El crimen del intendente de Vera Raúl Seco Encina, en 2008, fue un mojón en la historia política reciente de la provincia de Santa Fe. En esta nota, reconstruimos el caso.
El crimen del intendente de Vera Raúl Seco Encina, en 2008, fue un mojón en la historia política reciente de la provincia de Santa Fe. En esta nota, reconstruimos el caso.
POR ERICO VEGA
El grado de conmoción política que causó es difícil de mensurar. Se trataba del asesinato de un intendente en funciones, a manos de quien había sido un contrincante político en las elecciones anteriores. La víctima radical, el victimario peronista.
Raúl Seco Encina iba por su tercer mandato como intendente de Vera cuando Héctor Tregnaghi le quitó la vida de un disparo en el pecho en plena calle, a plena luz del día y con un testigo que sobrevivió al ataque milagrosamente.
El 22 de diciembre de 2008, Raúl Seco Encina se dirigió al canal de cable local para confirmar un evento que pinta de cuerpo entero la manera de hacer política que tenía el por entonces intendente: “La Navidad de Seco”. El radical era anfitrión de una cena que se realizaba en Nochebuena destinada a los sectores más vulnerables de la ciudad.
La razón por la que había decidido hacer esto era porque sabía que las canastas navideñas que habían dado en los comienzos de la primera gestión, la gente las vendía. Esta, y otras acciones, le había dado frutos proselitistas. Pero también despertó un fuerte rechazo en otros sectores de la misma sociedad.
Héctor Tregnaghi era un empresario que había incursionado en política por el justicialismo para disputarle la intendencia a Seco Encina. La elección del año 2007 fue pareja, pero se impuso finalmente el radical.
Quienes lo trataron, lo definieron como un hombre de campo, sencillo y emprendedor. Había recuperado un frigorífico y había armado una “cancha” de cuadreras, un hipódromo al que llamó “La ilusión”.
El fin de semana previo a ese lunes 22 de diciembre de 2008, Tregnaghi tenía todo preparado para realizar una fecha importante en el hipódromo, que empezaba a ganarse un lugar en el ambiente hípico. Sin embargo, el hipódromo fue clausurado, generando un impacto económico negativo en el empresario y una bronca que terminó en locura.
Para el normal funcionamiento de un hipódromo es necesario una habilitación del poder Ejecutivo, pues así lo establece la Ley 5317/1974. Si no la tiene, es el propio gobierno provincial de turno quien puede ejecutar la clausura. Pero también es cierto que la Municipalidad tiene la potestad de clausurar un establecimiento si no cumple con alguna de las ordenanzas establecidas en su Carta Orgánica municipal.
“Es todo muy poco claro, como un pacto turbio que aún existe, porque nunca se supo quién ordenó eso. El secretario de gobierno de entonces, Lenadro Benegas -hoy fiscal-, nunca dio una explicación pública sobre ese tema particular que sería el detonante de la tragedia”, cuenta Ricardo Musso, ex secretario de prensa de Raúl Seco Encina.
Fue el propio Musso quien acompañaba al intendente al canal local aquel 22 de diciembre de 2008. Llegaron, bajaron del auto y, ni bien pusieron un pie en la calle, Héctor Tregnaghi lo insultó, sacó el revólver y disparó sobre Seco Encina.
A Musso también le apuntó y atinó a ponerle la mano como defensa. “Le grito y es como que reacciona de lo que había hecho. Hicimos 200 metros en auto hasta la clínica, Seco bajó solo del auto, pero no aguantó, lamentablemente, y a la hora murió”.
En paralelo a esta situación, Héctor Tregnaghi fue a la comisaría y se entregó diciendo: “Acabo de matar a Seco”.
En diciembre de 2010 fue condenado a 20 años de prisión y su defensa intentó apelar llevando el caso hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación que, finalmente, dejó firme la sentencia. Sin embargo, en mayo de 2022, se le concedió la libertad condicional y volvió a Vera donde vive actualmente.