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Revista El Pato |

Así vivimos el Encuentro de kayaks Binacional

Comenzaba el mes de Octubre y ya habíamos agendado el feriado largo del 12. Nos organizamos, sumamos horas con la familia, pedimos días de vacaciones, acomodamos la agenda de trabajo y armamos un rinconcito en casa para ir juntando todo lo que íbamos a llevar en el kayak para este hermoso encuentro de travesía.

Nos mantenemos en contacto por la web y todos los medios con nuestros amigos y compañeros para que nada salga mal.

¡Viernes! Llegó el día y solo falta terminar de cargar el tráiler con todos los botes. Como siempre el tiempo pasa demasiado rápido y no alcanza para nada… salimos un par de horas más tarde.

De camino ya comenzamos la travesía, unas 5 horas de viaje y el termo se llenó varias veces para mantener al conductor contento y bien charlado. Las últimas compras de camino en alguna estación de servicio y con la ansiedad que cargamos, parece que el destino está cada vez más lejos.

Llegamos como años anteriores a un hermoso lugar, un pueblito rodeado de arenas y rio, árboles y cabañas elevadas sobre palos, gente linda y muchos amigos. Villa Paranacito. ER

Villa Paranacito

Llegamos a las instalaciones del club ISLEÑOS INDEPENDIENTES de Villa Paranacito, que todos los años pone a disposición su establecimiento.

Descargamos, saludamos, inscribimos y saludamos a un montón de conocidos de otros encuentros y variadas ciudades. Llegamos tarde para el roll en Prefectura Naval, asique nos dedicamos a cenar y preparar el equipo para dormir lo mas cómodos posibles en el duro piso del polideportivo galpón.

Sábado, primeras luces y casi todos arriba, unos rápidos aprontes y a Prefectura a terminar el roll de salida y migración, para luego volver y desayunar tranquilos algo que hay en el bolso, con unos mates.

Sigue llegando gente con sus tráiler repletos de botes que solo piden que les aflojen las cinchas para tocar el agua. Cosa que nos llevó un par de horitas y todos en el agua esperando la zarpada.

En el riacho nos amontonamos y ansiosos esperamos que todos lleguen al agua, como siempre algún dormido retrasa un poco la salida, pero es lo de menos en ese momento.

Encendemos el Handy vhf, damos el “Buenos días” y esperamos órdenes para retrasmitir al grupo.

Nos vamos encontrando con toda la banda y procuramos llegar a los primeros como para largar y dejarnos llevar por la ansiedad de la salida.

De camino vamos contando de donde somos y cosas por el estilo a nuevos amigos que comparten la remada a la par nuestro. Llevando un par de horas ya, no sabemos como acomodarnos y nos gustaría bajar a tierra a estirar un poco. El paisaje es de mucha agua rebalsada y muy poca tierra seca. No es un buen lugar…y seguimos. Por la radio dan un “Alto..esperemos a los últimos”. Y aprovechamos, sin bajarnos del kayak, a hidratarnos y comer algún dulce. De paso ubicamos a los perdidos en el camino, reagrupamos y seguimos avanzando despacito con la corriente a favor.

Kayaks en el Río Paraná

Después de tres horas sentados sin poder bajar, la cosa se hace incómoda, necesitamos bajar urgente, los chicos ya se quejaban un poco. Otros ya presumían del salame con queso que tenían a bordo y otros solo querían orinar. Después de un rato llegamos a la boca del arroyo que sale al río Uruguay (Martinez) y nos hacen esperar un ratito, hasta que la prefectura Uruguaya autorice el cruce y los papeles de migraciones estén correctos. Aprovechamos para bajar en tierras apenas emergentes. Y entre yuyos y flores, logramos orinar y picar algo antes de zarpar. De repente por la radio informan que autorizaban el cruce y los 230 palistas se hicieron al hermoso río Uruguay en un despliegue de diez km de agua para lograr tierra firme Charrua.

kayaks

Luego de dos horas de remada, reagrupadas y esperas por parte de prefectura uruguaya, logramos pisar las hermosas arenas de “Punta Arenal”. Un lugar desolado, con kilómetros de playa virgen y algo de leña para hacer fogón y cocinar alguna carne congelada que venía dentro del bote. Algunas horas para recuperarnos de la remada, recolectamos leña con las últimas luces del día y arrancó la fogarata. Armamos mesita y con parrillas y pinches se acomodaron las carnes al fuego. Sonaron algunos corchos, se picaron algunos quesos, bondiolas, aceitunas y algunas cositas más, terminaron por decorar esta hermosa noche bajo un cielo colmado de estrellas.

Antes de medianoche ya estábamos durmiendo y solo algunos fogoneros se sintieron un rato más, para luego quedar en total oscuridad y silencio.

Domingo, La partida estaba planeada para las 10 am. Por lo que sobraría tiempo para dormir y recorrer un poco el lugar, sacar fotos y seguir confraternizando.

En aquella playa nos esperaban unos 30 kayakistas Uruguayos , lo que incrementaron el número de la flota y condimentaron el evento con su hermosa gente. A las 10 estábamos en el agua y a las 11 logramos zarpar, ya que algunos se tomaron a pecho lo de “tomarlo con calma”. Con una jornada estimada de poco más de 20 km por recorrer, se disfrutó de todo el paisaje palada a palada sin mayores complicaciones que pensar en la cálida ducha que nos esperaba en el camping.

Kayaks

A pocas horas de pasado el mediodía, llegamos a playa “Agraciada” en el camping 33 orientales y desembarcamos con una gran alegría de estar en el lugar donde sería la fiesta.

Con toda una tarde para disfrutar, se fueron armando el campamento tranquilamente y el recorrer el camping se hacía largo con cada parada, con cada abrazo, mateada y reencuentro. Se encontraban amigos de siempre, nuevos y cosas interesantes para disfrutar, como un amigo pintando un kayak con aerógrafo, prometiendo un hermosa decoración para el bote que sería sorteado en la cena. Mucha gente aglomerada sobre el artista, hacia que el lugar diera pie para quedarse a charlar un poco y compartir anécdotas y vivencias.

Una gran parte dela gente disfrutaba del río, otros la playa, otros la sombra y nosotros como buenos entrerrianos, de un riquísimo mate con amigos.

Así fue pasando la tarde y con la caída del sol sobre el horizonte, preparamos los utensilios para comer, algún vinito y nos fuimos acercando a las mesas donde sería la cena.

Entre bailes, risas y festejos avisaron que la cena se servía en los parrilleros y acudimos en una interminable cola, a retirar nuestro tan esperado asado para la cena. La fiesta continuó unas horas más y avisan que al día siguiente zarparíamos con las primeras luces del día. En ese momento la mitad de la gente se comenzó a retirar a sus aposentos, ya que el día Domingo serían unas 6 horas de remo para lograr volver al lugar de partida.

Lunes, un día hermoso. Desarmamos, desayunamos y rápido cargamos para estar listos en la playa. Muchos se demoraron, algunos ni se enteraron y otros ya estaban remando. Esperábamos al capitán todos en los botes cuando dan aviso de demoras por parte de prefectura uruguaya por el cruce de un barco por la zona. Esto meritó bajarse del bote y volver a preparar un mate.

villa paranacito

Luego de 1 hora de espera autorizan el cruce y en poco tiempo ya estábamos en aguas Argentinas, remontando la corriente y buscando donde bajar, recorrimos largos kilómetros entre juncales y totoras. Al medio día dan la orden de parar y bajar en costas bastantes tupidas de vegetación, para almorzar. Dan una hora de descanso y luego a seguir remontando estos hermosos riachos, con paisajes típicos del delta entrerriano.

Crecía la tarde y el sol no se apiadaba de nosotros, muchas veces en el camino encontrábamos sobra y todo el mundo en fila india a remar por ahí. A media tarde nos encontrábamos en el ultimo canal que nos llevaría al destino final, la poca fuerza que quedaba hacia que ya no interesara mas el paisaje, solo imaginarnos cargar nuevamente el equipo y retomar el largo camino a casa.

Una vez en tierra firme siguieron las fotos, los abrazos y despedidas con promesas de volver el año próximo. Comenzamos tranquilamente con la estibada de embarcaciones en el tráiler, preparamos el mate, y como disfrutando lo sucedido, fuimos saludando a los nuevos amigos y recordándoles que el cansancio que llevábamos valía lo sucedido todo el fin de semana.

kayaks navegando

A poco de caer el sol comenzaron a encenderse los teléfonos celulares y contando que ya todo terminó cada uno explicaba la hora estimada de su llegada. Compramos la cena para el camino, alguna bebida energizante y despacito emprendimos el regreso saludando a todo lo que cursábamos en el camino.

Sin dudas estos encuentros hacen de nuestras vidas toda una aventura, muchos amigos y sobre todo un anecdotario tan rico, que nos hace volver contagiando a nuevos kayakistas.

Agradecemos a toda la gente que hace posible estos eventos y aplaudimos a quienes lo fomentan y contagian. Gracias “Culpables de todo” (grupo de amigos kayakistas organizadores)

 

Los Culpables hacen algo de historia

Fue por el año 2003 que comenzamos a navegar con destino a la República Oriental del Uruguay. Nueva Palmira nos sedujo con su entorno natural. Pasaron algunos viajes hasta que fue allí donde conocimos al “Pájaro Guigou”, único personaje que kayaqueaba por esos lugares, entablamos una amistad y con el comenzamos a pensar nuevos rumbos.

En el 2006 formaron el grupo “Culpables de Todo”

Matías Dechima y Gustavo Perrucci del club de Belén de Escobar.

 

 

REVISTA EL PATO

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