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Redes sociales |

Por qué los millennials se mandan fotos todo el tiempo

 

Los “millennials” o también llamados “generación Y” son para la ciencia aquellas personas nacidas entre los años 1980 y 2000. Aunque muchos adultos puedan sentirse afuera de este grupo, la mayoría de jóvenes que forman parte de este sector de la población tienen algunas característica en común que los identifican: son una generación digital, hiperconectada y con sus valores sociales.

 

Los millennials siguen ciertos patrones de conducta para comunicarse con los otros, y muchas veces esos hábitos pueden llamar la atención o hasta preocupar a las generaciones mayores, quienes no comprenden, entre otras cosas, por qué los jóvenes utilizan para todo y en toda hora su celular.

Casi todos los adolescentes y aquellos que tienen entre 20 y 30 años usan su teléfono móvil para hacer algo más que navegar por las redes sociales: sacarse selfies.

 

Ya sea para compartirla de forma graciosa en un chat grupal de amigos, o para mostrarle a alguien cercano algo que le pasó en el rostro, la selfie es una de las cosas que más hacen los millennials cada día, y es casi como un reflejo involuntario.

 

 

Lo cierto es que no importa tanto si en la foto la persona salió bien o mal, sino que lo revelante para ella es compartirla en alguna plataforma digital para que los otros la vean.

 

“Los millennials encontraron las plataformas digitales como una forma de comunicarse. Ellos están en las redes y su consciencia está ahí, aunque su cuerpo esté en otro lado. Yo si tengo que pagar la luz, necesito el papel, la boleta, porque si lo pago por Internet siento que no lo pagué, pero ellos no”, explicó a BigBang el psicólogo Gabriel Cartaña.

Cada vez que un grupo de jóvenes se junta a comer, siempre hay uno de ellos que le pide al resto que no toquen nada de sus platos para poder sacarle una foto a las delicias que están por probar.

 

“Es para Instagram”, explica generalmente el que le dice a los demás que aguarden antes de probar la comida, y es el mismo que una vez que todos empiezan a degustar su pedido, pierde algunos segundos para poder publicar la imagen en la red social.

 

“Ellos creen que el mundo virtual es algo real. Es una sensación emocional que tienen, que les hace pensar que si no sacan la foto y la comparten, se pierden de algo”, sostuvo el especialista.

 

Además, aclaró que con el paso del tiempo la forma de comunicarse ha cambiado, ya que al principio lo más importante era la conversación, después apareció el celular, y más tarde las redes sociales que hicieron incluso que todo sea más rápido.

 

 

Además de subir una foto a Instagram o a Facebook, lo importante para los millennials es que su imagen genere muchos me gusta, casi sin importar quiénes son aquellos que ponen el like.

“Hoy ya no es relevante la foto, sino los likes, y el error es creer que eso es importante. Hoy en día hay muchos influencers que tienen millones de seguidores pero no tienen nada de contenido para ofrecer. Simplemente cuentan con muchos seguidores y muchos me gusta”, comentó el especialista en comunicación con este portal.

 

Cada vez son más los jóvenes que se animan a mostrarse en ropa interior o desnudos para sacarse una foto sensual y mandársela a su pareja o a la persona con la que “están saliendo”.

 

Aunque muchas veces se corre el riesgo de que alguien filtre el contenido privado e íntimo, este generación no le teme a posar frente a la cámara, y en algunas ocasiones suben a las redes imágenes donde se los puede ver mientras muestran un poco de más.

 

“Me pasa con pacientes que después de pelearse con su pareja tienen miedo a que viralicen el contenido, pero el error no está en filmarse, sino en usar el aparato del otro. Uno se tiene que grabar con su teléfono para evitar estas cosas”, aseguró.

 

La escena se repite y es muy común observarla en los lugares a donde se asiste a comer. Generalmente, suele haber un grupo de amigas que comparten una misma mesa en algún restaurante o cervecería, pero entre ellas no existe el cruce de miradas porque todas están con su celular.

Lo que no sabe aquel que mira la situación desde afuera es que quizás esas adolescentes sí se comunican, pero que lo hacen de otra manera: a través de su celular y mediante la publicación de fotos en plataformas.

 

“No es malo ni bueno comunicarse por el mundo virtual, el problema comienza cuando quieren establecer vínculos reales, como armar una familia, o tener una pareja, y no saben cómo hacerlo”, aclaró Gabriel Cartaña, quien a su vez para cerrar su explicación añadió que el uso del celular puede convertirse en algo malo si no se lo sabe usar.

 

“Te sirve para divertirte, pero si te pasás puede perjudicarte, como cualquier exceso”, cerró.

 

Fuente: www.bigbangnews.com

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