Máximo Thomsen es uno de los principales culpables de la muerte de Fernando Báez Sosa y es uno de los cinco rugbiers condenados a prisión perpetua, además de otros tres que fueron sentenciados a 15 años de prisión. Mientras esperan en la Alcaldía de Melchor Romero sus destinos definitivos, se dieron a conocer intimidades de la familia Thomsen.
Desde Zárate revelaron los negocios y el poder político y económico que los Thomsen tienen en esa ciudad. El padre de Máximo, Marcial, fue señalado, según sus vecinos, como la persona que tiene "un peso fuerte" entre todas las familias de los rugbiers. Marciel tiene un buen pasar económico, superior al de las otras familias de los imputados. Además, su exesposa Rosalía (mamá de Máximo Thomsen), tiene amplia llegada política local, según el relevamiento que hizo la Revista Noticias.
LEER MÁS ► Máximo Thomsen podría ser alojado en una cárcel distinta a la de los otros rugbiers: el motivo
Marcial Thomsen tiene 56 años y se dedica a la venta de repuestos para autos y motos. Sin embargo, entre 2007 y 2015, formó parte de Merco Golf S.A., una empresa encargada del movimiento y la preparación de terrenos. La compañía fue adjudicataria de gran parte de las obras licitadas desde la comuna.
En paralelo, Rosalía Zarate se desempeñaba como secretaria de Obras Públicas de la Municipalidad de Zárate. Cuando se enteró de lo ocurrido con su hijo en Villa Gesell solicitó una licencia al municipio, la cual fue aprobada por tiempo indefinido. Sin embargo, semanas después, decidió abandonar definitivamente su cargo.
Cabe destacar que días antes de presentar su renuncia, numerosos vecinos de Zárate se habían reunido para reclamar al Municipio que despidiera a la funcionaria.
Desde hace tres años la vida de ellos cambió: ahora se turnan para ir a visitar a Máximo a la alcaldía de La Plata. Se alejaron de sus círculos sociales y aseguran que la condena a cadena perpetua les generó una gran depresión a ambos.
El deplorable estado de Máximo Thomsen en la cárcel
Luego de que se elevará la sentencia por el crimen de Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen, no estaría pasándola de la mejor manera en el penal de Melchor Romero. El acusado fue aislado del grupo de 8 y según Crónica TV, su estado preocupa tanto al penal como a toda su familia.
LEER MÁS ► Caso Fernando Báez Sosa: un preso filtró las primeras fotos de los rugbiers en Melchor Romero
“Mi vida no tiene sentido, nadie me quiere”, habría dicho Máximo Thomsen. Al mismo tiempo fuentes cercanas indicaron que ”Se la pasa llorando. Lee la Biblia. Tienen miedo de que se quite la vida”. Además, esas mismas fuentes agregaron que tanto Máximo Thomsen como Enzo Comelli solicitaron la presencia de un pastor evangélico y son los que más hablan con el psicólogo del penal.
Máximo Thomsen era conocido como “Machu” en Zárate, donde creía que le esperaba un gran futuro deportivo. Pero sus actos le mostraron que su destino no era el que imaginaba, ni cerca.
Según se cuenta, las actitudes del rugbier comenzaron a cambiar cuando se separaron sus padres Rosalía Zárate y Marcial Javier Thomsen. Esto afectó de sobremanera tanto a Máximo, como a sus dos hermanos.
Su confianza en el deporte lo llevó a probar suerte en las juveniles del Club Atlético San Isidro (CASI): “Nunca terminó de integrarse en CASI. En el plantel de su nuevo club ya no era el referente, ni el jugador más fuerte, ni el capitán. Por eso nunca se mudó a San Isidro y siguió viviendo en Zárate para mantener su círculo social”, cuentan sus cercanos.
El club de San Isidro inmediatamente expulsó a Máximo Thomsen cuando se lo acusó del crimen de Fernando Báez Sosa.
Te puede interesar