Un sueño pudo cumplirse gracias al amor y a la solidaridad de tres personas que mantenían un vínculo previo y que terminó de sellarse con el nacimiento de Nerela, la primera bebé gestada a través de la subrogación de vientre en el centro norte de la provincia. Nerela nació por cesárea el miércoles 3 de noviembre a las 8.30 en el hospital de San Cristóbal.
Luego de más de tres años de investigación, procesos judiciales y tratamientos de fertilización, Pablo Bonacina (34) y Anahí Nanzer (31) disfrutan de su hija, a la que llamaron Nerela. La pequeña fue gestada a través de fertilización in vitro, ante la imposibilidad física de Anahí de procrear. Marcia Mereles (35), su prima y amiga, se ofreció de manera voluntaria y desinteresada para gestar a la criatura.
Hoy la familia transita los primeros días de la convivencia y de la paternidad. "No es tan fácil, uno se fue mentalizando con este tema, porque sabemos que los bebés tienen sus procesos y uno cambia su ritmo de vida del día a la noche", contó Pablo.
En estos días que llevan junto a Nerela, los padres llevaron adelante los trámites en el Registro Civil para generar la partida de nacimiento, con las consultas a su pediatra, aspectos que son muy reconfortantes. "Uno empieza a sentirse papá, en mi caso, a empezar a disfrutar de ese rol. Nosotros lo venimos haciendo de a dos, la nena a la noche baila mucho, tiene mucha jarana y duerme mucho durante el día. Con la mamá, entre los dos, nos alternamos para cuidarla, para que se haga mucho más ameno".
La madre de la pequeña se mostró emocionada y dijo que la llegada de la beba fue "movilizante". "Fueron muchos sentimientos encontrados, pero lo más feliz de todo es que un sueño fue cumplido. Estamos muy enamorados de nuestra hija, sin embargo estos primeros días de maternidad no fueron fáciles, como le pasa a muchas mamás, pero todo se puede", contó Anahí.
“Es un sueño para nosotros, con lo que hemos luchado todo este tiempo con Anahí, con Marcia que fue un gran motor en todo esto. Creo que si hay algo que tenemos que destacar, es que hemos sido un equipo durante estos últimos nueve meses”, agregó Pablo, el flamante padre de la beba.
La pareja contó su historia por Ahora Vengo:
Hace tres años que la pareja oriunda de San Cristóbal emprendió la búsqueda de un hijo. En el inicio de ese proceso Anahí fue intervenida de urgencia y se le practicó una histerectomía en la cual le extrajeron el útero. “En ese momento pensábamos que biológicamente no íbamos a poder tener hijos, lo veíamos muy lejano. Habíamos pensado en la adopción como otra alternativa para ser padres”, relató Pablo.
Tras ese episodio, la pareja, aconsejada por el médico personal de Anahí, decidió viajar a Rosario, donde se empezaban a dar casos de subrogación de vientres y los fallos judiciales que se habían dictado en la ciudad eran favorables a las parejas que solicitaban emplear este procedimiento.
Asesorados legalmente, Pablo y Anahí presentaron su caso en el Juzgado de Familia de San Cristóbal, a cargo de la Dra. Marisa Mónica Malvestiti, jueza de Primera Instancia de Distrito de Familia (Distrito Judicial Nº 10).
“Fuimos a un juicio en el cual se expuso el caso, queríamos realizar el tratamiento y demostrar a la Justicia que nosotros somos los padres biológicos en el tratamiento que realizamos y que hay un consentimiento previo de todas las partes involucradas”, relató Pablo.
En el proceso fue necesario comprobar que no medió ningún tipo de intercambio económico. “Eso fue lo que más estuvo indagando la jueza, que esto sea realmente un acto de amor, independientemente de que tuvimos que realizar una prueba física y otra psicológica”, agregó el flamante padre.
Pablo, Anahí y Marcia tuvieron que acudir a una consulta psicológica. Un profesional los habilitó para que puedan cumplir con el sueño de la pareja. La sentencia a favor del matrimonio, para que puedan realizar el tratamiento, llegó en diciembre de 2020. “Nosotros lo que demostramos es que Ani, por su incapacidad de gestar, para poder ser padres biológicos, necesitábamos de una tercera persona y que era un acto solidario de parte de Marcia”, recalcó Pablo.
Luego de más de un año de trámites, la jueza Malvestiti decidió que la pareja podía llevar adelante el proceso del vientre subrogado. "En este caso Nerela iba a nacer de nosotros como padres biológicos", explicó el padre.
El tratamiento fue posible porque Ani preservó sus ovarios para poder, a futuro, generar los embriones con sus propios óvulos. “En el tratamiento le practicaron una estimulación ovárica, sacaron cinco óvulos de los cuales se fecundaron tres y uno de esos fue el que se le implantó, a través de la fertilización in vitro, a Marcia”, explicaron.
Temas
Te puede interesar