Los resultados electorales en las provincias de Chubut y Río Negro le trajeron algunos dolores de cabeza por igual a Mauricio Macri y a Cristina Fernández de Kirchner, al tiempo que le abre la puerta de la ilusión a los que promueven un candidato nacional que pueda romper la grieta.
La Casa Rosada tendrá esta mañana sendas reuniones para reflexionar sobre lo ocurrido en las provincias patagónicas, donde ambos candidatos de Cambiemos terminaron en el tercer lugar. Aunque, nace la esperanza de que en la elección general de Chubut el voto kirchnerista y el denominado peronista federal no se imponga por sobre el oficialismo local.
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Ni Macri ni Cristina lograron trasladar a sus candidatos su peso político nacional y quedaron muy lejos de festejar un triunfo. La ex mandataria evitó una foto con Soria para esquivar el riesgo del papelón de Neuquén, donde se mostró con Rioseco y su compañero de fórmula.
El mandatario nacional en cambio, decidió apoyar de manera visible a los candidatos oficialistas, apostando al voto antikirchnerista sabiendo la debilidad de la marca Cambiemos en esos distritos. A eso se le suma que “los candidatos de esas provincias intentaron despegarse de la imagen de Macri y les fue peor”, confió un dirigente de la Rosada.
Estos procesos electorales dejan abiertos al menos dos interrogantes. El primero, refiere a cómo las fuerzas nacionales van a crecer electoralmente en estás provincias; y el segundo, cuál será el comportamientos de los electores de los partidos provinciales en la elección nacional. En este sentido, aún resta esta batalla, encauzar el voto de los partidos provinciales en la contienda decisiva.
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