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Política vacunas | Pfizer | pandemia

Pandemia: cruces entre el Gobierno y la oposición por el sinuoso negocio de las vacunas

El oficialismo excluye a las multinacionales de la provisión de vacunas para la Argentina. ¿Existen preferencias ideológicas a la hora de comprar vacunas?

Mientras el Gobierno extiende las restricciones por la pandemia hasta el 25 de este mes a la espera de que descienda el número de contagios –y de muertes- en el país, la oposición insiste en que el Poder Ejecutivo deliberadamente dejó afuera de la provisión de vacunas a los laboratorios norteamericanos (Pfizer, Moderna, Janssen) por favoritismos ideológicos y negocios con socios amigos.

El oficialismo sostiene que con los contratos ya firmados está asegurada la inoculación de los mayores de 18 años con las dosis de Sputnik V (Rusia), Sinopharm (China) y AstraZeneca, a las que prontamente se sumarán las de CanSino (China). La oposición desconfía y sostiene que el oficialismo manipuló el texto de la ley de vacunas en el Congreso, cuando se debatió el año pasado, para que quedaran excluidas las empresas multinacionales que no tienen contacto con la política local. El caso más notorio fue el de Pfizer, que ofreció entre 12 y 14 millones de dosis por haber realizado buena parte de su desarrollo científico en el país.

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El gerente de Pfizer Argentina aseguró, durante su exposición el martes pasado en la Cámara de Diputados, que el acuerdo preliminar acordado con el Gobierno entre julio y setiembre del año pasado prometía la entrega de 13,2 millones de dosis, de las cuales 8 millones se enviarían durante el primer trimestre de este año. Sin embargo, el acuerdo naufragó porque la ley de vacunas aprobada en octubre del año pasado “era incompatible” con las condiciones que reclamaba Pfizer.

La oposición sostiene que el oficialismo manipuló el texto de la ley de vacunas en el Congreso para que quedaran excluidas las empresas multinacionales que no tienen contacto con la política local.

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Representantes de los laboratorios Pfizer y Richmond brindaron información sobre el estado contractual vigente de las negociaciones con el Poder Ejecutivo.

Representantes de los laboratorios Pfizer y Richmond brindaron información sobre el estado contractual vigente de las negociaciones con el Poder Ejecutivo.

La oposición acicatea. ¿Cuántas de las casi 84.000 víctimas mortales podrían haberse salvado si hubieran llegado al país las aproximadamente ocho millones de dosis de Pfizer? La respuesta puede resultar contrafáctica, pero sí puede concluirse que si ocho millones de argentinos hubiesen recibido una dosis de esa vacuna, el porcentaje de vacunados con una o dos dosis habría pasado del 27,7% actual a nada menos que el 45,3%. El número total de dosis aplicadas, que hasta ahora es de 15,7 millones, se hubiese elevado a 23,7 millones, lo que habría generado menos contagios y menos muertes.

El Gobierno no está dispuesto a modificar la ley de vacunas para acomodar el marco legal a las condiciones de Pfizer.

El oficialismo retruca que las 13,2 millones de vacunas prometidas por Pfizer nunca hubiesen llegado en tiempo y forma al país por la sencilla razón de que el laboratorio norteamericano incumplió con los plazos de entrega con todos los países con los que había suscripto contratos. “Con Brasil firmó un acuerdo para la provisión de 200 millones de dosis y sólo se entregaron 2,2 millones hasta mayo. Son datos de la Cancillería”, enfatizan.

Lo cierto es que el Gobierno no está dispuesto a modificar la ley de vacunas para acomodar el marco legal a las condiciones de Pfizer; sostiene que con esta norma se firmaron cinco contratos para la provisión de dosis sin necesidad de acceder a las exigencias que planteaba el laboratorio norteamericano. El problema es que, mientras no se modifique la ley, la Argentina quedará afuera de las donaciones de vacunas que contemplan países como Estados Unidos o España, que ofrecen vacunas de Pfizer y de Janssen.

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Mientras continúa la controversia por las vacunas, el Gobierno mantendrá en vigencia las restricciones por la pandemia, al menos hasta fin de mes. Para ello prorrogó el decreto de necesidad y urgencia 287/2021 a la espera de que la Cámara de Diputados sancione la ley que le confiere facultades para gestionar la pandemia. La oposición advirtió que, de aprobarse, esa ley le otorgará al Gobierno “superpoderes” para avanzar sobre las autonomías provinciales. La iniciativa ya tiene media sanción del Senado; sin embargo, en la Cámara de Diputados, el Frente de Todos no consigue todavía la mayoría de los votos para aprobarla.

La Cámara de Diputados es el último bastión de la resistencia opositora. De allí la obsesión del oficialismo, y en particular del kirchnerismo, de ganar la provincia de Buenos Aires en las próximas elecciones legislativas, la llave para obtener la mayoría en el Congreso.