrante de la familia pueda contar con un lugar donde desarrollar sus actividades.

Lugares de reunión al aire libre

El hombre es un ser social y necesita del contacto con el otro, las reuniones con familiares y amigos son también importantes para el bienestar, pero la cuarentena con sus restricciones coartaron estas actividades. No tiene sentido prohibir algo para que luego las reuniones se realicen de forma clandestina, además no se sabe a ciencia cierta si, en algún momento, la vida volverá a ser la de antes. Entonces, ¿no será hora de pensar en espacios públicos y privados donde la gente se pueda reunir?

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La pandemia también revalorizó la necesidad de contar con espacios al aire libre.

La pandemia también revalorizó la necesidad de contar con espacios al aire libre.

Las nuevas casas pospandemia deberán contar con espacios al aire libre aptos para juntarse a comer, estudiar o conversar; lo que lleva a un replanteo del uso del suelo y cambios en los reglamentos de edificación. También pueden crearse lugares de uso común en terrazas o espacios públicos aptos para este fin, permitiendo la socialización pero reduciendo al máximo el riesgo de contagio. Regular, ordenar y controlar deben ser las premisas en lugar de prohibir.

Habitación "comodín"

Cada casa de aquí en adelante debería tener una "habitación comodín", que sirva para diversos usos de acuerdo a las necesidades de los habitantes. Este espacio debe contar con baño privado y las comodidades necesarias para usarlo como centro de aislamiento -si se necesita- o de habitación extra que funcione como lugar de estudio, trabajo o depósito familiar cuando no se requiera cuarentena.

Todavía no se sabe con certeza cómo se propaga el virus, sólo el tiempo determinará si lo que se sabe hoy del covid-19 era acertado o no. Lo que sí es seguro es que esta pandemia no pasará inadvertida en la historia mundial y traerá fuertes cambios sociales. La arquitectura y el urbanismo siempre han estado al servicio de esos cambios y esta no será la excepción, es necesario cambiar hábitos y hábitat para adaptarse a la nueva normalidad.