menu
search
Política opinión | Frente de Todos |

Santa Fe acompaña el promedio nacional: en setiembre la inflación apunta a un piso del 6%

Con tasas récord de empleo y actividad, con metas cumplidas con el FMI y reservas fortalecidas, la inflación sigue siendo un problema irresoluble para el gobierno. El 70% de los empleos creados en 2022 son precarios. ¿Cómo diferenciarse de quienes prometen un futuro parecido al pasado, pero peor?

El Frente que se coaligó para representar a los agredidos, a los precarizados y los excluidos, a los desempleados, a los estigmatizados durante el macrismo (como kirchneristas, populistas, keynesianos, garantistas, chorros o simplemente enfermos con alguna discapacidad para razonar y votar en consecuencia), hoy tiene dos problemas que –excepto por el Mundial– ocupan todo el ancho de banda de la agenda periodística y los corrillos populares: el “sólido castillo de naipes” que es la Causa Vialidad y la imposibilidad sostenida de cumplir con una de sus principales promesas electorales: mejorar la calidad de vida de los argentinos y lograr que los salarios (registrados e informales) le ganen, si no le empaten, a la inflación. Ambas afectan severamente sus chances electorales para 2023, tanto a nivel nacional como provincial.

Ya era un montón quedar presos de las nuevas condiciones del debate político argentino: la razón ya no goza de prestigio, sus estructuras y relaciones aburren de inmediato, ya no importan las pruebas ni los archivos que desenmascaran operaciones y psicópatas adaptados, las chicanas de 60 caracteres con espacios (ideales para la guerra de tortazos de las redes sociales) desactivan cualquier argumentación, el neoliberalismo ya no se legitima ni fortalece como parte de ningún juego ni “pacto democrático” regulado para la cohesión social, sino que opera a diario para romper todos los lazos sociales promoviendo el odio a los kirchneristas, a los “planeros”, a los inmigrantes, a los comunistas; a los que habría que exterminar simbólicamente primero y materialmente después.

Ahora se incorporan dos fenómenos que hunden sus raíces en los niveles de destrucción de la capacidad adquisitiva del salario y el empleo y en la monumental estafa que implicó la deuda tomada por el macrismo: la inercia inflacionaria que amenaza con una cifra similar a la de Julio para el mes en curso y amenaza con cerrar el año por encima del 100% y la pérdida de capacidad adquisitiva del salario en un 3% para toda la gestión del FDT (que se suman a los 23 puntos perdidos durante el macrismo). Todo esto pese a la notable recuperación del empleo (con 599.000 nuevos puestos para el segundo trimestre del año y 19 meses de crecimiento neto consecutivos al mes de agosto) y la consecuente baja en los niveles de desempleo (del 9,6% al 6,9%, 316.000 desocupados menos si consideramos el mismo período de 2021).

Dos datos que operan al interior de las cifras generales, nos sirven para entender por qué la recuperación de la actividad industrial y de servicios y de los puestos de trabajo no tienen impacto en la realidad cotidiana de les argentines, ni les permite mejorar su calidad de vida. Según un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas que dirige Claudio Lozano, cuando se verifica la calidad del empleo generado se ve que el porcentaje de trabajadores no registrados alcanza al 37,8% del total (5.310.207 personas), algo que no se verificaba desde 2008. Asimismo los cuentapropistas, con modalidades precarias de inserción laboral, representan el 22,3% de los ocupados (4.262.313 personas).

Informe completo: Empleo precario, mal remunerado y perpetuación de la pobreza

Les investigadores de MATE (Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía), producciones santafesinas de rigurosa calidad, le ponen cifras precisas a la composición del trabajo generado durante los 33 meses de gestión del FDT: el 60% de los nuevos empleados son monotributistas.

Empleo registrado fuente Mate.jpg

Sin considerar el 15% de trabajadores registrados por debajo de la línea de pobreza, los informales y cuentapropistas padecen salarios que no cumplen con las condiciones establecidas por el mejor peronismo conocido y que se estipulan en la Ley 20.744 de Contrato de Trabajo: capaz de cubrir sus necesidades de alimentación, vivienda, educación, vestuario, salud, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión.

Además de las cinco causas amañadas en donde se la acusa de ser la jefa de una asociación ilícita, este fenómeno novedoso y que mancilla la performance socioeconómica del peronismo, le quita el sueño y el humor a la vicepresidenta.

Inflación nacional y provincial: agosto alto y septiembre también

Las cifras difundidas por el INDEC para el mes de agosto -que proyectáramos en AIRE con precisión- arrojaron una inflación mensual del 7%, con una variación interanual del 78.5% y un acumulado del 54,4%. El IPEC calculó dos valores apenas por debajo de la media nacional (6,7% mensual con una interanual del 74.5%) y una variación acumulada del 55,1%. En las dos mediciones el rubro que alimenta niveles inflacionarios sin solución a corto plazo, es la indumentaria y calzado (9,9% para el INDEC y 10,1% para las estadísticas oficiales santafesinas). La variación interanual de ese rubro de consumo es escandalosa y ya supera las peores previsiones para 2022, alcanzó al mes de agosto el 109%, los famosos tres dígitos tan temidos para el IPC general cuando se sepa el número del último mes del año.

En línea con los datos difundidos por el IPEC, un informe fechado en setiembre por CESO (Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz) que mide el IPC en supermercados rosarinos apuntó una inflación mensual del 6,85%, una variación interanual del 77,15% y un acumulado del 57,26% para los primeros 8 meses del año.

Pero agrega otros datos no menos impactantes para Santa Fe: la Canasta Básica Alimentaria para una familia, se incrementó en $4.372 en agosto respecto al mes anterior, con un incremento interanual del 76% y un aumento acumulado de enero a agosto de 2022 del 60,6%.

Las encuestadoras y consultoras C&T, Eco Go, Ecolatina y CIFRA CTA (para barrer el espectro ideológico disponible), varían en menos de un dígito pero estiman que –dada la variación del IPC en la primera quincena de septiembre– la inflación se ubicará en torno del 6,4 al 7,2%. Cualquiera de los dos guarismos es una pésima noticia y rebate la desiderata de una desaceleración hacia diciembre; pero el segundo igualaría o superaría el peor registro del año, en el mes de julio.

En el organismo que dirige Marco Lavagna, saben perfectamente que para que los precios no dupliquen su valor en 2022 respecto de 2021, el IPC debería desacelerarse a un ritmo del 6,4% en el último trimestre y que no hay modo de imaginar semejante cosa en este estado de situación, con una caja de herramientas que establece una devaluación sectorial para sectores aventajados y sin problemas de rentabilidad en dólares (exportadores sojeros o empresas petroleras y mineras), pero desestima subir retenciones a comoditties exportables, intervenir cadenas de producción y comercialización de productos esenciales o hacer costos reales para establecer tarifas energéticas.

Al cierre de esta nota –y con un consultor permanente de Alberto Fernández y Sergio Massa como Emanuel Álvarez Agis pidiéndolo a grito templado–, nadie evaluaba más que bonos para sectores vulnerables, focalizados, nunca para que los asalariados formales eleven el piso desde el cual negocian paritarias que nacen muertas contra la inflación. Esto último –además de la exclusión de la reunión con la mesa chica de la CGT con el presidente– define la salida de Pablo Moyano y 80 sindicatos de la CGT.

Con estos datos y sin shock distributivo (con o sin lawfare, con o sin Cristina como gran electora el año venidero), no habrá gobernabilidad ni chances electorales para el Frente de Todos, ni a nivel país ni en la provincia de Santa Fe. Sus votantes siguen esperando decisiones consistentes, preferibles, indispensables para no terminar encomendándose a un milagro.