menu
search
Actualidad Atentado a la AMIA |

Atentado a la Amia: el relato de una sobreviviente

Ana Weinstein trabajaba en el edificio de la Amia que fue objetivo de un atentado terrorista el 18 de julio de 1994. Hoy siente una "decepción total" por la falta de justicia. En AIRE, relató cómo fue ese particular lunes en el que un coche bomba estalló en el edificio judío dejando 85 muertos.

Este domingo se cumplen 27 años del atentado a la Asociación Mutual Israelita (Amia), que dejó 85 muertos y más de 300 heridos. El ataque terrorista ocurrió el 18 de julio de 1994. Desde ese año, la Amia renueva el reclamo de justicia, este año bajo la consigna "Conectados contra la impunidad".

Ana Weinstein trabajaba en el edificio derrumbado y asegura que siente una "decepción total" por la falta de justicia en la causa. "Recuerdo cada instante de lo que eso significó", dijo en una entrevista con Ezequiel Zárate en Domingo Vivo, por Aire de Santa Fe.

Y relató en primera persona lo que ocurrió ese lunes a la mañana.

"Era lunes, empezaba la semana. Yo trabajaba en Amia. Tenía dos oficinas. Dirigía (y hoy sigue haciéndolo) el Centro de Documentación e Información sobre Judaísmo Argentino, donde están los judíos inmigrantes que se empezaron a radicar acá hace más de 200 años. Tenía también una oficina dedicada a celebrar el centenario de Amia. Con ese objetivo, entramos al edificio con Mirta, que era mi asistente, saludamos con normalidad a los de la planta baja, subimos al segundo piso con ella, en donde teníamos la oficina", empezó contando. Y siguió: "Mi diálogo con ella fue: ¿Qué tenemos para hoy? Ella me contestó y entonces, para solucionar eso, me levanté, y me fui al fondo del edificio. La oficina estaba situada bien sobre el frente del edificio. El edificio era profundo, bastante largo, y yo iba saludando a la gente que estaba en todo ese recorrido, hasta llegar a mi destino, en donde estaban las computadoras".

amia foto.jpg
Atentado a la Amia en 1994. El después de que un coche bomba estalló en el ingreso al edificio. 

Atentado a la Amia en 1994. El después de que un coche bomba estalló en el ingreso al edificio.

Minutos después, la mañana normal en la sede de la Amia de calle Pasteur, estaba a punto de cambiar. "Cuando intenté sentarme, ahí todo dejó la normalidad. No sabíamos qué estaba pasando. Estábamos escuchando terribles ruidos de grandes masas que caían en la oscuridad, a los gritos, sin saber realmente. En la ignorancia, pareció que estalló una caldera. Era muy difícil de respirar, yo pensaba en Mirta y quería avanzar hacia el frente otra vez. Alguien me tomó de la mano y me dijo que no siga porque no había más pisos. El cerebro puede escuchar las palabras, pero no entenderlas. Estaba oscuro, se oían gritos. Hasta que se logró abrir una puerta y logré respirar. Era imposible respirar con todo el polvillo. Pudimos salir, trepar por una escalera hacia el techo. Todo el tiempo mirando para el fondo del edificio. Solo cuando pudimos darnos vuelta y ver lo que estaba sucediendo a nuestros pies, en la parte de adelante del edifico, fue terrorífico", relató Weinstein.

"Ahí empezamos a gritar '¡una bomba, otra vez, una bomba!', en referencia a la bomba que había destruido ya una vez la embajada. Ahí entendimos, dentro de lo poco que se podía entender, que esto era un intento de destruirnos a todos", agregó la entrevistada.

Escuchá la entrevista completa en AIRE